Cuiteratorio versiculatio

hugo_figueroa_001Mientras cobijo
tiemplo y me poseo
este poema chato desventurado y ajeno
no está escrito por mi
escribo poemas impersonales
sin el cualitativo de la sombra
ni el lustre de saberme entre las sílabas
Escribo como me he enseñado a escribir
escribo de memoria versos distintos a Catulo y a cualquier Ibrahím
escribo necio
y someto las palabras al conjuro de la fauces del otro quien las duda y disuelve su café


Ahora
decido que me entiendas
para sentirme alguna vez como Lulo
mi vecino
Hugo Figueroa Brett. Venezuela 1940. Militar de graduación académica se retira con el grado de Teniente de Fragata. En 1973 gana el premio nacional de cuentos convocado por la Universidad del Zulia con su cuento Metástasis. En 1975 edita su poemario 13 Genital. En 1976 gana el premio nacional de Poesía convocado por La Universidad del Zulia con el poemario Agosto tiene un titulo distinto para mí . Edita su libro Casa de Astrid y casa 1982.  Es incluido en una selección de poetas venezolanos en la Revista Poesía del Ministerio de cultura de España (1986). Publica su poemario Scargot en el 2005. Reside en Maracaibo Venezuela.quien llega y le da comida al guacamayo y me dice que la próxima semana me traerá de la alta guajira una sarta de pescados muertos
Y quiero parecerme a Lulo que arrastra unas sandalias de no se
y porta unos calembes de pantalones cortos
y no usa mis corbatas de seda
Pero hoy
que he aburrido al silencio de tratar de hacer cualquier cosa
me he decidido a faltarme el respeto
y a escribir como escribía Rogelio
para que lo leyera Eufemia
y se lo dijera a Elvia
que se lo escondía para que su padre no le preguntara
y
he decidido ser un poeta igual a Cadenas o a Withman
dos viejos pendencieros que se han pasado la vida hablando de sus quejas y dolores
"Ay yo que tanto viví
la miserable espera de esperate"
Y yo debo aprender a decir estos pedazos de carbunclo y recitarlos en las fiestas quinceañeras y asentir
que si
que les voy a escribir unos versitos a la mujer del frente
para que no le salgan espinillas
y volver a empezar
ponerme las chancletas
mecerme en la hamaca
y sentir retortijones de barriga por que
"Ay la vida testaruda me amenaza"
o
"Yo que viví pegado a tus aceros
he de seguir viviendo
para encontarte un día
y amanecer de ti´"
Si
yo debo esconder estos gallos etruscos que me trajo Hikmet
y olvidarme de Cummins
y sentarme a leer de nuevo a Felix B. Caignet para que tu
o una muchacha parecida a tí
lo lea que la quiero.
Y no andar como el hijo de puta de Maiakovsky
queriendo al mundo
y saturándose

 

 

Hay que saber de todo lo silencio

 


Yo hubiera podido llegar al paraíso
pero pasaban los autobuses
llenos del misterio procaz de la avaricia
todos querían llegar lejos del turno
devolverse a pasar sus tiempos en Gerona o en Andalucía
lucir sus overoles en Cerdeña
o andar como ahora y siempre en una ciudad
que promete el silencio por todo parentesco
Yo hubiera querido llegar al paraiso
sentarme allá con Dios
y comentar de lo fácil que le resulta al caballero
llegar a esa estación tan amedrentada
por los que pasan atiborrando el bus
que conduce a Estambul otros a Ibiza
y los demás retardados
por el norte en Noruega Finlandia Caledonia y Hungría
Pero yo
que apenas soy de una ciudad del tiempo
que he vivido pensando en la remota parte que me toca de la vida
he creído siempre
que con ese tomo de saber y de existir
bien podría yo llegar al paraíso
Entrar por la puerta que debe tener y gritar fuerte
muy fuerte
como lo dije una vez
y derrotar el miedo.

 

 

Oro


Otra vez
cuando la fiesta recién iniciaba
el peso de su danza
apareció el camello con su hija
y la ofreció al beduino
Era la más hermosas de las osas polares
y tenía además de las manos
los ojos hechos y la mirada puesta
Era el prodigio que atesora la alondra sin el vuelo
pesada y triste se acostaba en la espalda de su padre
y dormitaba cargando
un inmenso azafate de creyones girar
Era preciosa
Eso que llaman los hombres de lindura y belleza

Había demasiada luz y demasiado ensueño
para ver mirar pasar sentir
y estarla viendo mientras devoraba las prendas de su ropa
esparcidas encima de la mesa y colgadas de la ventana abierta
por donde se divisaba a lo lejos la curva limpia y serena de la mar

Entonces todos agitábamos las manos para que apareciera una bellota
Tan sólo un huracán de miel sobre las mentes nuestras
y estaría ella de nuevo poseída por el recurso fiel del infinito
Todos estábamos con la espalda en el piso
La humedad subía
iba palpando muslos y dicciones
y al final
en el techo
se abría un hueco de donde se ocupaba una sonora risa de payaso
y esta moneda
que te entrego
hoy.

 

Cuiteratorio versiculatio, Hay que saber de todo lo silencio y Oro enviados a Aurora Boreal® por el poeta venezolano Hugo Figueroa Brett. Foto Hugo Figueroa Brett©Revista Temporada.

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