-No pensé que una antología sobre vampiros te fuera a atraer tanto, no es un tema muy diáfano- sonrió complacida-. ¡Se ha hablado tanto y al mismo tiempo se ha dicho tan poco sobre ellos!
-¡De eso se trata!- se arrellanó en el otro butacón-. Es bueno que nos entendamos porque demoraré en la entrega. He leído los más conocidos, y he seguido colina abajo sin detenerme; llegado al fondo, a los olvidados, a los desconocidos, a los que publican en la red, en revistas que nadie hojeará al día siguiente. Como por milagro, fueron cayendo en mis manos antiguos textos, mensajes cifrados, manuscritos de testigos de primera mano, confidencias, esquelas anónimas, cábalas...
-¿No exageras?
-Para nada- abarcó en amplio gesto la mesa y varios estantes-, es como si un texto llamara a otro, como si la invisible mano del destino me los enviara. No sabes cuánto te agradezco la propuesta; ha sido una experiencia increíble, un despertar, pero... Disculpa mi exceso de entusiasmo: he olvidado las normas básicas de cortesía. ¿Quieres un trago? Vino tinto, ginebra, vodka, whiskey, ron, crema irlandesa, ¿algún licor tal vez?
Marié Rojas Tamayo. Cuba, 1963. Libros publicados: Tonos de Verde, 2004 y 2005, Adoptando a Mini, 2005, ed. Fundación Drac, Mallorca. De príncipes y princesas, 2006, Editorial El Far, Colección El Viajante, Mallorca. En busca de una historia, Colección Mundo Imaginario, Editorial Andrómeda, España, 2010; Cinco minutos a solas con las musas, relatos, Viaje a los astros, Locuras temporales, poemarios, Inventiva Social, Argentina, 2010.
Señaló el bien surtido bar en una de las esquinas.
-No, gracias, a esta hora no suelo beber.
-Yo tampoco- la mirada se le perdió en un punto invisible-... Pudiera confesarte, con sinceridad, que los admiro.
-¿Bromeas?- sonrió intranquila su interlocutora, cruzando las piernas.
-En modo alguno. De niña soñaba ser una bruja... Este sueño ha quedado chico... Convertirme en nosferatu, en vez de servir al necuratul. La bruja no es más que una esclava, una trabajadora a sueldo, un alma supeditada. El vampiro es libre, dueño de su destino. Ni cielo, ni infierno: el aquí y el ahora. La bruja quiere vivir para siempre, el vampiro sufre su eternidad. La bruja vuela sobre una escoba, el vampiro en alas del viento. La bruja hace portentos para demostrar su poder, el vampiro no los necesita. Ni sacrificio, ni comunión, ni cópula divina o diabólica: se limita a ser, por los tiempos de los tiempos, observando discurrir paralelamente al mundo de los mortales.
-Suenas tan apasionada que me conmueves, nunca creí que llegarías tan lejos- se relajó de nuevo-, por suerte hablamos de literatura. Y el libro, ¿cuán avanzado está?
-No me lo vas a creer, no he escrito una sola página- se señaló la sien-, como diría el Amadeus de Milos Forman, está todo aquí. No me atrevo a poner lo que pienso sin ser tomada por una excéntrica, y no me refiero precisamente a este nivel de obsesión que raya en lo febril.
-Y... ¿Qué es eso que piensas?
-Que existen. Están entre nosotros, conviviendo en aparente paz. Se hacen pasar por humanos porque han desarrollado resistencia a la luz tras mutar de generación en generación. Estoy convencida de que pueden tener una apariencia respetable, ser científicos, intelectuales, artistas, alguien cuya cultura centenaria crees fruto de la erudición, que vive en una casa confortable, te da una cálida acogida, te invita a tomar un trago y, de pronto, algo llama tu atención, un detalle ínfimo, como que tiene bien dispuesto el bar, pero no bebe; aunque de este detalle nunca te darás cuenta a tiempo, o te darás cuenta demasiado tarde...
-Interesante- comentó, moviéndose de nuevo en su butaca-, sobre todo porque crees tocar certezas, no hipótesis.
-Y lo mejor, o lo peor- continuó, demasiado exaltada para captar la interrupción-, es que no podemos hacer nada para exterminarlos, como ellos tampoco han logrado exterminar al género humano, a pesar de no haber dejado de cobrarse víctimas.
-Me impresionas... Si alguien les estorba, ¿sencillamente lo eliminan?
-O lo convierten; depende de sus intereses.
-¿Y qué sucede si un individuo descubre a un vampiro entre su círculo de relaciones?
-Desafortunadamente lo mata, porque no hay regreso a la condición humana. No obstante, no merman las dos poblaciones. Hemos logrado cierto equilibrio en medio de la batalla, como con las bacterias, los virus... Tiene que ser así, los no muertos son solo formas de vida.
-Tienes razón dijo la editora dejando aflorar sus colmillos-, somos solo una forma de vida.
Fotos Marié Rojas Tamayo © Sarah Graciela Respall. La invisible mano del destino ha sido facilitado por cortesía de la escritora Marié Rojas Tamayo para Aurora Boreal ©Amórfosis © Ilustración Ray Respall facilitada por cortesía de la escritora Marié Rojas Tamayo para Aurora Boreal ©