Blanca Varela - Domingos de poesía

Blanca Varela (Perú, 1926-ibídem, 2019). Ganó el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca en 2006 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2007. La poesía vareliana es sobre todo reflexiva y se caracteriza por ser intensa e impredecible. Los temas que trata tienen que ver con el amor, la soledad y los desencuentros, entre otros, expresados con un tono melancólico y una cadencia poética muy bien lograda. El universo poético de Varela escapa a todo confesionalismo lírico así como a las imágenes excelsas e idealizadas.

 

 

DIVERTIMENTO

Playa nocturna
donde el sol llega caminando sobre sus manos,
fresco, cabalgando como el viejo caballo de la plaza
todo de madera y rojo,
como un campanario sobre el mar y sus estatuas,
claros apóstoles con la boca abierta
y el paladar negro de tanto hablar con Dios
y de beberlo en la mañana
a verdes tragos,
sorprendiéndolo entre las gaviotas,
porque él es el pingüino macho de ojos salados
o la vieja tortuga
cuyo amor ilumina el bosque.

Y llega el sol
y el dolor en la playa es una mujer con barbas,
el esfuerzo pasado,
y no este piano en la arena
ni Mozart desnudo
como una niña arrebatada y libre
jugando al escondite con su sombra
y con la sombra de todos
y con la muerte
que se deshace en sonrisas en este falso jardín,
en el único día,
el inesperado,
el que cae como una manzana sobre la cabeza.

Voilà! Soy dulce, dice,
pero mañana romperemos el espejo,
robaremos al ladrón,
educaremos al demonio,
y el tiempo vuela,
y Mozart vuela
y no vuelve sino a oscuras
espectral y terrible
en asambleas de hombres tristes

Escuchemos al caballo,
matemos al apóstol,
y amémonos sólo así,
con la boca abierta y tan jóvenes,
estudiando al pingüino,
muy lejos del tormento
y del cielo colosal e inflexible.

 

 

PRIMER BAILE
(fragmento)

I

Soy un simio, nada más que eso y trepo por esta gigantesca flor
roja. Cada una de mis cerdas oscuras es un ala, un ser transido
de deseo y alegría. Tengo veinte dedos hábiles y negros, todos
responderán a mi voluntad.
Tal vez soy el único viviente, el que se mueve, respira y se queja.
El único en dar vueltas y girar sobre el lodazal y la culebra. El

trompo, el girasol humano, velludo y limpio, el cantor solitario,
el anacoreta, la peste. Soy, indudablemente, el que se oye,
respirando, tejiendo para atrapar el acto, el testimonio erizado
de ojos y lenguas todavía temblorosos, todavía con recuerdos.
¿Qué nos hace gemir y caer de rodillas? ¡Valor! Hay tiempo de
sobra, que prosiga el festín. Luzcan airosos sus cráneos los
convidados, sucios escarabajos atados a su memoria.
¿Debo decirles sólo para verlos palidecer que habrá que arrojarse
al aire, rechazados por manos más poderosas hasta lo que es
negro, sin eco, ni revés, ni umbral, ni término?

Amo esta flor roja sin inocencia.

               (Ese puerto existe, 1959)

 

 

MÁSCARA DE ALGÚN DIOS

Frente a mí ese rostro lunar.
Nariz de plata, pájaros en la frente.

¿Pájaros en la frente?

Y luego hay rojo
y todo lo que la tierra olvida.
Humedad con poderes de fuego
floreciendo tras las negras pestañas.
Un rostro en la pared.
Detrás del muro, más allá de toda voluntad,
más lejos todavía que mirar y callar:
¿qué?

¿Siempre hay algo que romper, abolir o temer?
¿Y al otro lado? ¿Al revés?

Vuela la mano, nace la línea,
vibrante destino, negro destino.
Por un instante la melodía es clara,
parece eterna la tarde,
purísima la sombra del cielo.

Vuelvo otra vez. Pregunto.
Tal vez ese silencio dice algo,
es una inmensa letra que nos nombra y contiene
en su aire profundo.
Tal vez la muerte detrás de esa sonrisa
sea amor, un gigantesco amor
en cuyo centro ardemos.

Tal vez el otro lado existe
y es también la mirada
y todo esto es lo otro
y aquello esto
y somos una forma que cambia con la luz
hasta ser sólo luz, sólo sombra.

               (Luz de día, 1963)

 

 

ENCONTRÉ

No he buscado.
Por costumbre si escucho el canto de un pájaro
digo (a nadie) ¡vaya: un pájaro!
O digo: ¿de qué color era?
Y el color no tiene en realidad importancia,
sino el espacio en que una inmensa flor sin nombre se mueve,
el espacio lleno de un esplendor sin nombre,
y mis ojos, fijos, sin nombre.

 

 

A ROSE IS A ROSE

inmóvil devora luz
se abre obscenamente roja
es la detestable perfección
de lo efímero
infesta la poesía
con su arcaico perfume

 

 

SECRETO DE FAMILIA

soñé con un perro
con un perro desollado
cantaba su cuerpo su cuerpo rojo silbaba
pregunté al otro
al que apaga la luz al carnicero
qué ha sucedido
por qué estamos a oscuras

es un sueño estás sola
no hay otro
la luz no existe
tú eres el perro tú eres la flor que ladra
afila dulcemente tu lengua
tu dulce negra lengua de cuatro patas

la piel del hombre se quema con el sueño
arde desaparece la piel humana
sólo la roja pulpa del can es limpia
su verdadera luz habita su legaña
tú eres el perro
tú eres el desollado can de cada noche
sueña contigo misma y basta

 

 

PODERES MÁGICOS

NO IMPORTA la hora ni el día
se cierran los ojos
se dan tres golpes con el
pie en el suelo,
se abren los ojos
y todo sigue exactamente igual

               (Valses y otras falsas confesiones, 1972)

 

 

OYENDO A BILLIE HOLIDAY

no recuerdo en qué lugar
prefiero que del error
—tan parecido a la verdad—
se asome por una altísima ventana
                  jamás abierta
el anhelante fantasma de hace diez años
y me diga su nombre
el oscuro zumbido
el aleteo
el santo y seña
la música

 

 

FLORES PARA EL OÍDO

En todas partes hay flores
             acabo de descubrirlo escuchando
flores para el oído
lentas silenciosas apresuradas
flores
para el oído

caminando por la calle
que un hombre rompe con un taladro
sentí el horror de la primavera
de tantas flores
             abriéndose en el aire
y cerrándose
de tantos ecos
             negros rizados pétalos
arrastrándose
             hasta el borde del mar de tierra
             recién abierto

Sé que un día de estos
             acabaré en la boca de alguna flor.

 

 

CURRÍCULUM VITAE

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora

 

 

MEDIA VOZ

la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
             acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba sin color
bajo el cielo cascado y gris
             acepto el duelo
y la fiesta

no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo está el poema
intacto sol
ineludible noche

sin volver la cabeza
merodeo su luz
             su sombra
animal de palabras
husmeo su esplendor
su huella
             sus restos
todo para decir
que alguna vez estuve
atenta desarmada
             sola
casi en la muerte
casi en el fuego

               (Canto villano, 1978)

 

 

CASA DE CUERVOS

porque te alimenté con esta realidad
mal cocida
por tantas y tan pobres flores del mal
por este absurdo vuelo a ras de pantano
ego te absolvo de mí
laberinto hijo mío

no es tuya la culpa
ni mía
pobre pequeño mío
del que hice este impecable retrato
forzando la oscuridad del día
párpados de miel y la mejilla constelada
cerrada a cualquier roce
y la hermosísima distancia
de tu cuerpo

tu náusea es mía
la heredaste como heredan los peces la
asfixia
y el color de tus ojos
es también el color de mi ceguera
bajo el que sombras tejen sombras y
tentaciones
y es mía también la huella
de tu talón estrecho
de arcángel
apenas pasado en la entreabierta ventana
y nuestra para siempre
la música extranjera
de los cielos batientes

ahora leoncillo
encarnación de mi amor
juegas con mis huesos
y te ocultas entre tu belleza
ciego sordo irredento
casi saciado y libre
con tu sangre que ya no deja lugar
para nada ni nadie

aquí me tienes como siempre
dispuesta a la sorpresa de tus pasos
a todas las primaveras que inventas
y destruyes
a tenderme —nada infinita— sobre el mundo
hierba ceniza peste fuego
a lo que quieras por una mirada tuya que
ilumine mis restos

porque así es este amor
que nada comprende y nada puede
bebes el filtro y te duermes
en ese abismo lleno de ti
música que no ves
colores dichos
largamente explicados al silencio
mezclados como se mezclan los sueños
hasta ese torpe gris que es despertar
en la gran palma de dios
calva vacía sin extremos
y allí te encuentras
sola y perdida en tu alma
sin más obstáculo que tu cuerpo
sin más puerta que tu cuerpo

así este amor
uno solo y el mismo con tantos nombres
que a ninguno responde
y tú mirándome
como si no me conocieras
marchándote
como se va la luz del mundo
sin promesas
y otra vez este prado
este prado de negro fuego abandonado
otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver

 

 

IDEAS ELEVADAS

sobre una escalera
tuve a dios bajo el martillo

combinación divina
el blanco el negro y el rojo de la sangre redentora
recién derramada

el crimen nos salva en estos trances
que nos obligan a trepar hasta el último peldaño

el vértigo nos acerca
la oscuridad nos protege
estamos cada vez más próximos

tenemos la lengua dura los devoradores de dios
de ese dios que crece cada noche
con nuestros pelos y uñas
de ese dios aplastable
perecible
digerible

iluminación o ceguera

clavar una mosca
con un solo golpe de hierro
en la pared más blanca

 

 

CRÓNICA
(fragmento)

4

gran creador el hambre inventa paraísos. los cerdos y los hijos
de los cerdos se vuelven héroes. procrean,
asesinan, procrean, los cerdos.

el pasado besa con furia sus lívidos traseros al viento. el océano
se llena de guiños maliciosos. aquí y allá se abren y cierran flores
de dudosa espuma.
canto falaz de la lengua guisada a muerte viva.

ah famélicos glotones vencedores de sirenas.
¿qué dicen ellas, qué cantan en el oscuro tránsito del colon al
vacío?

antes que ustedes otros, cruz en ristre, lágrimas negras como
clavos. temor de dios y hambre.

 

               (Ejercicios materiales, 1993)

 

 

[HUNDO LA MANO EN LA ARENA…]

HUNDO la mano en la arena y encuentro la vértebra perdida. La
extravío al instante. Sombra de marfil, desgranada. Mi padre
sonríe. De este lado del mar la espuma es oscura. Huele a fiera
me dice la pequeña amiga. El mar huele a vida y a muerte le
respondo, supongamos que es así.

La salud aferrada a la roca. Piedra sensible a la luz. El cazador
carece de manos y pies. Es ciego y desea. Y su deseo es el bosque
bajo el agua, poblado de sexos en flor o de flores maestras que
horadan el silencio con sus grandes picos rojos y lentos.

 

 

 

[LLEVAR LA DECREPITUD…]

Llevar la decrepitud como una flor. O como una corona. Es
envidiable el otoño, la segura y hermosa dignidad con que se
acuestan las hojas de los árboles sobre la tierra.
Es envidiable el invierno de esas latitudes donde la nieve y el
silencio se parecen a la sabiduría que nos seduce por su ausencia
de sombra.

               (El libro de barro, 1993)

 

 

[LA MUERTE SE ESCRIBE SOLA…]

la muerte se escribe sola
una raya negra es una raya blanca
el sol es un agujero en el cielo
la plenitud del ojo
fatigado cabrío
aprender a ver en el doblez

entresaca espulga trilla
estrella casa alga
madre madera mar
se escriben solos
en el hollín de la almohada

trozo de pan en el zaguán
abre la puerta
                 baja la escalera
el corazón se deshoja

la pobre niña sigue encerrada
en la torre de granizo
el oro el violeta el azul
                 enrejados

no se borran

no se borran

no se borran

 

 

[DOLOR DE CORAZÓN…]

dolor de corazón
objeto negro que encierro en mi pecho
le crecen alas
sobrevuela la noche

bombilla de azufre
sol miserable
flotando en el cielo encalado
planea parpadea
encandila
a quien yace bocarriba
fulminado

               (Concierto animal, 2001)

 

 

EL FALSO TECLADO

toca toca
todavía tus dedos se mueven bien
el dedo de la nieve y el de la miel
hacen lo suyo

nada suena mejor que el silencio
nuestro desvelo es nuestro bosque

aguza el oído como una hoz

a trillar lo invisible se ha dicho

para eso estamos
para morir
sobre la mesa silenciosa
que suena

 

 

[NADIE NOS DICE CÓMO…]

Nadie nos dice cómo
voltear la cara contra la pared
y
morirnos sencillamente
así como lo hicieron el gato
o el perro de la casa
o el elefante
que caminó en pos de su agonía
como quien va
a una impostergable ceremonia
batiendo orejas
al compás
del cadencioso resuello
de su trompa

sólo en el reino animal
hay ejemplos de tal comportamiento
cambiar el paso
acercarse
y oler lo ya vivido
y dar la vuelta
sencillamente
dar la vuelta

               (El falso teclado, 2001)

 

 

blanca varela 376Blanca Varela (Perú, 1926-ibídem, 2019). Ganó el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca en 2006 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2007. La poesía vareliana es sobre todo reflexiva y se caracteriza por ser intensa e impredecible. Los temas que trata tienen que ver con el amor, la soledad y los desencuentros, entre otros, expresados con un tono melancólico y una cadencia poética muy bien lograda. El universo poético de Varela escapa a todo confesionalismo lírico así como a las imágenes excelsas e idealizadas.

 

 

Material de consulta
Poesía escogida 1949-1991. Barcelona: Icaria Editorial, 1993; Canto villano: Poesía reunida, 1949-1994. México: Fondo de Cultura Económica, 1996; Concierto animal. Valencia: Pre-Textos, 1999. Donde todo termina abre las alas. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2001.

 

"Domingos de poesía" es una idea original del poeta Sergio Laignelet, colaborador de Aurora Boreal®. Se publica semanalmente. Toda la selección y cura de los materiales por Sergio Laignelet.

sergio laignelet 250Sobre Sergio Laignelet
Sergio Laignelet (Bogotá, 1969). Poeta colombiano residente en Madrid, editor, corrector de estilo y ortotipográfico de publicaciones educativas y culturales. Libros publicados: That's all Folks! (poemas animados). Madrid, 2017; Cuentos sin hadas. Canarias, 2010; Carnaval (plaquette). Bogotá, 2007; Malas Lenguas. Bogotá, 2005. Ediciones bilingües de CSH: Danés: Omvendte eventyr. H. Krarup trad. Copenhague, 2017; Francés: Contes á l’envers. R. Durand trad. Toulon, 2015, y Colomiers, 2017 (además, poemas suyos han sido traducidos al inglés, portugués, italiano, sueco, finés, polaco y japonés). Antología editada: Gatimonio: poemas de gatos de autores hispanoamericanos. Madrid, 2013.

Poemas de Blanca Varela. Selección de poemas: Sergio Laignelet. Material enviado a Aurora Boreal® por Sergio Laignelet. Publicado con autorización de herederos Blanca Varela y Sergio Laignelet. Fotografías Blanca Varela ©  cortesøia Vicente de Szyszlo. Fotografía Sergio Laignelet © Lorenzo Hernández.

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