Pedro Mairal - 'La uruguaya'

la uruguaya 250La uruguaya
Pedro Mairal
Novela
Libros del Asteroide S.L.U.
Páginas 142
2016

 

Nota para el lector:
Esta reseña tiene como objetivo cubrir puntos destacados del relato para motivar al lector interesado a sumergirse en el monólogo detallado, que lo hará descubrir un estilo narrativo impecable. Hay que leer el libro para poder disfrutar de la riqueza de las descripciones y la honestidad de los monólogos. No hay duda que Mairal es uno de los grandes escritores contemporánes de América Latina.

 

Pedro Mairal nace en Argentina en 1970 y es considerado por la crítica como uno de los mejores escritores jóvenes de Latinoamérica. Su trabajo literario ha explorado géneros como novela, poesía, cuento y no ficción. Con el libro La Uruguaya, gana el galardón literario Tigre Juan, (galardón fundado en 1977 en honor al escritor español Ramón Pérez de Ayala por su libro Tigre Juan. El curandero de su honra.) Mairal es también periodista y profesor universitario. Comenzó la carrera de medicina, pero la abandonó un año después para dedicarse a la literatura.

En su novela, La Uruguaya, el protagonista, Lucas Pereyra, comienza a estudiar medicina y después del primer año de estudios la deja. Más adelante, se dedica a la literatura. Sueña con escribir la gran novela, donde el protagonista, lo abandona todo y se va para Brasil a vivir “otra vida.”

La Uruguaya, es la historia del protagonista, que está pasando por una crisis existencial y sueña con un “cambio de piel”,  sueña también, con vivir otra vida.

Lucas, el personaje, rememora su infancia y adolescencia de niño privilegiado, de familia acomodada y comparte con el lector, que el haber estado acostumbrado a la vida fácil, lo había llevado por el camino del menor esfuerzo y a la larga, había perdido su vida cómoda. Lo único que le queda de ese pasado de padres con plata, de “niño bien criado y privilegiado, es esa buena forma de hablar, de manejar el idioma”,  que es lo que le sirve para escribir sus novelas.

Luquitas, como lo llama su esposa Cata, es ahora un escritor cuarentón, profesor universitario que coordina talleres literarios. La enseñanza en la universidad, más que una pasión es un modo de ganarse un poco de dinero y su función en las aulas es más la de un acompañante, que hace el mínimo necesario - da ciertos consejos a los alumnos para que ellos mismos incursionen en la escritura, se equivoquen y luego, tomen conciencia de sus errores para poder, tal vez, encontrar su norte en la creación literaria.

Lucas está impaciente por recoger un dinero que le adelantan dos editoriales que le han encargado dos novelas, una en Colombia y la otra en Estados Unidos. El dinero le llega a una cuenta en un banco en Uruguay porque en Argentina la situación política y económica no es propicia para recibir dólares del exterior. Perdería demasiado en impuestos y cambios monetarios. Ese dinero le sirve para poder pagar las deudas, mandar arreglar la estufa, la nevera, las goteras en el apartamento, el carro, ponerse al día con las mensualidades del Jardín infantil de su hijito de cinco años, Maiko y devolverle la plata prestada a Cata, su mujer, quien lo mantiene desde hace meses. Sueña con tener esa plata - unos 17 mil dólares, que le permitirían la estabilidad económica y así poder dedicarse a la escritura de sus dos novelas.

Entonces comienza la verdadera historia.

la uruguaya 350Lucas se va un martes muy temprano al Uruguay. Se despide de su mujer y de su hijo, de manera casi furtiva, porque duermen todavía. El trayecto por barco de la Argentina al Uruguay es relativamente corto, así que muchos argentinos hacen el viaje de ida y regreso en el mismo día para traer platica de sus cuentas en los bancos de Montevideo.

Lucas nos cuenta su historia de vida con lujo de detalles, así como todo lo que le sucede en las 17 horas que duró su visita a Uruguay. Es una especie de catarsis, de monólogo, de “peregrinaje de sus recuerdos”, que le ayudará a reubicarse en la realidad y que le permitirá reinventarse.

Nos describe, con técnica cinematográfica, todo el trayecto que hace desde que sale de su casa en su carro hasta los embarcaderos del ferry que lo llevará a Uruguay y todo lo que ve y le sucede allá, así como su regreso a casa, muy tarde en la noche, ese mismo día.

Ya en el ferry, se relaja y piensa en Guerra. Ese apellido que pronunciaba frecuentemente durante sus sueños y que Cata su mujer, escuchaba y quedaba intrigada - Luquitas, ¿quién es Guerra…? Pero Lucas, medio dormido, no contestaba.

Magalí Guerra Zabala es una chica uruguaya de 28 años, que Lucas había conocido en un festival literario en la localidad de Valizas. Durante el festival, los escritores habían hablado de los años 90 y de la postdictadura. Después de las ponencias de los participantes, el encuentro había culminado con una fiesta.

Guerra no era escritora. Estaba acompañando a su amiga Rocío, que sí lo era. Durante la fiesta, Lucas la invita a bailar y queda encantado con ella. Parece que ella también simpatiza con él, tanto, que quedan para verse al día siguiente para hacer una excursión a los médanos de Cabo Polonio. Se sinceran. Lucas le dice que está casado y que tiene un hijito y ella le dice que tiene novio. Se llama César.

Durante la excursión, se enfrentan a una naturaleza de dunas, mar y sol. El ambiente es inspirador y se desata una pasión entre ellos que no puede ser culminada, pues a cada momento, los turistas que exploran también la zona, les interrumpen el romance. Al regresar a Valizas, se despiden y quedan de verse apenas Lucas pueda regresar a Uruguay.

Esta es la ocasión. Lucas se ha citado con Guerra para después de que él haya hecho la transacción bancaria. Sueña con llevarla a un lugar especial para, ojalá, culminar lo que hace meses no se pudo.

Cata, su mujer ya tiene la mosca detrás de la oreja y cada vez que Lucas pronuncia el nombre Guerra durante su sueño, a ella le suena a infidelidad. Además, la relación entre ellos se ha deteriorado bastante en los últimos tiempos, Lucas está prácticamente desempleado y la plata escasea. Lo que lo mantiene vivo, es su hijito Maiko a quien adora. Mucho de su tiempo lo dedica a él. Lo cuida, lo viste, le da de comer y se tira en el suelo a jugar con él. El niño lo comparte todo con su papá, hasta los virus que agarra. Lucas vive con miedo, por tener un hijo tan pequeño y él ser un papá viejón.

También el recuerdo de Guerra lo ayuda a querer seguir adelante. Se ha enamorado de un espejismo. En su reflexión, reconoce que el gran amor por Cata ha disminuido considerablemente. Ella tiene un trabajo en el campo de la salud y debe asistir a eventos con todos los de ese gremio. Llega siempre agotada y se duerme profundamente. No tiene ni fuerzas, ni tiempo para llevar una vida de esposa. Tiene bastante abandonado a Luquitas. Lucas ya ha empezado a pensar que la frialdad, cansancio e indiferencia de su mujer son el resultado de alguna relación secreta de Cata con alguno de esos médicos con los que trabaja.

El autobús que lo ha llevado por carreteras de provincia hasta Montevideo, la capital uruguaya, le permite gozar de paisajes netamente agrarios, con chacras, palmeras, graneros, campos de flores amarillas y carros viejos y destartalados - como los que se ven en la isla de Cuba.

Lucas describe cada calle, cada avenida, cada monumento por donde va pasando. Describe la parte turística, la de mostrar. Las pastelerías con la elaborada repostería uruguaya, que Lucas compara con la suavidad y sencillez de los budines hechos en casa. Luego, describe también, aquellas zonas más populares, donde se mueve la economía informal - el pequeño negocio, los bares y los salones de tatuajes y de piercings, el restaurante de comida típica. Hace alusión a una descripción de “una Montevideo idealizada” de Jorge Luis Borges.

Cuando llega al lugar donde va a sacar su dinero, debe hacer una gran cola. Mientras espera su turno, observa la gente. Todos en la fila están pendientes de la pantalla grande, donde pasan un partido de fútbol. Juegan los héroes del balón como Messi, David Luiz, Suáres y otros. En Argentina y Uruguay no puede faltar el fútbol. Es el opio del pueblo. Como en el resto del continente Latinoamericano.

Lucas recibe sus miles de dólares y se va de manera discreta a buscar un lugar seguro para introducir sus dólares en un cinturón especial de seguridad, que tiene una cremallera interior. Entra en un bar y pide cerveza y en el baño del local, organiza su cinturón. Luego, saca una habitación en el Hotel Marriot, en un piso alto. Con vista. Tiene la intención de llevar a Guerra allá.

Se va al lugar de la cita con Guerra. Es un restaurante sencillo, pero famoso, porque ahí va con frecuencia el presidente Pepe Mújica a comerse un “plato sencillo”.

Lucas tiene también programado en su agenda, visitar a su amigo y colega uruguayo de vieja data, Enzo Arredondo, con el cual tiene planes de publicar algunas revistas literarias. Enzo llama a Lucas “holandés,” porque dice que su apariencia física es como los de ese país. Ambos son admiradores del escritor Onetti, el de la famosa novela El Pozo.

Guerra llega tarde y lo sorprende. Trae consigo al perro de César. Un pitbull manso que lleva bozal y que se adormenta debajo de la mesa. Comen el plato recomendado del lugar. La chica sabe que Lucas ya hizo sus vueltas bancarias y lo invita a pasear por una zona de playa y evade la propuesta de ir al Marriot.

Guerra le cuenta su tragedia - ella está embarazada y su amiga Rocío la escritora, la mosquita muerta, la fea, se entiende con César. Por eso ha terminado con ese novio y está muy triste. Sin embargo, le cuida el perro de vez en cuando. Lucas se siente esperanzado en que “el campo haya quedado libre” para ellos y acepta ir de paseo por la playa antes de ir al hotel. Debe ir con calma. Es su oportunidad de ganarse a la chica de sus sueños.

En el lugar de playa, Guerra “seduce” a Lucas y, éste, totalmente perdido por la sorpresa y por haber fumado un porro de mariguana ofrecido previamente por ella, cae en las redes de la serpiente. En ese momento, unos hombres los asaltan, le pegan patadas a Lucas por las costillas y le roban el cinturón con los dólares. Guerra se comporta como si lo que acabara de pasar fuera toda una sorpresa también para ella y le ofrece a Lucas, dinero y hasta posada por esa noche en la casa de su padre, donde vive ahora que no está más con César.

Lucas está muy adolorido por la paliza recibida. Piensa, que Guerra ha urdido todo ese plan para robarlo. Lo cierto es que ella sabía lo de su plata. Por eso, se despide de ella y en un dos por tres la chica desaparece. Entonces Lucas se va para donde Enzo Arredondo. Lo recibe con cariño. Lucas cuenta todo lo ocurrido. Enzo y su amiga lo tranquilizan hasta que Lucas se siente con fuerzas para regresar a su casa en Argentina. Toma el ferry y llega por la noche. Se siente muy mal y adolorido. Exhausto, llega a su casa bien entrada la noche. Lucas tiene fiebre alta y tembladera. Está muy mal.

Cata lo tiene que llevar al hospital público, pues Lucas no está cubierto, por no haber pagado las mensualidades. Lucas se queda maravillado, que, en lo público, recibe una atención de cinco estrellas.

***

Cata tiene una amante. Una médica con la cual se entiende hace ya varios años. Se separa de Lucas. Ambos siguen siendo buenos padres. Maiko, se adapta, vive con Lucas y pasa temporadas en la casa de Cata y su compañera.

Guerra, César y Rocío hacen historia en Uruguay por ser el primer matrimonio de tres. Dos mujeres embarazadas del mismo amante.

Lucas recobra la cordura y puede vislumbrar un futuro sereno y armonioso, donde lo más importante es la capacidad de adaptarse a los cambios y poder desarrollar una gran “inteligencia emocional,” para reinventarse cada vez que sea necesario.

 

perdo mairal  375Pedro Mairal
Nace en Argentina en 1970 y es considerado por la crítica como uno de los mejores escritores jóvenes de Latinoamérica. Su trabajo literario ha explorado géneros como novela, poesía, cuento y no ficción. Con el libro La Uruguaya, gana el galardón literario Tigre Juan, (galardón fundado en 1977 en honor al escritor español Ramón Pérez de Ayala por su libro Tigre Juan. El curandero de su honra.) Mairal es también periodista y profesor universitario. Comenzó la carrera de medicina, pero la abandonó un año después para dedicarse a la literatura.

 

 

 

 

 

Material enviado a Aurora Boreal® por EDIMCA. Publicado en Aurora Boreal® con autorizción de EDIMCA. Fotografía de Pedro Mairal © Xavier Martin. Carátula del libro  La uruguaya © cortesía Libros del asterisco.

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