IRES Y VENIRES

IRES Y VENIRES*

He pasado casi medio siglo de mi vida
yendo y viniendo,
atravesando los linderos de mi patria
a bordo de barcos, trenes y aeroplanos que,
con el correr del tiempo,
se volvieron más rápidos,
más gráciles y cargados
de gente ansiosa de conocer el mundo.

He vivido otras culturas
respirando aires diferentes,
admirando cielos completamente azules,
como el de México en los años cincuenta
que ahora se esconde tras pesadas capas
de gases mortíferos y polución asesina.
Me he sumergido sorprendida,
en mares fríos, en pleno verano,
en los que bañan la costa de Portugal
o, en el Canal de la Mancha,
bordeado de arrecifes de tiza,
o en el desteñido Mar del Norte en Holanda.
Y en océanos turbulentos:
el Atlántico desde Punta del Este
hasta la Florida y Nueva York,
o en un Pacífico extenso
que me ha brindado sus arenas
en Acapulco, la isla de Bocagrande en Colombia,
San Francisco, Los Ángeles... y hasta en el Japón,
O el océano Índico de increíble color,
que acumula altas dunas de arena
entre los eucaliptus de Australia
mientras los hijos de los ingleses deciden
si los hijos de los aborígenes
son o no son, los verdaderos propietarios de sus tierras.

O el de la Costa Azul de Turquía
donde desfilan los hoteles de las Mil y Una Noches
con casinos adornados de espirales en mármol y agua
entre avenidas y fuentes y palmeras de dátiles.

Mares mediterráneos como el Adriático,
el azul Egeo y el mismo Mediterráneo
con su histórica isla de Malta,
de mar transparente y frío,
aunque no tan transparente
como el de algunos balnearios españoles
donde se debe compartir la playa
con los desechos de los barcos
que lavan sus cloacas en los muelles:
plumas de gallina, bolsas viejas de plástico,
y otras cosas... que prefiero no recordar.

Y he podido comprobar también,
que las arenas de nuestro Caribe de siete colores
son suaves y blancas
y se pegan a la piel como harina,
quizá porque los habitantes de sus costas
están desnudos de civilización y artificios.

Nuestros antepasados portugueses
aportaron a mi raza, nueva religión, lengua,
cultura e incultura sin medida.
y deseos muy hondos de vivir y amar
a todas las indias morenas
que encontraron en sus rutas.
La valentía de los lusitanos
se mezcló con el coraje de los caribes,
quienes dieron muestras y ejemplo
de esa ausencia total del machismo
que quedó asentado como tradición y estigma
en las raíces peninsulares
del hombre iberoamericano.

Mientras tanto, como decía el poeta,
las uñas nacaradas
de nuestra gran madre indígena
se calvaban en la espalda
de aquél que le horadaba el vientre
con su espada afilada, rápida y metálica
para dejar sembrada para siempre
la semilla europea en América.
Medio milenio de traspaso de costumbres,
de arribo de barcos cargados de...
lenguajes nuevos, de dioses importados
y necesidades distintas a las conocidas antes,
como la ambición, el honor y el deshonor,
y el poder de la ciencia.

Desde la punta de los Alpes
donde ahora estoy sentada al iniciar mi invierno,
diviso a lo lejos una aldea
que va quedando sepultada bajo sábanas blancas.
El viento silba en mi ventana
un canto escalofriante
mientras zarandea a un árbol
desnudo y membranoso, con la suavidad danzante
de copos blancos rápidos como meteoros,
y ágiles, como plumas que brotan de algún roto
del colchón del cielo, continua y tenazmente,
hasta formar una cobija mullida y fría
que arrope bien los campos, lagos y bosques
de la patria de mi exilio.

El aullido del viento predispone a mi espíritu
en contra del descanso y lo incita a la lucha
pasiva y silenciosa de la pluma,
que araña la superficie deslizante del papel,
con trazos seguros de signos en clave
que porten retóricos y arcaicos mensajes,
como: "El amor es la llave para salvar al mundo".

Y mientras el viento aúlla en mi ventana,
yo sigo escribiendo, yendo y viniendo,
en mis hipotéticos Ires y Venires.

gloria_serpa_015Gloria Serpa-Flórez de Kolbe es colombiana, columnista e investigadora literaria. Residió largos años en Alemania, donde se tradujeron al alemán algunos de sus libros de relatos y la novela corta El ojo de pescado (Múnich, 1988). * IRES Y VENIRES, Alemania, 1995 -Del libro VERSOS LIBRES- enviado a Aurora Boreal® por Gloria Serpa-Flórez de Kolbe. Publicado en Aurora Boreal® Digital con autorización de Gloria Serpa-Flórez de Kolbe. Foto Gloria Serpa-Flórez de Kolbe©Gloria Serpa-Flórez de Kolbe.

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