Olive Schreiner

La escritura de Olive Schreiner como expresión de un doble colonialismo: imperial y de género

Gran parte de la literatura publicada en la época victoriana reforzaba la polarización de los roles de género, marcando una clara división entre la vida pública del hombre y la doméstica de la mujer. Así, los populares manuales de comportamiento, como los escritos por Sarah Ellis, personificaban el ideal femenino en la imagen de la esposa devota, encargada de salvaguardar las buenas costumbres y cumplir sus obligaciones hogareñas, preservando su lugar sagrado junto a, y al servicio de, su marido. El hecho de que se colocara en un pedestal la conducta angelical de la mujer dentro del matrimonio, generaba una gran presión sicológica, representando al mismo tiempo uno de los principales obstáculos para su emancipación, ya que marginalizaba cualquier otra alternativa de desarrollo personal que alterara el orden socialmente establecido.

En este contexto, el fenómeno de la «nueva mujer» que surgió en 1894, generó una gran controversia y revuelo entre las mentes más tradicionales, que se negaban a ver nuevos horizontes en las relaciones entre los sexos. La heroína moderna, entusiasta y decidida, desafiaba los estereotipos de femineidad y masculinidad, atreviéndose a fumar, montar en bicicleta o vestir con pantalones. Pero el trasfondo de esta re-conceptualización de la imagen de la mujer era una lucha más profunda que buscaba su independencia e incorporación en el ámbito laboral, cultural y político. La reacción adversa de quienes ostentaban el poder patriarcal se manifestó en diversas publicaciones que satirizaban esta nueva figura como «varonil», contraponiéndola a la noción celestial y «naturalmente femenina» de la abnegada ama de casa, descrita en textos como el poema «El ángel de la casa» de Coventry Patmore y el ensayo «Los jardines de la reina» de John Ruskin, ejemplos clásicos de la ideología conservadora de la época, escritos entre 1854 y 1864.

historia de una granja africana 308El movimiento feminista de finales del siglo XIX y comienzos del XX no ponía en tela de juicio el matrimonio y la familia sino la subordinación conyugal, las limitaciones y el deber de obediencia impuestos a la mujer. En La esclavitud de las mujeres (1869), John Stuart Mill expuso con gran claridad el adoctrinamiento presente en la base de la desigual división de roles, abogando por un «principio de perfecta igualdad». Por su parte, Mona Caird publicó en 1897 La moralidad del matrimonio y otros ensayos sobre el estatus y la situación de la mujer planteando, entre diversas cuestiones, la independencia económica como primera condición de un matrimonio libre y la importancia de implementar un método coeducativo. Catorce años antes, la novela Historia de una granja africana (1883), publicada bajo el pseudónimo Ralph Iron, presagiaba ya la aparición de la «nueva mujer» personificando en Lyndall una joven de personalidad resuelta, que se oponía al culto a la domesticidad y a la dominación masculina, expresando su deseo de controlar su propio destino. El libro se convertiría en un éxito de ventas tanto en Europa como en Estados Unidos y sería el comienzo de la prodigiosa carrera de la pensadora social, pacifista y feminista Olive Schreiner.

Nacida en Sudáfrica en 1855, de padre alemán y madre inglesa, ambos misioneros, Schreiner creció en un ambiente colonial en el que la Biblia formó parte de sus primeras lecturas de infancia. Si bien no recibió una educación formal, tuvo acceso desde muy joven a un amplio abanico de escritos, muchos de los cuales cuestionaban las ortodoxias imperantes y forjarían la base de su agudeza intelectual y pensamiento crítico. Durante el tiempo que trabajó como institutriz se dedicó también a escribir, hasta el año 1881 en que emprendió su viaje a Reino Unido, decidida a estudiar medicina. Su deseo se vio truncado por sus continuos ataques de asma, pero esto solo sería el puntapié inicial de su larga trayectoria como activista y escritora. Tras presentar a editores los manuscritos que habían viajado con ella, no tardó en llegar su primera publicación, la que le abriría las puertas no solo del mercado editorial —durante la vida de su autora, el libro contó con 15 ediciones— sino de los círculos intelectuales de entonces. Historia de una granja africana captó la atención de muchos pensadores radicales de Londres debido a su mirada antiimperialista, feminista y libre pensadora.

En cuanto a la estructura narrativa, el estilo experimental de la novela adelanta algunas de las características de la ficción modernista, como la narración no linear y multifocal. Los límites entre realismo y simbolismo se difuminan, con la introducción de escenas oníricas y alegorías místicas que acompañan la exploración de los estados sicológicos y emocionales de los protagonistas. A lo largo de 26 capítulos, la autora expone algunos de los argumentos más significativos que continuará desarrollando en los siguientes años, mientras cuestiona los estereotipos raciales y de género. Su heroína Lyndall, inmersa en una cultura de base patriarcal y colonial, lucha por liberarse de las restricciones impuestas, para lograr su independencia y crecimiento personal. Así, denuncia con vehemencia la desafortunada posición de las mujeres que dependen económicamente de sus maridos en una unión sin amor, comparando el matrimonio con una forma de prostitución: «…el comercio más sucio que contamina el mundo…», y la escasez de oportunidades laborales a la que se enfrentan si desean ser autónomas: «Cuando pedimos ser médicas, abogadas o cualquier otro tipo de profesión que no esté mal pagado o esclavice, ellos dicen: No»; también replica la extendida creencia de que las mujeres no desean independizarse: «Si el pájaro no tiene intención de escapar y le gusta tanto la jaula como la comida que hay en ella, por qué la puerta se mantiene cuidadosamente cerrada?»

Siendo ya una figura reconocida, Schreiner regresó a Sudáfrica en 1889 donde se involucró activamente en la situación política, escribiendo numerosos ensayos desde una perspectiva igualitaria, opuesta a la implementación de medidas de segregación, en un país que se estaba convirtiendo en el epicentro de la expansión imperialista, en la denominada «struggle for Africa» (pugna por África). Su fuerte compromiso social la llevó a participar también en numerosos discursos públicos, haciendo escuchar su voz antibelicista y feminista en un ámbito liderado casi exclusivamente por hombres. Formó parte de diversos organismos progresistas como la Liga por el Voto Femenino de Cabo, ente del que dimitió cuando se negaron a extender el derecho al sufragio a la población negra, defendiendo una vez más la formación de una estructura social democrática y multirracial. En 1897 se publicó su novela alegórica Trooper Peter Halket of Mashonaland, una diatriba visionaria contra las masacres de Mashonaland. Dreams (1890), Dream Life and Real Life (1893) y Stories, Dreams and Allegories (1923) son tres colecciones de relatos cortos que reúnen piezas alegóricas en las que continúa su exploración de la naturaleza humana, expresando tanto la unión esencial de los elementos del cosmos como el sufrimiento terrenal al que deben enfrentarse los seres. La alegoría está muy presente en todo su trabajo literario, enfocando los temas e imágenes creados hacia una miríada de direcciones, enfatizando la introspección, la intensidad del sentimiento, los encuentros y la flexibilidad de la forma narrativa.

la mujer y el trabajo 310La mujer y el trabajo (1911), libro aclamado como la biblia del movimiento feminista por muchas voces prominentes de su generación, fue dedicado a Lady Constance Lytton, una de las primeras líderes sufragistas. Radical y revolucionario, con la intención de mostrar que el sometimiento femenino es una construcción social y no una realidad universal, natural e inevitable, la narrativa rastrea la condición de la mujer a lo largo de la historia. Desafiando la cultura victoriana con su división estricta de esferas por un lado, y la imagen emergente de la «mujer ociosa» por otro, Schreiner denuncia la hipocresía reinante y afirma que las mujeres siempre han trabajado, aunque no siempre hayan percibido un sueldo. Ataca lo que denomina el «parasitismo» del rol femenino impuesto dentro del matrimonio, que las ha reducido a seres dependientes sin posibilidad de alcanzar autonomía económica y, consecuentemente, con una limitación de su desarrollo y vitalidad. Su reclamo imperante es muy claro: «Dennos trabajo y la formación necesaria para poder desempeñarlo!» Plantea que no solo los hombres tienen necesidades sexuales y habla del doble rasero con el que se juzga la vida íntima de unos y otros. A su vez, convencida de que el cambio social requiere un compromiso colectivo y la unión de las personas, aboga porque hombres y mujeres puedan compartir sus emociones, ocupaciones, intereses e ideales, por el entendimiento mutuo que traiga el avance de todos. Y plantea un interrogante, que puede servir de puente entre sus principales temáticas: «¿Cómo podemos cultivar los seres humanos al mismo tiempo, la diferencia y la igualdad?»

El conjunto de su obra refleja no solo un momento histórico sino también la amplia red de interconexiones que estableció con los principales movimientos sociales y culturales de su época. También dan cuenta de ello las casi 5000 cartas de su autoría que se han recopilado en The Olive Schreiner Letters Online, como parte de la cuantiosa correspondencia que mantenía con personas de distintos ámbitos y países. Su vida abarcó el auge del colonialismo minero en su país de nacimiento, la subida y caída del imperio británico victoriano y el estallido de la Primera Guerra Mundial. Mujer blanca, nacida en África en un hogar de misioneros europeos, moviéndose tanto dentro del panorama de la Sudáfrica colonial como de la Inglaterra de fin de siglo, ocupó una posición inusualmente privilegiada, aunque no exenta de contradicciones, para ejercer de testigo excepcional y desarrollar sus ideas alternativas a las largamente dominantes construcciones de género, raza y clase.

 

Bibliografía
AVRECH BERKMAN, Joyce (1989) The healing imagination of Olive Schreiner: beyond South African colonialism. Massachusetts: University of Massachusetts Press
BARASH, Carol (ed.) (1987) An Olive Schreiner reader: writings on women and South Africa. New York: Pandora
BOCK, Gisela (2001) La mujer en la historia de Europa. Barcelona: Editorial Crítica S.L.
MATTHEWS, Jean (2003) The rise of the New Woman: The Women´s Movement in America, 1875-1930. Chicago: Ivan R. Dee
SCHREINER, Olive (1910) The story of an African farm. London: Hutchinson
SCHREINER, Olive (1911) Woman and labor. New York: F. A. Stokes
SHOWALTER, Elaine (1977) A Literature of their own: British women novelists from Brontë to Lessing. Princeton: Princeton University Press

 

fernanda balanger 375oFernanda Balangero Musso
Argentina, 1976. Traductora, investigadora, ensayista y editora. Graduada en Estudios Ingleses en la UNED (Madrid) y colaboradora de Aurora Boreal®.

Material enviado a Aurora Boreal® por Fernanda Balangero Musso. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Fernanda Balangero Musso. Fotografías enviadas a Aurora Boreal® por Fernanda Balangero: Carátula del libro Historia de una granja africana © Mil razones. Carátula del libro Women and labour © JPM.

 

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