Jacques Gilard un feminista de corazón

¿Olvidar a Toulouse? Imposible. Su legendaria catedral y su río de nombre femenino me acapararon la imaginación desde que estuve allí... ¿En los

años ochenta? Quizás... Antes, mucho antes, recién llegada a Suiza, había conocido en un viaje a París a Jacques Gilard, lúcido y afable catedrático, aficionado a las letras caribeñas. Para mí, cachaca renegada, su fervor por la Costa Atlántica resultaba tan misterioso como fascinador. A Gilard, si mal no recuerdo, me lo presentó Flor Romero, entonces funcionaria en la Embajada Colombiana, autora de un par de novelas considerables. ¿Quién lo hubiera creído? en esa época, Flor, fundadora en Bogotá de la revista cultural Mujer, se empeñaba en hacerme conocer un francés occitano, interesado en nosotras, las escritoras. Bueno, Gilard brillaba en la Universidad de Toulouse, había recorrido la Colombia costeña y proyectaba investigar o publicar la obra periodística de García Márquez y la obra narrativa de quien los barranquilleros apodaban "El Sabio Catalán". ¿Confesarlo? con Gilard simpatizamos en seguida y principiamos a cartearnos de Lausana a Toulouse ida y vuelta en primavera, estío, otoño e invierno. Además, él me mandaba textos suyos sobre puertorriqueñas como Rosario Ferré o cubanas como Nancy Morejón. Y claro, yo le mandaba cuentos míos sobre bogotanas inconformes o militantes izquierdistas.

En 1978, la revista Caravelle que dirigía publicó un cuento titulado "El Veraneo", que Jacques traduciría tiempo después con gran esmero, tal como pretendí recordarle un trágico día de noviembre de 2008 en que mi llamada telefónica quedó sin respuesta... Caramba, hubiera querido mencionarle a Jacques también los cuentos míos incluidos en Caravelle durante treinta años, y mis textos publicados en otra revista que dirigía: L'Ordinaire Latino-américain. Bueno, hubiera querido repetirle, además, que en el pasado nuestra correspondencia se había hecho más intensa cuando comentábamos obras de Marvel Moreno, la escritora barranquillera residente en París. ¿Creerlo? Desde siempre, Jacques era su albacea y traductor, aconsejándola e intentando guiarla en los laberintos del mundo editorial parisiense y madrileño. Bueno, sin su asesoría, quizás Marvel Moreno no hubiese logrado consumar lo realizado con su primera novela, vertida a varios idiomas y merecedora de premios internacionales. ¿Proclamarlo? Por su lealtad a las escritoras, ¡Jacques era un feminista de corazón! Sí, sí, durante un coloquio en la Universidad de Toulouse (FEMMES DES AMERIQUES, 1985), sorprendería al cuerpo académico con una ponencia sobre narradoras costeñas, analizando cómo y cuándo Marvel Moreno lograba emanciparse del clasismo y el racismo de su casta, hallando una identidad por fuera de todos los prejuicios. Ahora bien, si en esa ocasión no alcancé a oír a Jacques por estar ausente de Francia, sí pude apreciarle posteriormente, celebrando con él en Toulouse los "25 años de Caravelle" en 1988 y atreviéndome a disertar allí sobre el feminismo latinoamericano. ¿Feminismo? Sí, un feminismo que ya no asustaba al Profesor Gilard de la Universidad de Toulouse, ni al Profesor Rodríguez Amaya de la Universidad de Bergamo, ni al Profesor Roland Forgues de la Universidad de Pau. ¿Negarlo? uno y otro aprobaban congresos sobre ficción femenina y reivindicación de género. Virgen Santa, en esos tiempos el feminismo proliferaba con deliciosa intensidad. Para celebrarlo, nos reuniríamos todos y todas otra vez en Toulouse, cuando Gilard y Rodríguez Amaya organizaron en 1997 un Congreso Internacional para analizar la obra narrativa de Marvel Moreno, recién fallecida. Sí, sí, allí y entonces, la ponencia de Gilard sobre las cronologías de la escritora barranquillera, resultaría tan impactante como la de Rodríguez Amaya sobre su "relojería literaria". ¡Cuánto recuerdo a Jacques en esa primavera! Y cuánto lo recuerdo años más tarde, en la universidad pirenaica de Roland Forgues, dando otra conferencia sobre las genealogías de Marvel Moreno. Carambas, en esa ocasión le escuchaba yo en compañía de una colombiana discípula suya, Yohainna Abdala Mesa, ganadora de una Beca de Investigación Literaria. Con Yohainna, por molestar, nos chanceábamos llamándole Monsieur le Professeur, pero sabiendo que siempre había sido y sería un feminista de corazón...

 

Helena Araújo Nació en Bogotá en 1934. En la actualidad vive en Suiza. Algunas de sus obras: La M de las moscas; Fiesta en Teusaquillo (novela, 1981); Las cuitas de Carlota (novela, 2003). El universo de Araújo está fuertemente centrado en la crítica social sutil.

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