¿Cómo fue que se decidió por escribir en alemán?
Siempre escribí prosa en alemán. Descubrí muy pronto que es un idioma tan versátil, absolutamente fenomenal, con el que se puede hacer de todo. Puede funcionar como frío, seco, pedante, pero también puede ser cálido, sensual, irónico, pleno de humor...
Desde hace más o menos un año usted está siempre viajando, ¿dónde escribe?
Esther Andradi nació en Argentina, estudió Ciencias de la Comunicación en Rosario y en 1975 se fue al Perú. En Lima ejerció el periodismo escrito y publicó su primer libro. En 1980 viajó a Europa y se radicó en Berlín donde escribió guiones y reportajes para radio y la televisión alemana. En 1995 regresó a Argentina y vivió en Buenos Aires siete años. Desde el año 2002 reside nuevamente en Berlín. Publicó libros de cuentos, novela y testimonio en Argentina (Come, éste es mi cuerpo, Tanta Vida, Sobre Vivientes) y en Perú (Chau Pinela, Ser mujer en el Perú), la antología Vivir en otra lengua, Berlín es un cuento y la antología Comer con la mirada, relatos, recetas y ensayos en español de 35 autores y autoras de América.
Puedo escribir en cualquier parte, pero cuando se trata de textos más grandes, con una compleja estructura, entonces necesito un lugar. Para El coleccionista de mundos por ejemplo, viví dos años en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Pero mientras nacen las ideas, cuando recojo información, hago notas, bocetos, viajo con mucho gusto. En primer lugar, porque mi literatura vive fundamentalmente de la investigación, toda mi energía radica en la obsesión de querer saber exactamente cómo son las cosas, y recién en el momento en que tengo la sensación de conocerlas, puedo imaginarlas. El motor de la fantasía funciona cuando tengo bases muy sólidas. Mientras estoy en movimiento tengo la impresión que también la imaginación se mueve, pero además, a mí se me ocurren muchísimas cosas mientras viajo, cuando camino, cuando estoy en el tren, y como soy muy curioso, aún cuando a veces me canso, mi actitud original es estar despierto, atento...
¿Qué es lo que lo cansa?
Cuando se viaja mucho hay momentos de cansancio, de agotamiento...a veces tengo nostalgias del monasterio, pero si me permito tres semanas de tranquilidad en un mismo lugar comienzo a estar inquieto.
¿De dónde viene éso, de su pasado, de su historia?
No lo sé. Nunca me pregunté por qué soy como soy... mi "yo" literario, me parece poco interesante, me veo como un instrumento para tratar de entender el mundo pero la introspección no es lo mío, me interesa todo lo que está fuera de mí
¿Cómo hace para ponerse en la piel de los demás, un tema tan presente en todo lo que escribe? ¿Tiene un método, una técnica especial?
Es una sensiblidad que no puedo definir como una estrategia, una actitud que constato según la reacción de las personas, y que tiene que ver con la enfática curiosidad. Es muy simple entablar relación con el otro, cuando uno tiene la actitud correcta, pero no es algo que programo. En la India desde el primer día me sentí bien, en Africa igualmente, en América Latina no tengo la experiencia... Hay que escuchar atentamente, tomar nota, volver a preguntar, nunca partir del hecho que se ha comprendido, el proyecto de "entender" nunca termina, muchos autores, después de una aclaración, creen que ya han comprendido. En mi caso, el haber crecido en un mundo con mucha diversidad y con diferentes idiomas, cada uno con sus construcciones propias, hace que me plantee una multiplicidad de perspectivas.
Toda percepción está condicionada por un idioma, por lo socioeconómico...Si se toma un habitante de Zurich y se lo lleva a un barrio marginal, él verá pobreza, chozas, carencias, etc, pero alguien del barrio ve que el vecino construyó un nuevo piso, que el otro se compró un televisor, que tal o cual consiguió trabajo fijo...Dentro de esa homogeneidad de miseria, él verá una impresionante variación de fracasos, ascenso social, catástrofes.
¿Quienes son sus maestros?
Como mucha gente de mi generación crecí con el boom de la literatura latinoamericana, tenía 16 cuando llegó la traducción de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez al alemán, 18 cuando descubrí a Cortázar, leyendo Rayuela. Carlos Fuentes estuvo el año pasado en la Academia de Las Artes de Berlín y habló de la literatura del mestizaje, de una diversidad vivida, y es por eso que se produce una identificación. Lo mismo pasa con la literatura de la India...
¿En qué momento supo que en la vida de Sir Richard Burton había una novela que usted quería escribir?
En el primer momento es el interés por una personalidad contradictoria, que a lo largo de su vida conoce personas tan diferentes. Después viene mi experiencia de lector joven en Kenia que me admiraba e irritaba que en todas las novelas de los europeos acerca de Africa, los africanos estaban siempre en segundo plano, nunca protagonistas. Una novela postcolonial tenía que debía dar voz a ese pueblo enmudecido, tenía que poner en las manos de los mismos africanos su historia. Comencé a investigar y encontré un africano, un ex esclavo que habia guiado las más importantes expediciones, una figura sumamente significativa. pero como era africano no se lo nombraba mucho.
Y ese hombre va a contar la historia...
Sí, pero cómo iba a hablar este personaje? Al principio era una mezclade alemán-inglés pero eso no funcionaba porque en la tradicion alemana, quien no habla gramaticalmente bien, pierde el respeto de su interlocutor, y entonces decidí que debía hablar correctamente alemán pero su forma de construir palabras tenía que ser muy personal, inusual, para provocar ese distanciamiento que produce una forma diferente de ver las cosas.
La entrevista a Ilija Trojanov fue originalmente publicada en La Jornada Semanal el 7 de septiembre de 2008 con motivo de la traducción de su novela El coleccionista de mundos al español. La entrevista ha sido gentilmente cedida por la escritora Esther Andradi a Aurora Boreal.
Foto de Ilija Trojanov por Foto: Gaby Waldeck