Poesía
Selección de poemas para Aurora Boreal® por José Kozer
José Kozer (La Habana, 28 de marzo de 1940) es un poeta prolífico y traductor cubano radicado en los Estados Unidos desde 1960. Clasificado dentro de la estética neobarroca —fue uno de los editores de Medusario: Muestra de la poesía latinoamericana, Fondo de Cultura Económica, México, 1996—, ha publicado medio centenar de libros, la gran mayoría de poesía, aunque entre ellos hay también de prosa. Durante tres décadas fue profesor de literatura hispana en el Queens College de Nueva York (1967-1997); después vivió dos años en España y luego regresó a Estados Unidos. En 2013 obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
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- Por José Kozer
Selección de poemas para Aurora Boreal® por la autora.
Colombia, 1977. Tiene publicados siete libros entre poesía, ensayo y biografía. Ha recibido en Colombia tres premios nacionales de poesía y el Premio Nacional de Ensayo y Crítica de Arte del Ministerio de Cultura y la Universidad de los Andes (2011). Además ha recibido en España los premios Martín García Ramos (Almería, 2007) por La Vocación Suspendida (Point de Lunettes, 2008, Travesías, Min. Cultura de Colombia, 2009) y el Premio César Simón (Universidad de Valencia, 2011) por Del Tiempo, un paso (Denes, 2011). En portugués publicó los libros: Vistas sobre o Tejo (Lisboa, 2011) y la antología Um país que sonha (cem anos de poesia colombiana) (Lisboa, 2012). Vivió en México y España. Desde 2007 vive en Lisboa.
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- Por Lauren Mendinueta
Selección de poemas para Aurora Boreal® por la autora.
Blanca Helena Muñoz. Colombia. Primer premio en el Concurso de Poesía Santiaguino "Marco Fidel Chávez", 2011. Recital Poético Multicultural y Multilingüe, en New Brunswick, Canadá, 2011. Representó a Colombia en la convocatoria Word in the world, en New Brunswick, Quebec, Canadá, 2010 y traducida al inglés y al francés. Mención de Honor en el Primer Concurso de Poesía Atiniense, Buenos Aires, Argentina, 2010. Magazín Cultural Latinoamericano Xicóatl Estrella Errante, de Salzburgo, Austria y traducida al alemán, por la Licenciada Judith Moser Kroiss, 2009. Antología mural y virtual El espacio no es un vacío, incluye todos los tiempos de la Asociación Canadiense de Hispanistas, Montreal, Canadá y traducida al inglés y al francés, 2010. XI Recital Poético Multicultural y Multilingüe, en New Brunswick, Canadá, 2010.
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- Por Blanca Helena Muñoz
Paolo Tommasi (Italia, 1958). Autor de música de cámara y música para el teatro, entre sus obras destacan Rondetto e Fuori orario para la lectura de algunas operas de Mario Luzi, Sinfonia delle stelle: quattro impressioni cosmiche, Passacaglia, Asturias, Giardini di primavera y música de escena para la lectura de I Sepolcri de Ugo Foscolo. En el 2008 recibió del ‘Alto Patronato del Presidente de la Reppublica' el premio internacional "Ecolès pour la paix" por el musical Il treno della felicità. Director de orquesta y concertista europeo desde 1976 estudió con Gaetano Giani Luporini y Sergio Celibidache. Docente en el Instituto de Alta Formación de Livorno desde 1978, es Presidente de la Sociedad del Contrabajo fundada en Lucca en 1985.
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- Por Paolo Tommasi
Alfredo Lavergne. Poeta, Chile, 1951. Emigró a Canadá en 1975, país donde publicó en diferentes medios literarios y logró dar a conocer su obra en extenso. Se radicó en Québec, Montreal. Se sumó al estudio de la obra huidobriana (creacionismo), al haiku (poesía japonesa) y a la creación literaria. Colabora en revistas especializadas, festivales y periódicos. Retornó a Santiago de Chile en 2005. Su obra ha sido incluida en diversas antologías y revistas. Ha publicado siete libros de poesía en castellano y tres bilingües en idiomas castellano-francés. Actualmente reside en Santiago, Chile. Ha publicado los siguientes libros: Cahier Fluvial, Montreal, Levres Urbaines 1997; El Puente, Montreal, Édition d'Orphée, 1995; La mano en la velocidad, Montreal, Édition d'Orphée, 1993; Alguien soñó que no moría / On ne rêve pas encore à la mort, Montreal, Orphée, 1993; El viejo de los zapatos, Montreal, Édition d'Orphée, 1991; Retro-perspectiva / Retro-perspective, Montreal, Édition d'Orphée, 1991; Palos con palitos, Montreal, Édition d'Orphée, 1990; Rasgos separados / Traits distinctifs, Montreal, Édition d'Orphée, 1989; Índice agresivo, Montreal, Édition d'Orphée, 1987; Alas dispersas, Montreal, Édition d'Orphée, 1986; Cada fruto, Montreal, Édition d'Orphée, 1986; Desde el suelo, Santiago, poemas 1980-1982.
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- Por Alfredo Lavergne
Sebastián Fiorilli Di Rienzo Benvenutti (italo-argentino, 1977) es licenciado en comunicación social, publicidad y medios de comunicación. Es traductor científico y literario en inglés. Ha publicado Antología Poética de Escritores Santafesinos. Rosario, Argentina 1996-1999, Marisma de mí. Poemas. Ed. Vitruvio, Madrid, 2004, La voz y la escritura. Poemas, Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, El perfecto Dejado. Poemas. Ed. Mar Futura 2008, El mundo dejado a la suerte de una cabra. Poemas. Ed. Mar 2012, La poesía da para comer (Libro completamente comestible, Edición en oblea®) 2012, Yo también fui normal, Cuidado que viene el lobo. (inéditos en proceso de edición).
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- Por Sebastián Fiorilli

lleven palomas mi mensaje
fibra violeta de la tierra
hasta el altar en los cráteres
hasta la fosforescencia nevada en el Valle de la Luna"
"8.VIII.74 San Miguel"
-Etnairis Rivera
A Yolanda Arroyo Pizarro
I.
Me dijeron que salí del jardín en vergüenza
cuando la costilla del hombre fue despreciada,
que eventualmente, -según las leyendas-
me hice una con Lilith, la primera
y que eventualmente nuestras carnes
se unieron con los 144,000
primeros intentos de mujer
antes de mí, Eva
que llegué de una costilla rota
elevada a cuerpo de mujer.
Dicen que salí de una cueva llena de cuervos
y que ahora sólo resido en pesadillas
que no sé conducer
y que mías son todas las culpas del mundo,
que míos son los desaciertos de los planetas
y el hecho de que sólo se alineen matemáticamente
cada cierto tiempo.
Pero parte de la ley de inercia es la energía cinética
de los muchos cabellos y los pechos dobles
porque fuimos mujer antes que madre
aunque seamos también el perpetuo de la ley de los hombres.
Te digo un secreto, -en voz sumamente baja para no corromper
los tímpanos de los futuros hombres con cojones de oro
y las futuras mujeres vestales de las casas tomadas de Cortázar-
yo salí del Jardín de Edén por voluntad propia
porque siempre fui una, la primera y los miles de primeros intentos de mujer
porque los ángeles y serafines no se atreven a apuntar sus espadas de fuego
a una mujer, -porque no saben lo que es mujer-
y el desconocimiento recaba en miedo, aún entre los que no son hombres
ni cuerpo.
Yo salí del Edén con misión a Empírea
aunque me tomara milenios llegar
y miles de partos prematuros a criaturas con cola de demonio
aunque en el proceso de llegar a la Gran Ciudad
deje mis pechos sembrados en el suelo
y mis cabellos afeitados corriendo en la Delta del Nilo,
aunque éstos fecunden la tierra misma
y sus árboles y hierbas cierren por completo el camino a ésta.
II.
Mi camino es el del desierto
como todas aquellas madres que transcriben
la música de las arenas,
cada grano un dios olvidado
cada diez puñados una mujer hecha carroña
en el piso, al lado de la cama matrimonial
todas las arenas que se transcriben en la música de tus pechos
que lleva el timbre que se le olvidó al mar
cuando en el origen elucubraba la forma
de deshacerse del horizonte.
Mi camino es el más solitario de las ciudades
camino por la más vieja de todas ellas, Damasco,
en el planeta de todos
y su tragedia es seguir siendo hermana menor
de la ciudad más vieja, LaPerdida,
a la que se va por el desierto
como una adolescente con hijo adentro
esperando a que Dios me salve de un dragón negro
que pudo fácilmente escapar de la espada de San Jorge.
Con el peso en mi espalda
y la leche materna corriéndose por mis pechos
manchando mis vestiduras
voy quitándome la cruz de encima
porque mis hijos ya han muerto todos
los buenos y los malos
los éticos y los moralistas
Caín y Abel
Hansel y Gretel
Azazel y la Patty, ramera del 666 hace par de años;
mi camino es del desierto
cuando cruzo las Dunas del Este
para hacerme una con el Sahara
mujer de arena sin burka,
tormenta de arena
mujer tormenta de miles de líneas de sangre
que no se redujeron con Sem, Cam y Jafet
soy el perfume del Mar de Calanscio
las bacterias que duermen bajo la arena
desde el día que la mano de Dios dividió el cielo de la tierra
soy la bruja escondida en un bosque
esperando regalarle a Blancanieves
la misma manzana de Edén que llevo siempre en mi vientre,
y con el peso de mi espalda,
mis senos chorreando leche materna manchando mi camisa,
la leche se hace una con la arena
madre de carne, madre de tierra
al fin y al cabo
madre de arena.
III.
Culpa a Medea del infortunio del veneno
que corre por la sangre
del que se deleita en los males peregrinos
lentos pero progresivos.
Culpa a Circe de que los hombres
ante el reflejo de la soberanía
y el espejismo del sexo
sean revelados como cerdos.
Culpa a Baba Yaga
de la leche cortada
y los abortos primigenios;
de que las niñas se pierdan en los bosques
y regresen embarazadas por los lobos.
Culpa a la Malvada Bruja del Oeste
de que el Mago de Oz no tenga
poder real o poder alguno;
de la falta de corazón en los hombres de hojalata
y la estrechez de mente de los espantapájaros.
Culpa a la madre,
que somos nosotras las culpables de los árboles secos,
la globalización y el efecto de invernadero,
cúlpanos de todo, hasta de tu astucia de culparnos,
que una mujer aguanta más dolor
que cien hombres que gritan por uñeros en los pies,
cúlpame, que soy Eva, y todas las mujeres se resumen en mí,
aunque en tus designios sólo haya espacio
para la puta y la santa madre
cúlpame, que yo aguanto las blasfemias de Dios y Adán,
sin repostar mi aliento
que yo no salí del Edén
que me lo llevé adentro,
una sola semilla del Árbol de la Vida
en mi esponja de vientre que se burla de las culpas
y la delicadeza original de los pájaros
mientras aquí,
en la ciudad perdida de los ángeles con espada
se me descose la cesárea de más de un millón de años
y sale la semilla que reemplaza los árboles secos
Yggdrasill con mi sangre
mi odio y mi fuego.
Madre de arena enviado a Aurora Boreal® por David Caleb Acevedo. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de David Caleb Acevedo. Foto David Caleb Acevedo © Steven Photo Art.
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- Por David Caleb Acevedo
Luis Reynaldo Pérez. República Dominicana,1980. Poeta, narrador, editor, gestor cultural, productor audiovisual, guionista. Edita la revista online Luna Insomne donde se publica poesía, narrativa, arte visual y ensayos sobre literatura, arte y cultura. Premio Único del I Concurso Nacional de Haikú con Temblor de lunas. Miembro del taller de narradores de Santo Domingo y miembro fundador y coordinador editorial de El Arañazo, colectivo literario. Junto a Alexéi Tellerías, Ricardo Cabrera y el Dj Manuel Miller conforma la banda de spokenword Poebeats. Publica la columna Memoria Sonora en VIP Magazine desde diciembre del 2011. Dos guiones suyos (María Taquitos y Una cruz frente al mar) fueron filmados durante el proyecto de cine comunitario Cuentos de Caminos del Despacho de la Primera Dama. Textos suyos están incluidos en Poetas de la era compilada, Elsa Báez (Santuario, 2011). A la garata con puño: poesía dominicana actual compilada por Ariadna Vásquez Germán para "Punto de Partida", (UNAM, México 2012.) Ha publicado Poemas para ser leídos bajo la lluvia (Publicado dentro del libro colectivo Esto no es una antología: Palabras que sangran de El Arañazo colectivo literario. Ediciones Ferilibro, 2012). Ha sido traducido al japonés.
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- Por Luis Reynaldo Pérez

El aire que todo lo cubre y todo lo rodea, señala la bondad infinita mucho más allá de la pupila, mucho más allá del deseo, mucho más allá de la ciencia.
El aire del beneficio incesante: la vida en la respiración y luego el orden magnífico de la palabra.
El aire en su magnificencia desconocida por la profundidad mucho más allá de su densidad, madre del vuelo, madre de la esperanza, sustento de la mirada, del deseo del hombre, testigo perseverante y útil de la gran morada, huésped de las aves y tiempo para la búsqueda de más humanidad.
La tierra, sostén, donde la huella deja las simientes y reverdecen las magnitudes y gramíneas y el apogeo de las grandes selvas.
La tierra, barro y cuna en donde el hogar sustenta su ternura física y donde caen todas las semillas iniciales y finales para siempre.
La tierra que permite el entender al hombre como tal y lo diferencia y lo señala como caminante sujeto por piernas y ruedas y artefactos que lo dejan llegar hasta la orilla del agua.
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- Por Hugo Figueroa Brett
Julio Olaciregui. Colombia, 1951. Periodista y escritor, pasa de un género literario a otro con una gran desenvoltura. Sus obras incluyen la novela, la poesía, la dramaturgia, el cuento. Julio Olaciregui eligió domicilio en Francia desde hace algo más de treinta años. Actualmente trabaja para la Agencia France Presse. Ha publicado Vestido de bestia (relatos), Los domingos de Charito (novela), Trapos al sol (cuentos) y Dionea (mitonovela). Adaptó para el cine La mansión de Araucaima, de Álvaro Mutis, filmada por Carlos Mayolo.
Divertimento
Ñapa de carnaval
Si el toro fuera de azúcar
y los cachitos de panela...
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- Por Julio Olaciregui
Selección de poemas de Oreste Donadío para Aurora Boreal® por Lucía Donadío
Oreste Donadío, (Colombia, 1965). Pintor, poeta y grabador. Maestro en Pintura de la Academia de Bellas Artes de Florencia Italia. Desde 1989 ha expuesto su obra individual y colectivamente en Italia y Colombia. Fue seleccionado para participar en el XXXV Salón Nacional de Artistas (Corferias, Bogotá 1994); en la exposición Cincuenta años de Pintura y Escultura en Antioquia (Museo de Arte Moderno, Medellín 1994) y en varios Salones Regionales de Artistas, Zona Centro Occidente, convocados por el Ministerio de Cultura. Individualmente, ha expuesto en: Galería Gadarte, Florencia Italia (1991); Galería Gartner Torres, Bogotá (1993); Biblioteca Publica Piloto, Medellín (1993); Galería Gartner Uribe, Bogotá (1995); Museo Universitario Universidad de Antioquia (1997); Biblioteca Efe Gómez, Universidad Nacional de Medellín (2002); Sala de Exposiciones de Comfenalco, Medellín (2003); y Galería de Arte Contemporáneo Paul Bardewll, Medellín (2006). Ha publicado los libros: El laberinto transparente (Hombre Nuevo Editores, 2007 Medellín, Sílaba Editores, 2010 Medellín.) Los invisibles pájaros del alma (Sílaba Editores, 2010 Medellín).
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- Por Oreste Donadío
Magali Alabau. Escritora, poetisa, actriz y directora de teatro, nacida en Cienfuegos, Cuba, en 1945. Ofrece una obra lírica de sostenida calidad desde que publicó su primer poemario Electra y Clitemnestra, premio de poesía latina del Instituto de Escritores Latinoamericanos de Nueva York. Ha publicado también los poemarios La extremaunción diaria, Hermana, Hemos llegado a Ilion, y Liebe. La editorial Betania tiene en imprenta su libro Dos mujeres. Sus poemas han aparecido en diversas antologías, entre las que destaca Indómitas al sol. Cinco poetas cubanas de Nueva York (Betania, Madrid, 2011). Reside en Woodstock, New York y la presente selección de poemas ha sido elaborada especialmente por la autora para Aurora Boreal®. Los poemas pertenecen a un libro que se publicará a finales de 2012 por el Editorial Betania en España bajo el título Volver.
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- Por Magali Alabau
IRES Y VENIRES*
He pasado casi medio siglo de mi vida
yendo y viniendo,
atravesando los linderos de mi patria
a bordo de barcos, trenes y aeroplanos que,
con el correr del tiempo,
se volvieron más rápidos,
más gráciles y cargados
de gente ansiosa de conocer el mundo.
He vivido otras culturas
respirando aires diferentes,
admirando cielos completamente azules,
como el de México en los años cincuenta
que ahora se esconde tras pesadas capas
de gases mortíferos y polución asesina.
Me he sumergido sorprendida,
en mares fríos, en pleno verano,
en los que bañan la costa de Portugal
o, en el Canal de la Mancha,
bordeado de arrecifes de tiza,
o en el desteñido Mar del Norte en Holanda.
Y en océanos turbulentos:
el Atlántico desde Punta del Este
hasta la Florida y Nueva York,
o en un Pacífico extenso
que me ha brindado sus arenas
en Acapulco, la isla de Bocagrande en Colombia,
San Francisco, Los Ángeles... y hasta en el Japón,
O el océano Índico de increíble color,
que acumula altas dunas de arena
entre los eucaliptus de Australia
mientras los hijos de los ingleses deciden
si los hijos de los aborígenes
son o no son, los verdaderos propietarios de sus tierras.
O el de la Costa Azul de Turquía
donde desfilan los hoteles de las Mil y Una Noches
con casinos adornados de espirales en mármol y agua
entre avenidas y fuentes y palmeras de dátiles.
Mares mediterráneos como el Adriático,
el azul Egeo y el mismo Mediterráneo
con su histórica isla de Malta,
de mar transparente y frío,
aunque no tan transparente
como el de algunos balnearios españoles
donde se debe compartir la playa
con los desechos de los barcos
que lavan sus cloacas en los muelles:
plumas de gallina, bolsas viejas de plástico,
y otras cosas... que prefiero no recordar.
Y he podido comprobar también,
que las arenas de nuestro Caribe de siete colores
son suaves y blancas
y se pegan a la piel como harina,
quizá porque los habitantes de sus costas
están desnudos de civilización y artificios.
Nuestros antepasados portugueses
aportaron a mi raza, nueva religión, lengua,
cultura e incultura sin medida.
y deseos muy hondos de vivir y amar
a todas las indias morenas
que encontraron en sus rutas.
La valentía de los lusitanos
se mezcló con el coraje de los caribes,
quienes dieron muestras y ejemplo
de esa ausencia total del machismo
que quedó asentado como tradición y estigma
en las raíces peninsulares
del hombre iberoamericano.
Mientras tanto, como decía el poeta,
las uñas nacaradas
de nuestra gran madre indígena
se calvaban en la espalda
de aquél que le horadaba el vientre
con su espada afilada, rápida y metálica
para dejar sembrada para siempre
la semilla europea en América.
Medio milenio de traspaso de costumbres,
de arribo de barcos cargados de...
lenguajes nuevos, de dioses importados
y necesidades distintas a las conocidas antes,
como la ambición, el honor y el deshonor,
y el poder de la ciencia.
Desde la punta de los Alpes
donde ahora estoy sentada al iniciar mi invierno,
diviso a lo lejos una aldea
que va quedando sepultada bajo sábanas blancas.
El viento silba en mi ventana
un canto escalofriante
mientras zarandea a un árbol
desnudo y membranoso, con la suavidad danzante
de copos blancos rápidos como meteoros,
y ágiles, como plumas que brotan de algún roto
del colchón del cielo, continua y tenazmente,
hasta formar una cobija mullida y fría
que arrope bien los campos, lagos y bosques
de la patria de mi exilio.
El aullido del viento predispone a mi espíritu
en contra del descanso y lo incita a la lucha
pasiva y silenciosa de la pluma,
que araña la superficie deslizante del papel,
con trazos seguros de signos en clave
que porten retóricos y arcaicos mensajes,
como: "El amor es la llave para salvar al mundo".
Y mientras el viento aúlla en mi ventana,
yo sigo escribiendo, yendo y viniendo,
en mis hipotéticos Ires y Venires.
Gloria Serpa-Flórez de Kolbe es colombiana, columnista e investigadora literaria. Residió largos años en Alemania, donde se tradujeron al alemán algunos de sus libros de relatos y la novela corta El ojo de pescado (Múnich, 1988). * IRES Y VENIRES, Alemania, 1995 -Del libro VERSOS LIBRES- enviado a Aurora Boreal® por Gloria Serpa-Flórez de Kolbe. Publicado en Aurora Boreal® Digital con autorización de Gloria Serpa-Flórez de Kolbe. Foto Gloria Serpa-Flórez de Kolbe©Gloria Serpa-Flórez de Kolbe.
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- Por Gloria Serpa-Flórez de Kolbe