Poesía - Alfredo Lavergne

alfredo_lavergne_001Alfredo Lavergne. Poeta, Chile, 1951. Emigró a Canadá en 1975, país donde publicó en diferentes medios literarios y logró dar a conocer su obra en extenso. Se radicó en Québec, Montreal. Se sumó al estudio de la obra huidobriana (creacionismo), al haiku (poesía japonesa) y a la creación literaria. Colabora en revistas especializadas, festivales y periódicos. Retornó a Santiago de Chile en 2005. Su obra ha sido incluida en diversas antologías y revistas. Ha publicado siete libros de poesía en castellano y tres bilingües en idiomas castellano-francés. Actualmente reside en Santiago, Chile. Ha publicado los siguientes libros: Cahier Fluvial, Montreal, Levres Urbaines 1997; El Puente, Montreal, Édition d'Orphée, 1995; La mano en la velocidad, Montreal, Édition d'Orphée, 1993; Alguien soñó que no moría / On ne rêve pas encore à la mort, Montreal, Orphée, 1993; El viejo de los zapatos, Montreal, Édition d'Orphée, 1991; Retro-perspectiva / Retro-perspective, Montreal, Édition d'Orphée, 1991; Palos con palitos, Montreal, Édition d'Orphée, 1990; Rasgos separados / Traits distinctifs, Montreal, Édition d'Orphée, 1989; Índice agresivo, Montreal, Édition d'Orphée, 1987; Alas dispersas, Montreal, Édition d'Orphée, 1986; Cada fruto, Montreal, Édition d'Orphée, 1986; Desde el suelo, Santiago, poemas 1980-1982.

 

 

 

EN EL HUEVO DE COLÓN

Bajo el cielo contaminado de América
Un error de la chatarra
Carga hacia la izquierda su volante
Se desliza entre un camión y un autobús
Acelera hacia la derecha para alcanzar la limosina
Que va adelante
Decidida a continuar
Con la posesión
Del lujo De la Panamericana De las tres vías.
En este continente han cumplido cinco siglos
Los transterrados.

 

 

TRANSTERRADO

Como me siento lejos de donde estoy
O porque me empujan hacia donde no iré
Camino
Y con un hábil golpe del lápiz
Que resume las imágenes Que lleva de viaje
Subo al tren.
Me devuelvo donde no deben ignorarme
Retorno porque lo anterior va conmigo
Regreso a mi ciudad y llego a otra.

 

 

 

MELANCOLÍA

Retorno a mi país y llego a otro.
Soy el condenado a buscar...
Esa tierra que especifica mi alma
Esa raíz que no cambia de personalidad
Ese azote de los ojos al cerebro
Ese tiempo testimonial Esa gente que existe en mí
Y mi desesperación
Pasa por calles que tienen su sirena y sirenas.

 

 

 

ESTILO

Tres jóvenes parejas subieron al tren.
Una se abraza e ignora al inspector
La otra se amarra de las manos
La tercera se acaricia y baja la cortina.
El vehículo avanza a toda velocidad
Hacia la estación que me interesa.

 

 

 

POESÍA

El vehículo avanza a toda velocidad
Y deja atrás
A la ciudad
A la población
Utópica Desnuda Abierta
A la piedra del desarrollo
A la quijada del progreso
Al polvo de la emancipación humanista.
Yo
Que digo no estar en guerra
Tomo la inspiración que está al alcance
De todos
El lápiz
Una hoja
Y construyo mi fortaleza.

 

 

 

INSPIRACIÓN

Un pasajero de este viaje
Me solicita
Una hoja.
Quiere hacer No respondo.
Se entierra en el asiento...
Recoge sus pies Y queda en su lugar.
No me inquieta no contestar
Cuando es ficción
Cuando no hay evolución
Y no siento nada cuando recreo a un desconocido.

 

 

 

LA NOCHE

No me inquieta no contestar
A quien no solicito pregunta o respuesta
Porque siempre trabajo alguna representación
O porque cuido los textos
Que me llevan
De ferrocarril en ferrocarril
De festival en festival
De farfullador en farfullador
De fe en fe
De clan en clan
Y porque los hombres de este fin de siglo
Se diferencian
Sólo por el periódico que cargan bajo el brazo.

 

 

 

EL PEREGRINO Y LA VELOCIDAD

Cuando viajo
De festival en festival
Por rutas Senderos Caminos
De señal en señal
De pista en pista
De aldea en aldea
De capital en capital
Leo.
Saco la cabeza
Por la ventana del vehículo
Y el camino se simplifica
De luces De sombras
Y la memoria recibe las sabrosas pinceladas
De los árboles.

 

 

 

DISCURSO

Que no me conocen y no comprenden
Le dije a un amigo un día:
Cuando leo No regreso Nada cambia
Si estamos a favor de signos
O en contra del asedio de un villorrio.
Con la realidad de las cosas
O con terribles
Tiranos Colaboradores Cooperantes
Y digo que he protestado A los libros
Con los cuales comparto mi rastro
Y los saludos que envía la madre naturaleza.

 

 

 

CHEF-D'OEUVRE

Nada cambia.
Bajo
Me detengo
En una población en blanco
En uno de esos caseríos marcados con un nombre
En una ciudad que soporta
Invitaciones Desembarcos Aterrizajes
De demasiados países
O en una de las astillas del encanto de la naturaleza.
Cruzo la calle Culmina una trayectoria.
Meto la mano al bolsillo y entrego propina
A los movimientos imaginarios
Que en las esquinas Agradecen y envidian.

 

 

 

BITACORA

Pasar
Por uno de esos caseríos
Marcados con un nombre
De alguien
De un sueño
De un héroe
De un santo
De un error
De una esperanza
De una visión de otro mundo
O con una palabra en la lengua del pueblo vencido.
Soy
Uno de los que pasa
Por encima de esos bautizos.

 

 

 

LLUVIA FINA

De una visión de otro mundo
Llegar a las peleas callejeras del cosmopolitismo.
A la gran ciudad industrial
A la cuña utópica del desarrollo
Al realismo urbano
Al mundillo
A la muchedumbre donde el día y la noche se derraman
A la multitud que intenta no despertar a los niños.
Llegar
Y saber que tu cabeza amanece en un mundo sin siesta.

 

 

 

IMPERMEABLE

En ese mundo sin siesta
Muestran Ofrecen Venden
Las postales que coleccionan turistas
Cerebro Sexo Color
Y no saben que si se detienen
De noche o de día
Los robots Las turbinas Los motores
Pueden escucharse los lamentos de los humanos
Y el timbre de voz de los inmigrantes.

 

 

 

NI ABRIGO NI TECHO NI ESPERANZA

Los emigrantes son actores que abandonan
Su memoria viva Su himno universal Su fiesta
Los robots Las turbinas Los motores
Su modernidad Su diversidad Su excelencia
Y otras dosis de energía
En las veredas públicas de la cultura
O en los caminos de los propietarios de la estructura
De los rompecielos.

 

 

 

CLÁSICO URBANO

Un antipoeta
Se detiene en la entrada de un rompecielos
A ver pasar
Niños Niñas Mujeres Hombres
Y otras dosis de energía
E intenta distinguir
Sus árbitros Sus dirigentes Sus semáforos
Y un poeta
Observa y escribe.

 

 

 

CARICATURESCO

Antes de presentar una retrospectiva
El poeta
Debe ser capaz de distinguir
La unidad estética La trayectoria
De su lápiz negro De sus lápices de colores
Y las muestras de sombras y rayados
Del pentagrama eléctrico que se extiende
De poblado en poblado.

 

 

 

OVISCAPTO ÉTNICO

De poblado en poblado
La modelada El mundillo El furor de vivir
Extiende la divertida mezcla social.
Por un libro Por el periódico
O por el tendido eléctrico recibimos la noticia:
Un español
Que vivió en América
Tradujo
Al castellano
A poetas románticos ingleses.

 

 

 

PENTAGRAMA

¿Las aves negras
Que de noche duermen
En el tendido eléctrico
Auguran nuestro final
Y las que de día cantan
Nos distraen?

 

 

 

LA PLAZA

Te distraen
El extranjero en tu ciudad
Los asociados entre sí de corazón
Tu gente en los símbolos
La ciencia La ideología El sortilegio La teoría
De la Evolución universal que engendró el Terror
El rescate de la memoria histórica
Y el sentimiento de haber sido observado
Entre tanto disperso.

 

 

 

NOMENCLATURA

La gente de símbolos ojerosos y rutinarios
Los payasos Los acróbatas Los equilibristas
La población de estrellas
Los que se retocan Los que saltan Los que bailan.
Todos viajan
Por el hechizo Por el artificio Por el motor
De buscar placer.
Yo
Por las noches camino hacia mi ciudad
Y despierto con el pasaporte sin timbrar.

 

 

 

NI RUIDO NI VOZ

Por hechizo Por artificio Por dar en el hito
Tu país te persigue y te avasalla.
Esas cosas ha dicho el versátil
Y aún más
El otro desdichado.
Ya de mayor
Por calles de breve estancia
Por esta nueva My Generation
Por no poder abandonar el recuerdo
Por esta identidad nacional
En esta carrera mirando atrás
Ya no temo a la hoja en blanco y al papel histórico.
Ya mi cabeza es
Nómada no remunerada.

 

Selección de poemas de Alfredo Lavergne para Aurora Boreal® realizado por el autor del libro El Puente. Les éditions d'Orphée. Montréal, Canadá, 1995 enviados a Aurora Boreal® por Alfredo Lavergne. Publicados en Aurora Boreal® con autorización de Alfredo Lavergne. Foto Alfredo Lavergne©Alfredo Lavergne.

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