La poesía es una búsqueda y un encuentro de temas y preocupaciones de una época, una sensibilidad y una proyección hacia el futuro. Anuncia, en efecto, lo que nos depara y nos crea como seres humanos. No hay poesía que flote en el aire y, en este sentido, el poemario Y por este color de la piel, articula un mundo en tres capítulos, precedido por un buen prólogo de J.L. Rodriguez Pittí donde se capta el sentido y la diversidad del poemario. En efecto, la estructura del poemario, tres capítulos, es una formalidad que termina resaltando la articulación del mundo del poemario, un mundo que es más fuerte cuando escuchamos la voz personal de la poetisa, por ejemplo: "qué triste es la humedad". Quien conoce Panamá, el trópico, comprende perfectamente estas líneas. Estas y otras líneas, versos, son rayos que rompen el firmamento, y la autora, como panameña, entra en la historia profunda de este país con muy pocas alusiones a la misma: "tenemos que aprender a amar la lluvia / ¡el Canal!". Pero ciertamente la verdadera fuerza del poemario está en la traducción personal de la ausencia, de los deseos, en medio de una voz que se personaliza con las heridas, las cicatrices, la dureza de los aprendizajes y la búsqueda del hombre que la haga sentir mujer: "eres el hombre que riega mi cuerpo / que hincha mis senos". No hay mojigatería en este poemario. Pero sí confesiones de una voz que nos habla. Y los poemas mejor logrados son cuando reconocemos esta voz, una voz que ríe y sufre, que se revela además en el impulso etílico como cuando nos dice: "beber la sonrisa y la lágrima en la misma copa". Para escribir estas líneas, es decir, para confesarlas, es necesario haber vivido, haber pasado por un cúmulo de experiencias de vida que reconoce que estamos muy lejos de ser simplemente felices. El segundo capítulo si bien está muy bien escrito en términos del verso libre, donde se respeta con pulcritud las reglas de puntuación, es el menos logrado, pues el poemario pierde fuerza cuando se atraganta con evidentes tomas de posiciones sociales, sexuales y políticas. No es que sean falsas. No se trata de eso. De lo que se trata es que el poemario es justamente fuerte cuando oímos la voz de la poeta, una voz que es profundamente tierna, íntima y sincera: "También soy / o puedo ser / limonada con raspadura". El poemario Y por este color de la piel es un texto que leemos con curiosidad e interés y solo deseamos que la voz más original de esta poeta siga dándonos estos poemas nacidos de la vida misma, de sus sonrisas y lágrimas.

Luis Pulido Ritter
Es doctor en Sociología y Filosofía por la Universidad Libre de Berlín. Ha escrito Matamoscas (poesía 1997), Recuerdo Panamá (novela 1998; 2005), Sueño Americano (novela 1999), ¿De qué mundo vienes? (novela 2010). Actualmente vive en Berlín. Escribe para el periódico La Estrella de Panamá y colabora con Aurora Boreal®

Reseña enviada a Aurora Boreal® por cortesía del escritor Luis Pulido Ritter. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Luis Pulido Ritter. Foto de Luis Pulido Ritter © Christian Olguín.  Foto Vannie Arrocha Morán © Vannie Arrocha Morán. Carátula del poemario Y por este color de la piel cortesía de Luis Pulido Ritter.