Literatura
El primer presentimiento que tuvo Verónica de que algo o alguien estaba tratando de tomar contacto con ella se redujo a una confusa sensación de perplejidad que se halló muy lejos de presagiar con claridad algo determinado. Sucedió durante una representación de la Antígona de Sófocles, en la que desde hace algunos meses desempeña el papel de Ismene. De pronto se vio a sí misma de pie delante de sí mientras desarrollaba su actuación, como espectadora y actriz al mismo tiempo. No se trataba simplemente de una división de la personalidad, como si cada una de dos partes diferentes de su yo hiciera cosas independientemente de la otra, sino de la unidad indivisible y conciente de ambas partes dentro de esa división: ella, la Verónica de todos los días, estaba siendo testigo presencial de Ismene, la Verónica actriz. De otro modo, tal vez ni se hubiera enterado del hecho.
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- Por Ubaldo Pérez - Paoli
REGRESO DEL AGUA
La arena del tiempo en el cúmulo de los días.
Las sombras que se hacen largas en los rostros.
Una bandada de verbos y sus crías
se desliza en la helada superficie del cielo.
La conversación es un río de palabras
que revierten la historia
mientras el agua regresa
y Heráclito se asombra.
UNA MONEDA
Parece cierto que a Judas
se le cayó una moneda de la bolsa
mientras corría en busca de un árbol.
La halló un mendigo
que comió bien ese día
se compró una túnica de segunda mano
y llenó de azaleas el templo.
Cé Mendizábal, Bolivia 1956. Es un sobresaliente escritor boliviano, afincado en La Paz desde niño. En esa ciudad estudió la carrera de Literatura en la UMSA, y allí ha desarrollado una fructífera trayectoria literaria y periodística, que lo hizo acreedor a la Medalla de Oro Franz Tamayo a la creación cultural (1999) y al Primer Premio de Crítica Cinematográfica Llama de Plata (1989). Ha publicado los poemarios Regreso del agua (1994); Inmersión de las ciudades (1998); En el cóncavo privilegio de la desmemoria (2004). Su novela Alguien más a cargo (2000) ganó el Premio Nacional de Novela de Bolivia de la Editorial Alfaguara de 1999. Sus relatos breves se recogen en Con ojos de basilisco (2004) y en Los sábados son demasiado largos (2008).
TROYA
No estuviste en Troya, Helena;
tus pies no conocieron esa tierra.
La guerra se inició allí
por el fuego de tanto deseo.
Más que nadie te amó Homero
para urdir ríos de palabras
en el nombre de tu ausencia,
para ver la acumulación de las armas
donde no había nadie,
para ver el tumulto de las naves
donde no había nada.
Mucho debió amarte para imponer tan duro cerco
a toda una ciudad
para arrancar de la voluptuosidad de sus vinos
y de sus lechos
a tanto dios vengativo,
a tanto héroe desdichado.
Cuánta sangre, Helena, cuánto sudor
para trepar los muros inexistentes.
Las flechas son ahora nubes
que en las nubes se pierden
para volver como lluvia
que embarga los corazones.
Mira el llanto de ese hombre viejo.
Sólo quiere rescatar del barro el cuerpo de su hijo.
Cuántas vueltas, Helena,
cuántas vueltas alrededor de los muros
imaginados
cuánto más habrá de durar todo esto.
Tersites fomenta la traición en los campamentos.
Es como un fantasma que repite que en el amor
hay que complotar.
Pero Homero no oye,
y pronto vuelve al norte
de sus pesadas picas
y del noble desafío.
Todo es terror ahora
cuando el rey de los mirmidones
ejerce su invencible venganza.
Pero más invencibles
son tus paredones, Helena,
que requieren tanto sacrificio.
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- Por Cé Mendizábal
Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?
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- Por Reina Roffé
Alguien me acariciaba. Entreabrí los ojos y, después de unos segundos, pude ver en la penumbra del cuarto a mi madre sentada en el borde de la cama. "Hoy es tu primer día de clase", me dijo. Yo tenía seis años y la certeza de que algo importante iba a ocurrirme. Cuando salimos a la calle, creí otra vez estar flotando en el éxtasis del sueño. El barrio
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- Por Reina Roffé
No bien llegó a la playa que tanto recomendaban, se echó a andar con los pies descalzos donde la arena húmeda le permitía desplazarse sin esfuerzo. Le habían dicho que el lugar tenía mucho encanto, lo cual no significaba nada. Sin embargo, reconoció que era encantador, especialmente porque no había nadie en ninguna dirección y entre cielo y
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- Por Reina Roffé
Era el gobierno más eficaz de la historia. Había solucionado uno de los problemas endémicos del país: el desempleo. Con un decreto, aumentó los festivos, favoreció los puentes, triplicó las vacaciones anuales. Con otro, bajó el impuesto a los automotores y el precio de los vehículos. Fomentó el turismo nacional y liberó la velocidad máxima
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- Por Reina Roffé
Un día como hoy es dádiva y alimento para los que siempre hablan, o peor, escriben del tiempo: por la mañana, lluvia torrencial; al mediodía, muchas nubes en el cielo disipadas rápidamente por un fuerte viento que todo se lleva por delante; quietud y sol radiante a primera hora de la tarde; nuevas nubes al atardecer; agua nieve por la noche; tormenta
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- Por Reina Roffé
En las noches de luna llena, los tatuajes de Gía cobran vida. Hasta el momento, no se ha percatado de lo que sucede con los dibujos que adornan su piel, porque sólo se ha dibujado rosas que terminan rodeando su cama como un jardín circular que desaparece automáticamente con el primer rayo del sol, y porque las estrellas que tiene
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- Por Esteban Dublín
El anciano se levantó a tientas de su cama, arrastró los pies por el suelo y, a pesar del hedor que expelía, se dirigió lentamente hacia el baño. Puso sus manos sobre el lavabo y se miró al espejo. Luego de observar las hebras blancas que adornaban su calva y sus arrugas de acordeón pintándole la piel, se tomó la cabeza. "Carajo, Wendy", sollozó.
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- Por Esteban Dublín