La gesta del marrano de Marcos Aguinis

gesta marrano 152La gesta del marrano
Marcos Aguinis
Editorial Sudamericana
Novela
Páginas 598
1991

 

 

Durante mis años de juventud, escuché con frecuencia decir a los hijos de mis vecinos, Los Henríquez, que su verdadero apellido era Henriksen. El viejo Henríquez era un médico culto y honesto que sagradamente dejaba de trabajar desde el atardecer del viernes. La señora Miriam, su señora, encendía velas, preparaba la mesa y servía una deliciosa cena. Yo me burlaba y le decía a mis amigos, que esa costumbre de encender velas en el trópico no hacía sentido con el calor infernal donde todos queríamos estar en el fresco del aíre acondicionado. Pero Elías, mi amigo del alma y el menor de la prole, me decía que era una costumbre que había traído su tatarabuela de Holanda, una tal Franscisca Maldonado da Silva. Yo le decía que ese nombre no era holandés sino portugués. Elías se reía de mi, me decía, si una tatarabuela lusitana que había conocido a su tatarabuelo en Holanda a donde había llegado huyendo. Nunca me dijo de qué huía la tatarabuela. Sólo que de Holanda saltaron a las Antillas y de ahí a nuestras costas del Caribe.
Cada año que pasa descubro muy a mi pesar que mis recuerdos de juventud se desvanecen más y más. Sin embrago de aquellos años hay dos imágenes que persisten y me acompañan nítidas, como congelados en mi memoria, la del viejo Henríquez bebiendo su té con chocolates de naranja después de la cena y cerrando el consultorio temprano los viernes al atardecer. Mientras Miriam preparaba la casa y la mesa el viejo Henríquez se sentaba en una mecedora a leer. Tal vez a el debo mi pasión por los libros y la lectura porque siempre me llamaba y me daba libros para leer.
A Elías no lo volví a ver. Crecimos, nos fuimos de la ciudad. Nos encontramos hace unos años cuando volví con motivo del entierro del viejo Henríquez. Después del sepelio terminamos en la casa del viejo, —está idéntica con la mecedora y la biblioteca. Me preparó un té y comimos chocolates con naranja en silencio y en honor al muerto. Cuando me iba, fue a la biblioteca y me trajo un libro: La gesta del marrano de Marcos Aguinis. Me dio un abrazo de despedida mientras se limitó a decirme: A papá le hubiera encantado que lo leyeras. En el está la verdadera historia que nunca tuve el coraje de contarte.

 

Marcos Aguinis
marcos aguinis 350Argentina. Escritor que ha transitado una amplia formación internacional en literatura, medicina, psicoanálisis, arte e historia. Novelas: Refugiados: crónica de un palestino (1969), La cruz invertida (1970), Cantata de los diablos (1972), La conspiración de los idiotas (1978), Profanación del amor (1978), La gesta del marrano (1991), La matriz del infierno (1997), Los iluminados (2000), Asalto al paraíso (2002), La pasión según Carmela (2008), Liova Corre hacia el Poder (2011), La furia de Evita (2013).

 

 

 

 

 

 

Manuel Cabrales
manuel_002Periodista colombiano. Reside entre Roma y Nueva Delhi y es colaborador de Aurora Boreal© desde el 2007.

 

Texto enviada a Aurora Boreal® por Manuel Cabrales. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Manuel Cabrales. Foto Marcos Aguinis © tomada de internet. Foto Manuel Cabrales © Archivo Aurora Boreal®.

 

 

 

 

 

 

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