Ha muerto un heterodoxo - ha muerto Klaus Winkelmann

Winkelmann murió el miércoles 19 de febrero a los 80 años de edad. El motivo de esta necrológica es rendir homenaje a un “viejo” profesor, natural de Essen, Alemania, que dedicó su vida a la enseñanza de lenguas romances: la lengua francesa y también el español. Porque Klaus Winkelmann fue, como los lectores de AuroraBoreal, un amante del español.

Nació en el seno de una familia de trabajadores alemanes de la zona minera y agrícola de Renania y se educó con los jesuitas de Colonia. Con ellos recibió una sólida formación que le sirvió luego para desarrollar lo que fue su pasión, los idiomas. De los jesuitas guardaba buenos recuerdos y siempre que había oportunidad recordaba anécdotas de su época escolar.

Acabados sus estudios primarios, Klaus se lanzó al mundo y apareció a principios de los años 50 por Madrid, donde estuvo trabajando en una oficina de negocios y donde aprendió español. Aquí también conoció a su primer amor. Gracias a los vinos que tomé con él por la plaza de Santa Ana, sé que aquella chica vivía —quien sabe si todavía vive— en la misma manzana del edificio del Teatro Español.

Después se trasladó a París, donde, mientras trabajaba en una librería, estudió francés y literatura francesa, carrera que le sirvió para ejercer su profesión durante 35 años en los Estados Unidos.

Llegó a los  Estados Unidos en 1957. Se doctoró en la Universidad de Tulane en Nueva Orleans y basó la tesis de su doctorado en el gran escritor de origen uruguayo Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont.

En 1968 se trasladó al Estado de Nueva York y enseñó en la Universidad SUNY-Binghamton. En 1969 se mudó a la ciudad de Nueva York y también ejerció como profesor de francés en el “Brooklyn College”, actividad en la que continuó hasta su retiro en 1987.

De Klaus Winkelmann podemos decir que era un heterodoxo. Espíritu critico, vitalista, conversador y amigo. Sus asiduas visitas a España (venía a mi casa, en Madrid o en Ibiza, un par de veces al año) nos hicieron disfrutar de su compañía. Poetas amigos como Luis Alberto de Cuenca, Julio Martinez Mesanza o Amalia Bautista, que compartieron con él mesa, vino e interesantes sobremesas, hoy le recuerdan con cariño.

Interesado siempre por España y su literatura, sostuvo correspondencia y amistad con algunos de nuestros escritores, como su compañera en EE.UU. Concha Zardoya, o José Jiménez Lozano con quien comimos en su casa de Alcazarén.

Los dos últimos años anduvo traduciendo al inglés los Escolios para un texto implícito del pensador colombiano Nicolás Gómez Dávila. Esa traducción tenía la finalidad de que su vieja amiga Shelly Estrin (también desaparecida un par de meses antes que él), artista y profesora de arte y que no sabía castellano, pudiera leerlos.

Sus amigos Thomas y Elaine Colchie, que estuvieron con él hasta el último momento, me enviaron el mismo día de su fallecimiento este poema del escritor brasileño Bandeira en portugués. Gracias a la traducción de otro querido amigo, el poeta Diego Valverde Villena, podemos leerlo en español. Esperamos, Klaus Winkelmann, que te gusten estos versos.

 

A MARIO DE ANDRADE AUSENTE


Anunciaron que habías muerto.
Mis ojos y oídos lo atestiguaron:
El alma profunda, no.
Por eso no siento ahora tu falta.

Se bien que llegará
(Por la fuerza persuasiva del tiempo).
Llegará de pronto un día,
Inadvertida para los demás.
Por ejemplo así:
A la mesa conversarán de una u otra cosa.
Una palabra dicha al azar
Sonará en la franja de los lutos de sangre,
Alguien preguntará en quién estoy pensando,
Sonreiré sin decir que en ti
Profundamente.

Pero ahora no siento tu falta.
(Es siempre así cuando el ausente
Partió sin despedirse:
Tú no te despediste).

Tú no moriste: te ausentaste.
Diré: hace tiempo que no escribe.
Iré a Sao Paulo: no vendrás a mi hotel.
Imaginaré: está en la haciendita de San Roque.

Sabré que no, que te ausentaste. ¿Para otra vida?
La vida es una solo. Tu vida continúa
En la vida que viviste.
Por eso no siento ahora tu falta.

 

                                  Manuel Bandeira
                                  Trad. de Diego Valverde Villena

 

Sobre José del Río Mons:
Fotógrafo, España 1951, Marino mercante. En 1981 inicia su carrera como fotógrafo en Nueva York. Desde 1984 desarrolla su profesión de fotógrafo en Madrid como realizador de spots publicitarios, productor de documentales y director de fotografía en cine. Libros publicados: Catálogo de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, Animales domésticos, con poemas de Luis Alberto de Cuenca; Años jubilares, con poemario de Rafael G. Colomer; Roto Madrid, y Elogio del Desierto con poemas de Julio M. Mesanza. Documentales: Museo Arqueológico de Alicante, Museo de la Ilustración de Valencia, Isla de lobos y Las Cajas Españolas, junto a Alberto Porlan. Exposiciones: Homenaje, Santander, 2006; Desierto, Barcelona, 2007; Tunisia, Túnez, 2007; Magreb, Madrid 2008; Magreb, Pozuelo de Alarcón, 2008.

 

Material enviado a Aurora Boreal® por José del Río Mons. Publicado en Aurora Boreal® con autorizacion de José del Río Mons. Traducción del poema de Manuel Bandeira publicada con autorización del traductor Diego Valverde Villena. Foto Klaus Winkelmann © José del Río Mons. Foto José del Río Mons © José del Río Mons.
 

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