Literatura
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- Por Juliana Díaz Baldocchi
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- Por Ricardo Bada
Las Cuitas de Carlota.
Biblioteca íntima.
March Editor, Barcelona, 2003
155 páginas que se devoran en
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- Por Gloria Serpa Flórez de Kolbe
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- Por Lina María Pérez Gaviria
De la obra de ficción de Helena Araujo leí recientemente dos cuentos: 10, Chemin du Levin publicado en Ardores y furores. Relatos eróticos de escritoras colombianas (Bogotá: Planeta 2003) y El coloquio de Claudia en Cuentos colombianos del siglo XXI (París: Indigo & Côte-femmes èditions, 2005). Ambos muestran la solvencia de una pluma sensible e imaginativa que reflexiona sobre lo femenino desde lo erótico y desde el quehacer literario. En estos relatos la autora logra una poética narrativa en su pluma fluida y vital. En este epistolario detiene su mirada en las paradojas de una mujer capaz de examinar sus dramas y aventuras y de buscar la liberación en las revelaciones de su propio espejo. Las cartas que escribe Carlota a su prima Elisa Ayala se sienten frescas, se leen de un tirón. Sí, por qué no decirlo, uno prefiere que sea Zana, cálida, aguda y graciosa la que cuenta, y no una Carlota, con nombre demasiado tieso y majo para una mujer que sabe mirar con ojo crítico las convenciones de una época en la cual el destino femenino era una camisa de fuerza. Las cartas tejen una historia, la de una mujer que desde la adolescencia intuye que debía abrir ventanas a la vida almidonada y llena de polillas en la que había crecido. Una bitácora vital que registra tedios, temores y deseos.
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- Por Lina María Pérez Gaviria
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- Por AURORABOREAL
El ranking de los libros menos vendidos es un sondeo al pasado. Esta sección pretende recordar los libros injustamente olvidados
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- Por Leo Larsen
-¡Quieta! - La toma por los hombros y la mira así, largamente, manteniéndola contra el marco de la puerta. -¡Quieta! - pero ella se le escabulle a paso rápido, descartando el bolso y la chaqueta, recuperando de una ojeada el sofá gris, los libros, la mesita manchada con redondeles de vasos.
-Toda una tarde aquí! Toda una tarde! ¿Te das cuenta?
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- Por Helena Araújo