Alguien le metió mano a la maquinaria general del mundo y le bajó el volumen

Diario de la peste
Gonçalo M. Tavares
Traducción: Paula Abramo
11 de mayo de 2020

Como si las mujeres y los hombres y los niños y los perros y hasta los propios autos y las máquinas en funcionamiento todavía no pudieran producir a gusto todos sus sonidos habituales.
El volumen exterior de la ciudad ha bajado.
Alguien le metió mano a la maquinaria general del mundo y le bajó el volumen.
Una amiga de Brasil me escribe:
"Me gustaría tener un megáfono como un señor allá en Ipanema.
Dicen que desde su décimo piso, frente a la playa, montó su bocina en el balcón.
Y desde allá arriba advertía con el megáfono: ¡Hey!, oye, tú, el chico de camiseta azul, ¡hey!, el de la bici, ¡sí, tú! Te va a dar coronavirus, ¿eh?
Oiga, usted, la del traje de baño de flores, la de pelo arreglado y lipstick rojo, ¡sí, usted, señora! Le va a dar coronavirus, ¿eh?
Y el señor se pasó el día señalando y gritando desde su décimo piso. Es lo que cuentan."
Ella vive en Rio, está aterrorizada.
Brasil superó los 11 mil muertos, y ayer murió Sérgio Sant'Anna, "uno de los principales escritores brasileños, a los 78 años, víctima de coronavirus,"
Alguien le metió mano a la maquinaria general del mundo y le bajó el volumen: sí, eso es.
Un Dios que no le vuelva la espalda al progreso técnico. Un Dios que se perfeccione.
En materia del bien y del mal, ya todo está resuelto. Pero hay máquinas nuevas.
El desempleo alcanza los niveles de la Gran Depresión de 1929 en E.U. y, en Guatemala, mujeres al borde de la carretera sostienen una bandera blanca.
Agitan la bandera blanca cuando pasa un auto o una moto.
Sin empleo, le piden comida a quien se detenga.
Bandera blanca de rendición.
Air France va a implementar un control de temperatura en los vuelos, y un ciclista profesional italiano estuvo, durante los días más duros, entregando pizzas.
En Turín, en bicicleta, entregaba pizzas y helados como repartidor.
Quisiera conocer su nombre. ¿Cuál es su nombre?
Un caracol puede ocultarse en su concha durante tres años para protegerse del mal tiempo.
Hay que estudiar a los animales.
Ahí viene el mal tiempo.
Lista de utopías.
Sustituir utopías que ocupan mucho espacio por microutopías.
Una utopía que pueda llevarse en el bolsillo.
Una miniatura: que un animal pueda practicar solo.
Una actividad utópica por la mañana, que sustituya el ejercicio físico de manos y pies.
"María Branyas, de 113 años, es ahora la persona más longeva que supera el nuevo coronavirus."
En la noche, pesadilla/imágenes.
Mujeres u hombres con banderas blancas en las ventanas de sus propias casas.
No salen, tienen miedo.
Le piden comida a los que pasan por la calle.
El palacio de los proyectos, de los Kabakov.
Recopilación de pequeñas utopías de personas de la antigua Unión Soviética.
Una: construir unas alas de ángel y después ponérselas en la espalda durante diez minutos, tres veces al día.
Como un medicamento. Dosis: diez minutos, tres veces al día, durante dos meses.
Y, al cabo de dos meses, un hombre habrá cambiado para mejor.
Es la utopía de Solomatkin, chofer de Kishinev.
E imagino a dos personas que no se conocen.
Una necesita a la otra. Es urgente.
Cada una llevará una bandera blanca para identificarse en la ciudad.
Pero cuando llegan a la calle ven que hay miles de personas con banderas blancas.
Una lluvia tremenda la noche de ayer: frío y lluvia y después menos lluvia.
Perras empapadas, satisfechas.
Tal vez Dios lleva también una bandera blanca, dice alguien.
Y por eso no lo encontramos.
Cierro la ventana, abro la ventana, cierro la ventana.
Una casi frase bíblica, ésta. Y el señor se pasó el día señalando y gritando desde su décimo piso.
Es lo que cuentan.

 

 

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tavares 400Traducido al español por Paula Abramo. Publicado en Aurora Boreal® en acuerdo con Literarische Agentur Mertin Witt. Este texto de © Gonçalo M. Tavares fue publicado originalmente en portugués en el Expresso. Todos los derechos reservados por el autor y la traductora Paula Abramo.

Gonçalo M. Tavares nació en Luanda en 1970. El nobel José Saramgo dijo sobre Tavares:
En 30 años si no antes, Tavares será galardonado con el premio Nobel, y estoy seguro que mi predicción se hará realidad... Tavares no tiene derecho a estar escribiendo tan bien (...). Uno tiene ganas de golpearlo.

Tavares es uno de los escritores europeos contemporáneos más destacados. Ha recibido un número impresionante de premios literarios nacionales e internacionales. Su obra ha sido publicada en más de 50 países.

Jerusalém (Literatura Random House): “Es una gran novela, y realmente merece un lugar entre las grandes obras de la literatura occidental”. José Saramago.

Su novela Aprender a rezar na era da técnica ((Seix Barral) ha recibido el prestigioso Premio al Mejor Libro Extranjero 2010 en Francia. Este premio se ha otorgado hasta ahora a autores tales como Salmon Rushdie, Elias Canetti, Robert Musil, Orhan Pamuk, John Updike, Philip Roth, Gabriel García Márquez y Colm Tóibín.

Aprender a rezar na era da técnica (Seix Barral), Un viaje a la India (Seix Barral) y otros libros han sido preseleccionados para los reconocidos premios literarios franceses Premio Femina Étranger y Premio Médicis en diferentes épocas.

Gonçalo M. Tavares es un escritor que no se parece a ninguno que haya leído antes. Y tiene un don, como Flann O’Brien o Kafka o Beckett, por revelar las formas en que la lógica puede ser un servidor tan fiel de la locura como de la razón. The New Yorker

Tavares ha creado algo totalmente original. The Independent

Este es un pequeño libro poderoso. Si Jerusalén es algo por lo que hay que pasar, la posición de Tavares pronto será global. Times Literary Supplement

Tavares es uno de los escritores más ambiciosos de este siglo. Alberto Manguel

Fotografía Gonçalo M. Tavares © Joana Caiano.

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