Notas de un Diario pre-póstumo

victor fuentes 01119 de mayo, 2015.

 

Acodado sobre el malecón del muelle de Santa Barbara, contemplo el mar. No, no es este el mar modernista del Antonio Machado de Soledades: "El mar lactescente, / el mar rutilante, / que ríe en sus liras de plata, sus risas...risas de plata y de leche.". Es un mar que, al entregar sus olas antes de llegar al muro, se desparrama en un dibujo de archipiélagos blancos, un mapa marino –me parece-- del mundo globalizado, hermanado, repentinamente, borrado por una voraz ola, rutilante como el cuchillo de las grandes corporaciones multinacionales. Pero que, sin embargo, al chocar contra el muro, retrocede transformada, piadosa, cubriendo, y uniendo, todo él, con su dulce manto blanco al archipiélago que antes había desmantelado.
A lo lejos, anclado, un mastodóntico borrón blanco con sus cientos de agujeritos: el transatlántico del turismo marino de la sociedad de las masas y el consumo -- con sus cientos, sino miles, de pasajeros apiñados-- que, a veces, se encalla o se hunde rompiéndose contra una roca, o contamina a la casi total expedición con un flu entrado de polizonte. "No, no mires, ni pienses eso, ni lo otro de las corporaciones. Mira ahí, más cerca de la playa, esa ancha tarima flotante a la que abordan cuatro o cinco fúlgidas focas, dando, un par de ellas, un resonante somnífero rugido de placer antes de, una tras otra, tumbarse a la bartola sobre la tarima a dormir su siesta, mientras las gaviotas pasan, de puntillas, a sus costados".

Ah, sí, que calmante ese pacífico rincón humanizado, perdón, animalizado. Ahora sí, antes de dejar, el malecón puedo divisar, más allá del borrón-mastodonte, el diáfano azul en que se une el cielo con la superficie marina, y sentir en el corazón, con "ritmo de onda de mar, esa alma que al fondo del infinito vuela". Y aquí estoy parafraseando uno de los últimos versos del gran Rubén Darío, cuyo centenario de su muerte empezamos ya a conmemorar.

                                            

Víctor Fuentes salió prófugo de la España franquista en 1954, y se considera parte del segundo exilio español. Anduvo por varios países europeos, con una permanencia de dos años en Inglaterra y, posteriormente, varios meses en Venezuela. Vive en Estados Unidos desde el otoño de 1956. En la Universidad de Nueva York, retomó sus estudios y se doctoró en lenguas romances en 1964. Desde 1965 ha sido profesor en la Universidad de California, Santa Bárbara, donde continua como profesor emérito, desde el 2003. Ha publicado números estudios sobre literatura española del siglo XIX y XX y sobre cine, y cine y literatura. Entre sus libros destacan: La marcha al pueblo en las letras españolas 1917-1936 (1980 y 2006), Buñuel en México (1993) y La mirada de Buñuel: cine, literatura y vida (2005). Ha publicado ediciones críticas de La Regenta y Misericordia (Akal). Bajo el heterónimo Floreal Hernández es personaje la novela Morir en Isla Vista, parte de una trilogía memorialista, cuyos otros dos libros, ya bajo su nombre, son: Bio-Grafia americana (publicado en el 2008, por la Fundación Jorge Guillén) y  Memorias del segundo exilio español (1954-2010) . Su última publicación es Buñuel, del surrealismo al terrorismo, (Editorial Renacimiento, Colección Los Cuatro Vientos, 2013). Acaba de publicar sus libros, California Hispano-Mexicana. Una nueva narración histórico-cultural, y la novela To Die in the USA. A fictional memories of a Spanish exile".victor_fuentes_050

Notas de un Diario pre-póstumo: 2015 enviado a Aurora Boreal® por el escritor y crítico Víctor Fuentes. Foto Víctor Fuentes©Isaac Hernández. Foto Ramón Tamames tomada de internet.

 

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