Marcelo Ramón nació en Montevideo. Reside entre Copenhague y Buenos Aires donde profundiza en sus estudios de literatura .
San Telmo de la calle Defensa, Humbolt, Carlos Calvo y un poco más allá empieza La Boca y un poco más allá la Plaza de Mayo con las palomas que te comen de la mano.
San Telmo de cosas antiguas, del tiempo que no quiere pasar, de los libros baratos del Viejo (te juro que lo vi y no me atreví ni a mirarle la cara. Pasó delante mío con su bastón y ese aire de sentirse dueño del enigma del laberinto).
San Telmo de una orquesta de pibes que le dan al bandoneón y al violín y te venden un cd por 15 pesos, del colectivo 126 que contamina, pero te deja a un paso de estación Urquiza por 85 centavos.
San Telmo ese casi último barrio donde todo se da.
San Telmo de algunos chinos con sus supermercados dando de trabajar a unas pibas argentinas; del tipo que vi hoy de mañana citando a Cortázar mientras una orquesta de bandoneones lo acompañaba; de la iglesia que vio pasar parte de la historia de este barrio o que bautizó a la Tita.
San Telmo San Telmo que te contagia las ganas de escribir alguna pavada propia de cajón de escritorio. Estoy aquí y me gustaría caminarlo en companía tuya y de otros que saben de mis gustos y mis manías.