EDITORIAL AURORA BOREAL
El paraíso recuperado (Historia libresca de un ladrón) de Róger E. Antón Fabián.
A finales del siglo veinte era fácil datar un texto del siglo diecinueve basándose en el estilo, las formas, la temática y los principios guiadores del mismo. Durante los pocos años del siglo veintiuno que llevamos nos hemos preguntado cuándo seríamos capaces en el transcurrir de esta centena, de observar características diferenciadoras del cambio de siglo en los textos que leemos. "El paraíso recuperado (Historia libresca de un ladrón)" contiene algunos detalles que nos permiten identificarlo como un relato propio del siglo veinte pero escrito en el veintiuno.
El escritor peruano Antón nos ofrece un texto que entronca la mejor cuentística latinoamericana del siglo pasado. Borges, Uslar Pietri y Cortazar se asoman entre las líneas de cada página a las que sabiamente el autor ha sabido dotarles de su propia identidad, personalidad y vida.
La historia del ladrón de libros que despluma librerías y bibliotecas con el afán de leer lo obtenido sin tener que pasar por caja, resulta atractiva desde el principio. La comparación de pagar por leer con el pagar por sexo tiene su sentido en él, ya que prefiere la conquista del robo al "falso" placer del pago. Los secundarios y secundarias, como María que se arremolinan en su vida engordan la leyenda e inflaman sus sentimientos convirtiendo su afán en riesgo y ese riesgo en descontrol de su vida, la cual sigue fluyendo suavemente entre robo y robo.
En primera persona y bien razonado, la historia de Lázaro Cortés nos devuelve al ambiente universitario de los setenta u ochenta en Perú, pero las características del protagonista le podrían ubicar en cualquier lugar en que se hable castellano. Todo lo que sobresale o subsiste en él rezuma siglo veinte por los cuatro costados, pero más que nada el estilo es el que nos traslada al tiempo en que los años empezaban por 1. Sus razonamientos y excusas para su comportamiento son tan convincentes que nos hacen plantearnos algún "alunizaje" en la FNAC o desplumar a algún amigo librero. No sin falta de altruismo la contracubierta acertadamente lo identifica como "un libro digno de ser leído y, ¿por qué no?, mejor si es robado".
Se añaden ocho relatos adicionales entre los cuales el autor experimenta en unos y consigue en otros mostrarnos su verdadero talento para el cuento. Se incluye una pequeña obra de arte como es "Muerto por tiempo indefinido" que hará las delicias de los aficionados al cuento .
Alfaqueque, Editorial bien guiada por Fernando Fernández abre con esta obra una nueva colección de cuentos, relatos y novela corta , Equipaje ligero, que promete como casi todas las obras editadas por ellos, acercar más la literatura iberoamericana a la vieja España y ofrecer a este lado del castellano oportunidades a quienes entre los de allá bien se lo merecen como Antón Fabián.
PUBLICADO POR ALFAQUEQUE EDICIONES
ETIQUETAS: EL PARAÍSO PERDIDO (HISTORIA LIBRESCA DE UN LADRÓN), RÓGER E. ANTÓN FABIÁN
Reseña publicada en la web de El Placer de la Lectura (15/06/2009)
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- Por Róger E. Antón Fabián

Nada es lo que parece en Morbo Gótico
La editorial de Cieza presenta el jueves, 10 de junio, a las 19,30 h. en la librería Escarabajal de Cartagena, Morbo Gótico, de los escritores Ana Ballabriga y David Zaplana.
En Morbo Gótico podemos encontrar desconfianza, pasión, mentiras, obsesión, asesinatos, amor, manipulación... Nada es lo que parece en esta novela negra por la que ha apostado Alfaqueque Ediciones.
En la presentación participarán Ana Escarabajal, librera, Fernando Fernández, editor, Natalia Carbajosa, escritora y los autores, Ana Ballabriga y David Zaplana.
David Zaplana nació en Cartagena (Murcia) un caluroso día de agosto de 1975. Creció en las calles de La Aljorra junto a sus tres hermanos, entre peleas de pandillas y persecuciones de perros vagabundos. Ana Ballabriga esperó un poco más y dos años después decidió venir al mundo en una agradable noche de septiembre. Las frías calles de Candasnos (Huesca) y el ser hija única hasta los ocho años la convirtieron en una niña austera, encerrada con frecuencia en la lectura e intentando, desde temprana edad, el arte de conjugar palabras. Cruzaron sus vidas en Valencia, cuando él estudiaba ingeniería y ella psicología. La atracción fue mutua tras la primera conversación, que giró en torno a una película y su peculiar personaje. Su pasión por contar historias los llevó a hilar y escribir su primera novela que hoy permanece inédita. Pronto despertó en ellos el interés por la creación audiovisual, fundando en 2006 su propia productora, Ala Deriva Films. Después de recibir varios premios por cortometrajes y relatos, en 2007 publicaron su primera novela Tras el Sol de Cartagena. Su mejor obra hasta el momento vio la luz en 2008, poniéndose el listón muy alto: Una niña preciosa llamada Carmen. Actualmente están preparando el guión de un largometraje, así como diversos proyectos para televisión, compaginándolo, por supuesto, con la elaboración de su siguiente novela.
La novela:
Nicolasa sólo tiene ocho años, avanza despacio, deteniéndose para mirar atrás cada vez que un relámpago ilumina el tenebroso pasillo de su casa madrileña. Se acerca a la puerta de la habitación y duda antes de asomarse. Sabe que no debería hacerlo, pero le puede la curiosidad. Lo que no sabe es que a partir de ese momento no volverá a conciliar un sueño tranquilo.
Dos décadas después Nicolasa es psicóloga, vive en Lisboa y se ha casado con Nuno, un policía portugués. Su relación atraviesa una crisis debido a que cada uno se plantea diferentes prioridades: ella, triunfar en su profesión; él, formar una familia.
La aparición de un cadáver con agresiones similares a dos anteriores revela la existencia de un asesino en serie. Nicolasa presiona a su marido para que se entregue a fondo en el caso y consiga un ascenso. Él accede con la condición de que lo ayude a elaborar un perfil del asesino. En ese momento, una enigmática mujer inicia una terapia en la consulta de Nicolasa, y le confiesa que se encuentra inmersa en una tortuosa relación con un hombre casado. Un hombre cuya descripción se parece demasiado a la de Nuno, su propio marido.
Para contactar con los autores:
Ana Ballabriga +34 690819271
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- Por Alfaqueque Ediciones
Nueva novela de Roberto Burgos Cantor
Una siempre es la misma
Editorial Planeta
Páginas: 272 páginas
Una joven mujer encuentra en una línea caliente su forma de sustento después de enviudar, un boxeador le desfigura la cara a la victoria y conoce la de la derrota, una empresaria se enfrenta a la ley por ofrecer remedios para la soledad. Los personajes de estas páginas son equilibristas de la vida, luchadores en medio del fracaso sin dejar de ser lúcidos, divertidos, supersticiosos, mordaces y nostálgicos.
En esta entrega Roberto Burgos Cantor explora universos difíciles e importantes, como el de los amores malogrados, la impotencia ante la desgracia, el peso de la inocencia y la desdicha, los desencantos de la madurez y la constante duda.
Una siempre es la misma es una serie de aventuras íntimas, donde cada personaje es capaz de escarbar el pasado para encontrar en ese laberinto ciego una señal que quizás le sirva para comprender el presente. Es un retrato inteligente y reflexivo sobre la incertidumbre de la vida, una bitácora de historias terriblemente humanas.
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- Por Roberto Burgos Cantor
Crímenes municipales del escritor Darío Ruiz Gómez
Por Consuelo Triviño Anzola
Si las ciudades tienen su narrador, por ejemplo, París a Proust, Dublín a Joyce, Buenos Aires a Mallea y Nueva York a Paul Auster... Medellín también cuenta con el suyo. Podría decirse que es Fernando Vallejo, pero no sería exacto, por cuanto el mundo Vallejo, aunque se sitúe en Medellín, pertenece más a sus demonios particulares. Tendríamos que preguntarnos entonces en qué consiste "narrar una ciudad". Si se trata de ver, más allá de la historia y lo anecdótico, la evolución de ese organismo vivo que es un centro urbano, con sus cambios a lo largo del tiempo; si se trata de delimitar sus contornos, de transitar por sus calles, de perderse en sus laberintos, de explorar en las grandes superficies tras el sueño consumista, e incluso de rebuscar en los vertederos de basura, o de penetrar en la intimidad de sus casas, de captar los rasgos de sus personajes, entonces Darío Ruiz Gómez es el narrador de Medellín. Sus ficciones no nombran la ciudad de Medellín, pero la dibujan con finas pinceladas, ofreciéndonos su nítida fotografía en instantes consagrados para la memoria. Sus diez libros de narrativa y sus numerosos ensayos sobre estética y urbanismo, le otorgan esa distinción.
Reconocido por la crítica especializada que ha sabido apreciar su habilidad narrativa no sólo por el dominio de las técnicas, que en su caso rompieron moldes y estereotipos costumbristas en la narrativa hispanoamericana, sino por su capacidad de bucear, como diría el crítico Isaías Peña, "en el alma del país urbano y marginal que despertaba a la industrialización". Pero más allá de la ficha, algo imprecisa, que este crítico elaboró sobre él, conviene subrayar el hecho de que su obra obedece, ante todo, a criterios estéticos, a una noción de la belleza que se expresa de manera diáfana y fluida en su poesía, en trozos como este tan vinculados al paisaje urbano: "En esta parte de la ciudad el tajo de la avenida -sin árboles, sin bancas. Sin jardineras- ha perdido casas, solares, ha roto brutalmente la continuidad de los espacios, el nombre de las gentes y los ha lanzado sin piedad a la diáspora. Muros leprosos, solares melancólicos, excrementos, basura hedionda. La relación con el cielo se ha roto también pues el espacio de los patios al desaparecer se ha llevado las confidencias de los astros, el reclamo de las estrellas fugaces, la señal necesaria de la cruz del sur". La muchacha de la leyenda.
Buceando en la literatura, con un vasto horizonte de lecturas que nos abruma, Darío se ha mantenido fiel a la literatura, sin caer en los determinismos. El escritor Umberto Valverde señalaba en él una vocación "narrativa que se erige a partir de experiencias concretas, elaboradas literariamente con una gran mesura y conciencia", porque su condición de poeta orienta su mirada, gracias a una asombrosa capacidad de encontrar la belleza en el horror de la ciudad, en la violencia que se cobra vidas por venganza, odio, envidia y rencor. Pero más allá del odio, de la orgía de sangre, el narrador es capaz de encontrar la belleza, una belleza quizás agónica e inútil, casi trágica, como la del muchacho ausente alrededor del cual se sacia la turba frenética, arrasando con el edificio que la riqueza soberbia ha levantado para humillar a los miserables, como ocurre en el cuento titulado "El muchacho". Consuelo Triviño Anzola. Es doctora en filología románica por la Universidad Complutense de Madrid. Reside en España, donde ha sido profesora de literatura hispanoamericana. Está vinculada al Instituto Cervantes. Colabora con la crítica de libros del suplemento cultural «ABCD las Artes y de las Letras», del diario ABC.Consuelo Triviño Anzola obtuvo el primer premio en el Concurso Nacional de Libro de Cuentos de la Universidad del Tolima con Cuantos cuentos cuento (1977) y fue finalista del Premio Nacional de Novela Eduardo Caballero Calderón (1997). Ha publicado Siete relatos (cuentos), El ojo en la aguja (cuentos), Prohibido salir a la calle (novela) y La casa imposible (cuentos), Una isla en la luna (novela). Además Triviño Anzola ha publicado libros de ensayo sobre autores como José María Vargas Vila, Germán Arciniegas, Pompeyo Gener y José Martí, entre otros.
Y es que las dieciocho piezas de este volumen ponen en evidencia los diversos escenarios de una realidad municipal y transnacional, donde el crimen es moneda corriente y donde los pobres son los únicos que pagan por la irracionalidad e intolerancia de los poderosos. Sin juicios de valor ni justificaciones discursivas, la mirada del narrador tiene la objetividad de la cámara fotográfica que explora un escenario para ofrecernos, a través de los objetos y de las personas, de su aspecto, una información que debemos procesar como en "El estanque furtivo", relato que nos traslada a los años cuarenta para, a través de las estancias de la casa, descubrirnos a los amantes suicidas, víctimas de la intolerancia y del atraso provincianos; o en "Pigmalión" que nos indica de qué manera al éxito que conceden el poder y el dinero le espera la muerte. Así, obscenos nos resultan los cadáveres semidesnudos, con su aire de sensualidad, de deliberado abandono, mientras se escucha una melodía que parece acompañarlos en su viaje definitivo y fatal.
En resumen, lo que la cámara fotográfica capta en esos instantes memorables, casi épicos, esas fugaces epifanías que constituyen los 18 relatos de Crímenes municipales, es el mundo del narcotráfico, fuera de lo jurídico, que impone los códigos de honor de la mafia. Pero el dolor y la agonía de una sociedad, condenada a autodestruirse, repito, se nos presenta con una belleza y una sobriedad poco frecuentes en nuestra narrativa, lo cual no deja de ser estimulante en medio de tanto thriller un género hasta cierto punto pobre, por cuanto esquematiza el tema de la violencia, mientras pretende imponerse como el género "por excelencia" para "denunciar", según declaran algunos de sus cultores, la violencia social. Y si embargo, en estos relatos de Darío Ruiz Gómez aprendemos a mirar de otra manera, descubrimos zonas recónditas de la ciudad, padecemos su atmósfera de amenaza constante, su velocidad implacable, los cambios vertiginosos y los contrastes que nos hacen viajar en el tiempo. Percibimos el atraso y la opulencia, vislumbramos esa maquinaria de consumo que tritura hasta el alma de los más humildes a quienes sólo les queda la capacidad de soñar, como les ocurre en "Grandes superficies" a esos ancianos que matan el tiempo en el centro comercial y entran en la cámara frigorífica del supermercado, imaginando que emprenden una excursión al Polo Norte.
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- Por Dario Ruiz Gómez

James Cañón
RESUMEN:
En una pequeña aldea de Colombia irrumpe una tropa de la guerrilla para protestar contra el gobierno al mando del país y al irse se llevan a todos los hombres de la aldea, excepto al cura y a un jovencito de piel clara disfrazado de niña.
Con habilidad, intensidad y humor negro, La aldea de las viudas es una exploración absorbente del género humano y la sexualidad en la que se recurre al actual conflicto colombiano como telón de fondo. Presenta un fascinante retrato de unas esposas desventuradas y de una guerra que les ayuda a construir una sociedad pacífica e igualitaria.
De una factura exquisita y una originalidad extraordinaria, el sensacional debut de James Cañón señala la aparición de un inolvidable nuevo talento literario.
«Una primera obra tan mágica como realista. Una utopía inteligentemente elaborada, rica y deliciosamente optimista.» Le Monde
ISBN: 978-84-92451-46-3 EAN: 978-84-92451-46-3 Año: 2009
http://www.edicioneslaotraorilla.es/libro/1400/la-aldea-de-las-viudas/
COLECCIÓN: La otra orilla FORMATO: 16 x 23,5 ENCUADERNACIÓN: Rústica PÁGINAS: 368
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- Por James Cañón

Esta colección de cuentos está dividida en dos partes. La primera es una serie de narraciones con el elemento común del anillo mágico que los enanos orfebres fabrican para el dios vikingo Balder, con el que se consigue cierta estabilidad en los distintos mundos e incluso se retrasa la llegada del temible Ragnarok. A la muerte de Balder, el anillo pasa por las manos, todas inadecuadas, de distintos seres, hasta que el héroe Sigurd lo consigue tras matar un dragón y bañarse en su sangre. ¿Será capaz él, descendiente humano de Odín, de eludir la maldición y el destino implícito en la mágica joya?
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- Por Manuel Velasco

CISNE NEGRO (1)
A Ruben Darío
Tibia morena de vientre ensortijado,
en el torrente africano de tu carne,
en la playa, al murmullo de las olas,
allí contigo, la unidad del universo.
CISNE NEGRO (2)
Tibia morena de vientre ensortijado,
en el torrente africano de tu carne,
en la playa, música de olas,
la unidad del universo, allí contigo.
DIOSTEDÉ …
A Rainer María Rilke
Como en las selvas chocoanas de mi infancia,
no te impiden las rejas seguir cantando Diostedé-te-dé.
Quienes hoy te oímos, ¿libres? ,
caminando del otro lado de las rejas,
seguimos recibiendo … (19)
(19) En el ejercicio sobre Rainer María Rilke. Agosto 27, 2.005
Gabriel Ruiz A. Colombia, 1.942. Reside en Cali hace un poco más de medio siglo y allí realizó sus estudios. Ingeniero Químico y Magister en Administración Industrial de la Universidad del Valle. Ex-profesor de esta Institución. Su actividad profesional la realizó principalmente en las áreas de Finanzas, Proyectos de inversión y Gerencia de empresas. Amante, desde siempre, de la literatura, en especial de la poesía. Al término de sus labores profesionales, por el año 2.000, inició su asistencia a Seminarios y Talleres en esas disciplinas. Desde esa fecha fundador y director del Boletín Cultural Electrónico NTC ... Nos Topamos Con ... . Promotor y coordinador de esta publicación "PELDAÑOS DE ARENA" DIGITAL . En la edición impresa de ésta fue la primera en la cual aparecen públicamente sus poemas. Gestor y colaborador de otras Bitácoras como la de NTC ... Documentos , LITERATURA EN EL VALLE , EL PALABREO , ECOPAIS EP-A.A., "ARTURO ALAPE" , IGNACIO RAMIREZ PINZÓN, ... y de algunos POETAS y escritoresCÓMO SERÁ MORIR …
A César Vallejo
Padre, esta hora, no he vuelto al mar.
Allá, lejanas,
quedaron las lluvias, las playas y las olas.
No son días estos días míos ...
Y no se cómo será morir
sin pelícanos, sin pescadores
y sin Ancachí, el río de mi infancia … (20)
(20) En el ejercicio sobre César Vallejo. Sep. 10, 2.005
GRACIAS, MAR
A Antonio Machado
Aún la luna está en el cielo
y quiere esconderse al ritmo de las olas.
El sol no ha coloreado aún el horizonte gris.
En la bruma, veo venir al arponero negro,
silencioso y atento.
La espuma de las olas acaricia su lento caminar…
El sábalo se delata
en fina e imperceptible estela
y en un instante chapalea.
Jubiloso recoge la cuerda el arponero
y canta,
“no a la presa, sino al mar” (21)
(21) En el ejercicio sobre Antonio Machado. Oct. 1, 2.005
COMING BACK …
A Emily Dickinson
"Little Cousins, Called back."
Emily Dickinson. Letter to Louise and Frances Norcross, May 1886.
Emily Dickinson: "Born in 1830, Called Back in 1886".
En tu blanco encierro
aletearon abejas y ensueños
y respondiste a los llamados de la vida ...
y de la muerte …
Desde siempre, alborozada, regresas y recorres el mundo…
Y, desde siempre, nos habitas… (22)
(22) En el ejercicio sobre Emily Dickinson. Oct. 8, 2.005
AGUAS …
A Alvaro Mutis
“Cae y cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.”.
J. L. Borges.
En feliz encuentro de las aguas,
en luceros cantarines
se convertía la lluvia
cayendo sobre el río,
cayendo sobre el mar …
En mi niñez todo fue claro:
la lluvia venía del cielo,
el río de la selva
y el mar …
¿y el mar … ?
… del mar.
¡Que dicha comprender el mundo!
Todo fue sencillo y bello.
Y todo junto:
la lluvia, el río, el mar,
mis hermanos, el caserío y yo.
Mi padre – andariego y loco –
me hizo, a sabiendas, hermano de las aguas. (23)
(22) En el ejercicio sobre Alvaro Mutis. Oct. 15, 2.005
Canto 25
BOJAYÁ, 2.002
A Georg Trakl y su poema “GRODEK”
“Aunque murió hace tantos años / por allí debe andar mi padre / ... / ...tan errante, / ....tan llovido: ...” Pablo Neruda
“ Nos metimos a la iglesia porque pensamos que allí Dios nos protegería.”
Ernesto Ortiz, quien en Bojayá perdió a su esposa y a dos de sus cuatro hijos.
“¡Dios mío!, ¿qué hemos hecho?”.
Exclamación, de rodillas, en Bojayá, de joven guerrilera, combatiente ... .
Negros, ya no vivos, – niños y grandes -
vuestra sangre, aguas abajo por el Río Atrato,
ha llegado a los confines de los mares
y de los lejanos cielos.
En las playas del África,
en la cresta ahora rosada de las olas,
la ven y la sienten vuestros hermanos negros.
Lloran y, bravos, tocan duro sus tambores amarillos.
Negros y blancos, ya no vivos, de los pueblos de Colombia
–niños y grandes, inocentes y culpables-
vuestra sangre, hermanada con las aguas,
ha pintado las nubes.
Ha tinturado los hilos de la lluvia.
Como en los perennes aguaceros del Chocó,
agua-rosa caerá sobre la tierra entera
y con la algarabía roja de los loros verdes y azulados
nos recordarán el horror de las masacres
y la tristeza del caudaloso río ensangrentado. (24)
(24) En el ejercicio sobre Georg Trakl y su poema “GRODEK”.
Y en recordación (¿y continuidades?) de María Mercedes Carranza
y de sus 24 poemas de su libro “El canto de las Moscas”. Oct. 29, 2.005
SIN ECO …
A María Mercedes Carranza
A Antonio Zibara, amigo.
Estas firmes y pequeñas paredes
no han atajado el mundo.
Mis silencios tienen retumbantes ecos.
Oigo recorridos.
Sombras habitan las memorias mías.
Sigo el viaje…,
tarabito…,
divaneo…,
tras el último silencio.
Sin eco ...
Sin tiempo… (25)
(25) En el ejercicio sobre María Mercedes Carranza . Nov. 5, 2.005
VIENDO EN POPA …
A Konstandinos Kavafis
En el último puerto, al cual casi no llego,
arribé cargado de vigorosos recuerdos.
Allí habito un barco viejo, abandonado.
Viendo en popa, a mí regresas
y, de nuevo, me invades.
Como en los apasionados viajes que hicimos,
volvemos a ser
un solo cuerpo …
“De nidos se han ido llenando los mástiles”
y la memoria mía …
Los pájaros que allí nazcan
cantarán y contarán, de pronto, algo de mí …
En corto tiempo, los porteños y los míos
ya no nos verán …
A pedacitos, las olas y los vientos
nos habrán regresado al mar … (26)
(26) En el ejercicio sobre Konstandinos Kavafis. Nov. 19,2005
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- Por Gabriel Ruiz Arbeláez
Breve historia de los vikingos de Manuel Velasco. Cultura y hazaña de los "demonios del norte", los mejores aventureros, navegantes, exploradores y mercaderes de su tiempo. Sólo oír su nombre despertaba el terror de reyes y campesinos desde Inglaterra hasta Constantinopla. Piratas y mercaderes, artesanos y colonos. La corta pero intensa historia de los vikingos es un mosaico en el que se mezcla por igual los episodios más sangrientos y la transmisión de su cultura. Editorial: Nowtilus.
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- Por Manuel Velasco
AURORABOREAL te invita a adquirir obra del maestro Fernando Perdomo.
Uno de los grandes pintores de América Latina
La pintura de Fernando Perdomo captura el mundo interior de sus personajes, de su universo. Con una trayectoria de más de 30 años pintando, Perdomo es a inicios del siglo XXI, tal vez uno de los pintores más destacados de la escena latinoamericana. En la actualidad reside entre su estudio de Bogotá y su viajes al extranjero donde pinta sin tregua...
Durante los últimos años Perdomo esta incursionando en el complejo mundo del abstracto. En el 2006 realizó un gran mural en la ciudad de Bogotá, el cual le fue encargado por el ex-presidente colombiano Belisario Betancourt. Perdomo con mas de 30 exposiciones en Colombia y el extranjero es sin duda uno de los grandes pintores de nuestra época.
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- Por Fernando Perdomo

Una obra de arte que toca lo más profundo del ser de las viudas de la India.
La película Agua transcurre en la India colonial en 1938 en pleno movimiento de emancipación liderado por Mahatma Gandhi. Chuyia es una niña de ocho años pero ya es viuda y de acuerdo a las costumbres y creencias hindúes de estrícto fundamentalismo religioso, deberá permanecer recluida en un ashram, una casa destinada a las viudas. En el ashram conoce a Kalyani, otra joven viuda. En las orillas del río que pasa por el pueblo del ashram Kalyani conoce a Narayan un joven idealista seguidor de Gandhi, hijo de brahmanes, la casta social más alta de la India. Con Chuyia actuando como mensajera, una imposible relación empieza a florecer entre Kalyani y Narayan. La directora Deepa Mehta denuncia magistralmente la conmovedora situación de mujeres que viven de acuerdo con el contenido de un texto religioso de más de dos mil años de antigüedad. Una realidad aún para muchas viudas de la India del siglo XXI.
Dirección y guión: Deepa Mehta. Interpretación: Lisa Ray, Seema Biswas, Sarala, John Abraham, Waheeda Rehman, Kulbhushan Kharbanda, Raghuvir Yadav, Vinay Pathak. Productor: David Hamilton. Música: Mychael Danna. Año: 2005.
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- Por AURORABOREAL
La feria de Cali
Un 18 de diciembre esperaba en el aeropuerto Charles de Gaulle para tomar un jumbo rumbo a Bogotá. Por delante me restaban doce horas de vuelo, si todo salía bien hasta Maiquetía, donde el lechero de Avinunca normalmente hace su tercera escala técnica: París, Madrid, Caracas para finalmente llegar a Bogotá, la tan afamada Atenas Suramericana. Aquel era un diciembre helado. El vuelo original estaba programado para las ocho de la noche pero como siempre, Avinunca informa que una falla técnica ha demorado la salida hasta las once de la noche. Finalmente nos hacen pasar a una sala de abordaje donde nos tienen un par de horas encerrados. Definitivamente todos los pasajeros vamos para Colombia. En especial ellas, cargadas de paquetes, con chaquetas exageradas para el frío. Somos trescientos cincuenta viajeros en una sala pequeña, obligadamente tocándonos los humores con ese hablado tan colombiano, que hace tanto no escuchaba. Es algo así como ya haber vuelto. Los acentos son de todas las regiones de Colombia. Reconozco muchos: de Cali, de Medellín, de la Costa. Identifico a unas bogotanas con su hablado tosco y pedante pero claro, bien vocalizado.
Mi plan era comer ligero y dormir hasta Caracas para tratar de llegar lo más fresco posible. Llevaba varios años sin ir a Colombia. Necesitaba de unas vacaciones para descansar, tomar jugo de lulo, comer mojarra frita, ver a los amigos o lo que quedaba de ellos. Por supuesto dar un salto a Barranquilla. Gozar a mis padres. A las doce de la noche pasadas nos embarcaron. El avión estaba helado. Del aire acondicionado salía un gas gélido de color blanco. Las azafatas se disculpaban por la demora mientras un bambuco sonaba como disco rayado en los altoparlantes del avión. Para ese momento había calculado que más de la mitad del los pasajeros eran mujeres. Cuando despegamos estaba agotado. Pretendía dormir pero el grueso del avión no paraba de hablar. Había un bochorno simultáneo de cotorras con el popurrí de acentos como si estuviéramos en una estación de bus. Un par de mujeres discutían un pleito de dinero. No se sabía cuál era mas fiera. Luego unas chocoanas altas, hermosas, no pararon de desfilar por los corredores desde las sillas a los baños. Afortunadamente el cansancio pudo más y me venció. Dormí después de ver una película romántica de esas que le devuelven a uno el alma al cuerpo. Del primer nivel del sueño me salieron las dos últimas semanas de trabajo agotador que se repitieron en una horrible pesadilla hasta que finalmente logré descansar. Mientras dormía plácidamente no pude darme cuenta que los pasajeros del avión hablaban cada vez más alto y que a pesar de que las azafatas dejaron de servir alcohol, ellas, las nenas, venían bien equipadas para el viaje con sus propias raciones en las carterotas que también traían repletas de paquetes de regalos.
Guillermo Camacho escritor colombiano. En la actualidad reside entre Dinamarca y España.
- Papito, a despertarse que llegamos a Maiquetía - me sacó de mi agradable sueño mi vecina. Al abrir los ojos me sentí en otra pesadilla. La mujer tenía el rimel corrido como si hubiera llorado y el pelo revuelto como recién levantada, los ojos negros profundos. Unas ojeras bien anchas ganadas en una vida sin dormir, me sacudieron la cabeza despertándome definitivamente. Sí, estábamos próximos a aterrizar. Desde el aire se veía la Guaira, el Macuto Sheraton, los yates anclados y los cordones de miseria; estaba empezando a amanecer. Tanto tiempo sin volver, tampoco a Venezuela, donde había pasado aquellos agradables años. Me acordé del Ron Selecto, de los tequiñones, de los mangos que se caían al piso y que nadie los recogía, de la calle Julio Urbano, de las Mercedes.
- En un par de minutos sale el sol, - alcancé a pensar.
-Aquí nos bajamos una horita - me dijo mi vecina. La sorpresa fue que cuando el avión estuvo estacionado en su terminal y conectado a una de las pasarelas y estábamos próximos a descender, ya el aire caliente de Maiquetía se quería meter al avión, que para esa hora olía a micos cuando se nos informó que por razones de seguridad y falta de personal adecuado en Maiquetía tendríamos que hacer la escala técnica sin salir del avión. Nadie se bajó, ni tampoco nadie subió. El aire acondicionado que en París no paraba de botar gas helado, no funcionaba allá en Maiquetía.
- Es que si fuese planeado no saldría tan bien - gritaba una muchacha enfurecida. El jumbo semejaba un zoológico. Ellas parecían todo tipo de felinos. Se habían quitado las chaquetas protectoras contra el frío del invierno y venían vestidas para carnaval. Realmente venían para la feria de Cali. Pero eso lo supe sólo después de que una gatubela se me acercó y me confesó lo duro que era ganarse el billete en Europa.
Las pude ver detenidamente, trigueñas, de pelos de todos los colores; entonces las escuché hablar de los putos que las controlaban, que Amsterdam ya no era tan buena plaza, que los burdeles de España eran verdaderas cárceles, que los mejores amantes definitivamente no eran ni los franceses ni los italianos y que aquí regresaban con suficiente billete para pagarle al hijo el tercer año elemental completo, dejarle bastante mesada a la vieja para abonar una parte más de la hipoteca de la casita y aguantar todo un año y con la esperanza de pasar navidad y año nuevo con la familia. Pero eso sí, a la feria de Cali no se podía faltar. Y después de la Feria, a finales de enero ir de vuelta para las Europas a seguir camellando hasta la siguiente navidad.
¡No debí pensar jamás, no debí!
Nadie, pero es que nadie se puede imaginar lo dura que es la vida de puta.
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- Por Guillermo Camacho

Yolanda Arroyo Pizarro
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- Por Yolanda Arroyo Pizarro
Los informantes
Juan Gabriel Vásquez
Cuando el periodista Gabriel Santoro publicó su primer libro, no pensó que la crítica más destructiva fuera a ser escrita por su propio padre.
El tema parecía inofensivo: la vida de una mujer alemana que llegó a Colombia poco antes de la Segunda Guerra. Pero el padre de Santoro se sintió traicionado. ¿Por qué? En el libro hay algo que Santoro no había previsto. Entre las frases se esconde un secreto.
Ahora Santoro ha empezado a descubrir cuál es. Mientras se interna en el corazón de la vida de su padre, mientras revela los secretos del presente, otras cosas irán saliendo a la luz: las formas en que la guerra que ocurría al otro lado del mar invadió la vida de quienes estaban de este lado; los sucesos de la década de los cuarenta, que en Colombia «destruyeron familias, trastocaron vidas, arruinaron destinos».
Los informantes es una apasionante historia de traiciones privadas y públicas, de tensiones familiares que abarcan a toda una sociedad. Pero es, sobre todo, un examen sin concesiones de uno de los episodios más ambiguos y menos explorados de la historia colombiana reciente.
La crítica ha dicho
«Una vuelta de tuerca a la violencia colombiana para mostrarnos su aspecto más insólito y desconocido. Ficción y realidad se entremezclan como nunca en una novela perturbadora y apasionante.»
Alfredo Bryce Echenique
«Espléndida.»
Javier Cercas
«Vásquez ha creado una estructura novelística perfecta, narrativamente en continuo movimiento [...]. Una novela escrita con la fuerza y la convicción de los narradores de talento.»
J.A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia, Barcelona
«Los informantes es una de las grandes novelas publicadas el año pasado en castellano (y el 2004 fue un año de novelas extraordinarias). Ningún interesado en la narrativa en castellano podrá permitirse el lujo, a partir de ahora, de no seguir la trayectoria de su autor.»
Jordi Carrión, Avui, Barcelona
«Una de las mejores y más auténticas novelas escritas por un autor colombiano en los últimos tiempos.»
Diego Gándara, Qué leer, Barcelona
«Un magnífico y aterrador estudio sobre cómo el pasado puede invadir el presente, y una fascinante revelación de un rincón poco conocido del teatro de la guerra Nazi.»
John Banville
«Para cualquiera que haya leído las obras completas de García Márquez y esté a la busca de un nuevo novelista colombiano, Los informantes de Juan Gabriel Vásquez es un descubrimiento emocionante.»
Colm Tóibin
«Vásquez demuestra dominio de la técnica y el lenguaje... El examen de las consecuencias que un solo acto puede tener, no sólo para el que lo comete sino también, por efecto dominó, para los demás, nos trae al territorio de Expiación, de Ian McEwan. Su segura construcción narrativa y el vívido retrato de un amplio abanico de personajes construyen un relato extraordinario.»
Nick Caistor, The Guardian
«Los informantes es completamente distinta de cualquier cosa que hayan escrito sus contemporáneos latinoamericanos. Si hay alguna influencia en este escalofriante libro, es la del escritor alemán WG Sebald (...) merece ser leída no porque su autor haya sido nombrado como parte de un grupo de escritores prometedores, sino porque ha escrito uno de los libros sobresalientes del año.»
Angel Gurría-Quintana, Financial Times.
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- Por Juan Gabriel Vásquez