Zulema Moret entrevista a Consuelo Hernández

consuelo hernamdez foto 006Entrevista con la poeta colombiana Consuelo Hernández, antologada en Mujeres mirando al sur: antología de poetas suramericanas en USA. En la entrevista se propone una palabra que sirve de motivo para desencadenar cada respuesta. Consuelo Hernández ha publicado cuatro poemarios: Voces de la soledad (Venezuela, 1982), Solo de violín. Poemario para músicos y pintores (Estados Unidos, 1997), Manual de peregrina (Chile, 2003), Poemas de escombros y cenizas / Poems From Debris and Ashes (Estados Unidos, 2006). La poeta es también autora de dos libros de crítica literaria: Álvaro Mutis: Una estética del deterioro (Venezuela, 1997), Voces y perspectivas en la poesía latinoamericana del siglo XX (España 2009). En 2011 ganó el Premio Accésit Antonio Machado de poesía con su poema Polifonía sobre rieles (Madrid, 2011).

 

 

ZM: INFANCIA
CH. En el campo. Vista desde este momento muy feliz, con una sed insaciable de saber, de encontrar algo sin límites y de conocer el mundo. Mi madre me enseñó muchos poemas, "El botoncito de Azucena" fue el primero que recité en un acto público de mi pre-escolar; lo memoricé cuando tenía cuatro años y aún no sabía leer. Aprendí a leer a los seis años en una escuela rural y mi premio, aún lo recuerdo, un balón rojo brillante, muy liviano. Por mi deseo de conocer el mundo, tenía gran curiosidad por los aviones, me maravillaba verlos pasar por mis montañas andinas y saber que iban llenos de forasteros, con maletas que mi imaginación llenaba de sorpresas. En mi inconciencia e ingenuidad deseaba que cayeran en la finca donde vivía para conocer gente de otros lugares y culturas. Mi padre no vivía conmigo pero lo veía frecuentemente, con una distancia que solo pude entender cuando llegué a la madurez. De él tengo la fortaleza, la valentía y la capacidad para tomar decisiones. Estuve rodeada del amor de las mujeres de mi familia: mi madre, mi abuela, mi bisabuela y mi tía y llegué a sentirme satisfecha de la relativa ausencia de mi padre, pues así gozaba de una libertad sin temor a la represión y la fuerte autoridad. Asociaba al hombre / padre con el tirano implacable. Mi figura de autoridad fue mi abuela Melina, estricta, recta y muy sabia, sin embargo nunca me inspiró miedo, yo tenía la certeza que sus castigos eran moderados. Mi madre, dulce, cariñosa e intuitiva, tenía una alma de bohemia y una vocación por la libertad imposible de realizar en la sociedad de su tiempo. A ella le debo mucho de mi destino y mi carácter. De ella me viene mi sentido del ritmo, mi gusto por la armonía y el balance, un sentido ético de la vida, la memoria de los poemas clásicos e infantiles y canciones populares. La recuerdo siempre cantando, especialmente cuando estaba triste, "el que canta sus penas espanta"-solía decir. De ahí viene la música de mis poemas muchas veces remarcada en los comentarios y críticas. De mi madre aprendí la afición por la lectura, algo excepcional en la mentalidad provinciana de ese tiempo. Ella leía poesía romántica y modernista, y narradores como Vargas Vila, un escritor que fue prohibido por la iglesia. De hecho su confesor le mandó quemar los libros de este autor para poder absolverla de los pecados que ella en su loca fantasía hubiera podido cometer. Aura o las violetas y Flor de fango terminaron en una hoguera en el centro del patio de mi casa junto a otros libros que el sacerdote desaprobó.

 

 

ZM: LENGUA
CH: El español... es mi lengua nativa. Nací, crecí y me eduqué hablándolo; incluso cuando me trasladé a Nueva York fue con el objetivo de seguir penetrando en mi lengua y mi cultura. Estudié francés y portugués y hablo un poco de italiano por mi compañero que es italiano; mi lengua materna me ha hecho sentir siempre más cómoda con las lenguas latinas. Por eso escribo en español aunque vivo en Estados Unidos, tal vez es una forma de resistencia, pero sobre todo de conveniencia. Escribir poesía en otra lengua distinta a la materna es exponerse a límites que afectarían el propio desarrollo del lenguaje poético. Dice el poeta Paul Celan que quien escribe en lengua diferente a la materna, miente; creo que tiene razón.


ZM: LECTURAS
CH: Miles, He leído del tema que se te antoje, además de literatura. Desde medicina a poesía, de yoga a física y matemáticas, de astrología a marxismo, de religión a arte a filosofía y psicología. Pero no me enfrasco en ningún sistema, ningún autor o autora, ni he intentado parecerme a nadie. Sin embargo, muchas de esas lecturas me han dejado sedimentos que seguramente reflotan en mis poemas y en todo lo que escribo. Toda poeta inventa pero todo texto viene de otro texto, creo que fue Borges el que popularizó esta idea. Todas las personas tenemos una historia poética simultáneamente cimentada en el mundo de la experiencia personal y social y también en el mundo literario del que nos nutrimos.


ZM: MEMORIA / RECUERDO
CH: Mi memoria es pésima para para detalles y datos. Es más asociativa y analógica que analítica. La memoria es anterior a nosotros, pero es ella la que nos permite los recuerdos de momentos particulares que han marcado la existencia y que por alguna razón, no siempre conocida, hemos privilegiado. Con el tiempo esos recuerdos que han hecho mella, en el ser reviven con otra forma y aparecen como recurso en el poema. Mi credibilidad en los recuerdos es cuestionable, la memoria me devuelve un mundo de recuerdos distorsionado por el tiempo y las emociones. Desde mi memoria veo ahora mi infancia feliz y quisiera volver allí, pero sé que no fue así. Desde mi memoria ¨todo tiempo pasado fue mejor¨ y hasta encuentro como justificar momentos de sufrimiento de dolor, mi memoria ignora o disfraza los momentos de privación en vida de renunciante y de hippie, los fríos que pasé mientras hacia auto stop en las alta montañas de los Andes, o el calor y el silencio casi absolutos del desierto. Los recuerdos engañan y yo lucho por encontrar la Verdad, más allá de las verdades que no son más que simples concordancias de relatividades. Por eso desconfío de las biografías y más aún de las autobiografías, aunque es uno de los géneros que más disfruto. En la poesía actúa una suerte de memoria selectiva, muchas veces el presente determina cómo se recuerda el pasado, hay un regulador interno que permite recordar lo que cobra sentido en un momento intenso del presente.


ZM: MUJER
CH: Mi condición, mi naturaleza, la forma en la cual mi energía esencial se despliega, el vaso que moldea mi existencia. Ni más ni menos, mujer de pies a cabeza. Lo que me correspondió ser en esta vida. Como mujer me ha tocado luchar para que se me reconozcan mis derechos y una condición de igualdad con el otro género. Lucho por abrir los ojos a los que todavía les molesta o se resisten a vernos ejercer nuestros derechos. Lucho contra las éticas que en la mayoría de los casos van contra la mujer y no son más que manifestaciones de lo arbitrario, pues una moral universal no existe y será, quizás, la cosa más difícil de establecer. Ser mujer es tener el privilegio de una ventana más grande hacia el mundo, es poder entender más a los hombres de lo que ellos entienden sobre nosotras. La mujer es portadora de una amplia historia y de una memoria ancestral que nos ha capacitado para desempeñar múltiples roles y sortear todo tipo de situaciones. En mi poema ¨Itinerario de la mujer¨ hago un recorrido de la historia de nuestro género desde el remoto pasado hasta el presente. Te cito algunos versos: ¨Por desobediente / me condenaron desde siempre / aunque a esta altura de mi vida / puedo decirles que no tiene nada de especial / el árbol del bien y el mal.../ Adán, como ya saben, / nunca fue solidario / y en lugar de protegerme me acusó / en su intento egoísta por salvarse. / Desde entonces empezó mi trajinar: / Fui mujer de Lot / convertida en estatua de sal. / ¿Mi pecado? / Nostalgiar el pasado... / Guardiana de tumbas fui / pájaro y leona alada / cabeza de águila y cola de serpiente / todo este trasmigrar para llegar a ser / virgen y madre / amante de pordioseros, maestros y profetas... / yo soy todas las mujeres del mundo / que hoy corren por mis venas.¨


ZM: MÚSICA
CH: Una necesidad. Una adicción. Es una especie de sobrevida y oxígeno para mi creatividad. Me gustan muchos tipos de música, disfruto bailando la música del caribe como la cumbia, el vallenato y el porro colombianos y claro también la salsa y el merengue. Del jazz, especialmente en vivo, me atrae el sentido de improvisación, la conexión con el presente, el modo de dialogar entre los músicos y la conexión entre los oyentes y los músicos... todos buscando alcanzar el cielo del ritmo. Me encanta escuchar la música clásica y voy a conciertos con regularidad. La música clásica es un puente a otros mundos y una forma de conocer la temperatura humana de otros tiempos y espacios. Este tipo de música me desplaza de manera similar al viaje, pero por otro medio. Igual me pasa con la ópera. Muchos de mis poemas han sido escritos bajo el efecto de la música, es una suerte de desencadenante de relaciones. Así como otras personas pueden utilizar las drogas o el alcohol como puente para su creación, a mi ese trabajito me lo hace la música y también la pintura; ambas tienen un gran poder de seducción sobre mí. De allí mi poemario, Solo de violín. Poemario para músicos y pintores.


ZM: NATURALEZA
CH: La naturaleza me seduce. Le tengo un profundo amor y respeto incluidos los animales, las plantas. Conozco sus poderes transformadores y fecundadores, me asombra la economía con que trabajan sus leyes. Viví los primeros diez años de mi vida como campesina, en una finca de cafetos, maíz, caña de azúcar, yuca y papa y muchísimos árboles frutales. Quien haya estado en Colombia sabe que es el país que tiene la mayor variedad de frutas; mi preferida es la piña, reina de las frutas. Las plantas me hablan y me acompañan: me hace temblar una acacia y me eriza la piel un cerezo en flor o un sauce llorón, puedo escuchar la voz de las magnolias y dejarme seducir por su penetrante aroma, sé de memoria el sabor astringente de las rosas, el dulce de los tulipanes, el meloso de la cayena, el agrio de las azaleas, el seco y amargo de los geranios, el insípido de las azucenas. Conozco el aroma de la menta, de la hierbabuena, el olor metálico del cilantro y me maravilla la manera como la naturaleza empaca las frutas en coloridos estuches, y una organización tan perfecta y única para cada especie. Esta identificación con la naturaleza se ve en muchas de las imágenes de mis poemas. Todos los fenómenos naturales me conmueven y me asombran por esa capacidad única de transformar el entorno y nuestras propias vidas de maneras tan impredecibles y con tanta omnipotencia. He escrito poemas motivada por los terremotos, el sol, los huracanes, la selva, la primavera, los árboles y los ríos. El mismo sentimiento se despierta cuando experimento la cercanía de los animales.


ZM: NOMADA / VIAJES
CH: Como dice uno de mis versos "soy un miembro más de la nomadería." Viajera he sido desde que tengo uso de razón. He cambiado de residencia decenas de veces en mi vida, he visitado más de treinta países, a pesar de haber nacido en el campo, en una sociedad absolutamente rural y casi feudal. Mi trashumar se inició a los diez años cuando nos mudamos de campo en El Peñol a Medellín. He vivido en varios países por azares del destino, quizás buscándome, o quizás huyendo de la muerte o yendo a su encuentro. No lo sé. Hay tres países que me han marcado: Colombia, mi país, donde nací y pasé la primera parte de mi vida hasta los 25 años. Venezuela, el país donde transcurrió un período muy importante de mi formación, un país que amo y tengo muy adentro, en el que hice grandes amigos. En Caracas ingresé a la Maestría en Literatura Latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar que tenía los más famosos profesores en ese momento. Pues al final de los setenta y durante la década de los ochenta, debido a la crisis de la democracia en Latinoamérica, muchos poetas, escritores e intelectuales se exiliaron en Venezuela y trabajaron en las universidades. Por esta circunstancia tuve como profesores al gran poeta chileno Gonzalo Rojas, el filósofo uruguayo Arturo Ardao, el poeta nicaragüense Pablo Antonio Cuadra. También fueron mis maestros los venezolanos que dieron vida a la intelectualidad venezolana de entonces: el escritor Arturo Úslar Pietri, el dramaturgo Isaac Chocrón, y el poeta y famoso crítico Guillermo Sucre, quien es el autor de la mejor obra que se escribió sobre poesía latinoamericana en los setenta La máscara: la transparencia. En Venezuela empecé mi vida de escritora publicando mis trabajos en El Nacional, el diario más importante. El tercer lugar fundamental en mi formación es Nueva York, los nueve años que pasé en La Gran Ciudad, en medio de una sociedad multiétnica, donde, como decía Edward Norton, el deporte, la droga, el dinero y la fama, han sido definitivos. Es la ciudad donde también se respira una enorme tristeza, y está cargada de pesar, de melancolía paralela a un frenesí que parece inundar a todos sus habitantes. Es la ciudad que se ama y se sufre, se rechaza y se disfruta más allá de cualquier límite, la misma que uno siente lista para la explosión pero igualmente es la ciudad más cómoda para cualquier inmigrante. Realicé mis estudios de doctorado en New York University y seguí escribiendo, algunas veces para el diario La prensa. De mi experiencia de desplazamiento nació mi tercer poemario Manual de Peregrina, publicado Santiago de Chile por Pentagrama Editores, y me trajo la alegría de poder presentarlo en la Casa de Pablo Neruda en Valparaíso, además de otras universidades y la Sociedad de Escritores Chilenos. Fue muy significativo, pues Chile es el país latinoamericano que tiene la más fuerte tradición poética, el único país con dos premios Nobel y los dos en poesía.


ZM: ORALIDAD
CH: Es fundamental para mí, en el sentido lingüístico y también freudiano porque mi contacto con el mundo exterior tiene que ver mucho con el sentido del gusto, con lo que puedo probar. Por otro lado, aún, hoy en el mundo cibernético que vivimos, yo sigo privilegiando la comunicación cara a cara o por lo menos voz a voz. Yo nací en una cultura rural primariamente oral. Mi camino ha sido a contra corriente. Contra la herencia que recibí mientras disfrutaba los cuentos de brujas, espantos y de aparecidos. Contar era el modo natural de comunicación en mi infancia, era parte de la vida cotidiana. Se narraban las noticias del pueblo, los acontecimientos en la vida de los vecinos, se contaban cuentos alrededor del trapiche, de la paila donde se mermaba el guarapo para sacar la miel, luego convertida en panela o en azúcar morena, se contaba alrededor del café, en las largas noches de luna llena. Mi conexión con la oralidad me lleva, en los viajes, a alejarme del mundo de los turistas, para poder penetrar en la autenticidad de gente de cada país, para, de ese modo, conocer de verdad sus costumbres, sus historias. La oralidad tiene una primacía sobre lo escrito y es autónoma porque permanece como cualidad en el ser humano aún después de la existencia de la escritura. Las culturas orales tienen sus propias formas de conservación y registro, por otra parte, la palabra oral no es un objeto como la escritura, es un evento es algo que sucede y se desvanece, por eso su sincronicidad con el presente. La relación con el mundo desde la oralidad es muy diferente a la relación letrada. Yo tengo la fortuna de conocer las dos. En mi poesía tal vez se refleja en la estructura narrativa de muchos de mis poemas, pues el lenguaje poético es una metáfora de la manera como nos relacionamos con el mundo.


ZM: PIEL
CH: Mi medio privilegiado para contactar el mundo que me rodea. Que me quiten el olfato, que me desaparezca el oído, pero que me quede la piel que me quede el tacto. ¡Todo es tacto! Sí, no hay medio mejor para aprehender que el tacto. Tacto es el gusto alargado en besos, tacta la piel la frescura de las palmeras en las playas, tacta el oído del aire sus canciones y su música, la vista palpa la luz que baña la retina, y el olfato acaricia el aroma, los perfumes. "Soy tacto, toda tacto... Por eso mi piel se obstina, e insiste en ofrecerse en cada uno de sus pliegues".


ZM: LO SAGRADO
CH: Para mí lo sagrado es todo lo que está dotado de más vida y lo puedo hallar en cualquier parte. Me parece muy difícil hablar de lo sagrado y me molestan todas las conversaciones alrededor del tema, especialmente cuando se evoca como algo extraño y más allá de nosotros mismos, algo que hay que alcanzar, ignorando que lo sagrado nos habita y, simultáneamente, nos rodea desde el exterior. Para mí lo sagrado es algo inherente a la vida, a los seres, las cosas, y tan esencial como el erotismo. Toda conversación sobre este tema me resulta mera especulación y charlatanería y verdaderamente, no la aprecio. Esta es tal vez la manera que tengo para decir cuán central e importante es lo sagrado en mi vida.


ZM: VOCACION
CH: Puedo resumir la vocación de mi vida en una palabra libertad. Esa vocación ha sido y será siempre mi norte. Tal vez allí resida amor a la poesía, mi tendencia al desarraigo, al viaje siempre yéndome, alejándome en busca de todo y nada. También por eso me abstengo de hablar de compromiso con la poesía porque me suena a carga, a obligación; la poesía me habita y el poema es algo que yo elijo hacer, es libertad y me otorga libertad. Debe ser terrible sentir que escribes por compromiso. Mi condición de docente no está reñida con mi vocación primaria, la docencia es otra forma de ejercer la creatividad y la libertad, mis alumnos pueden ser mis mejores interlocutores, además, siempre son jóvenes, frescos, y en algunos casos innovadores. Con este tipo de alumno es posible establecer una relación muy enriquecedora. La vocación para mí tiene una fuerza de destino. Yo he vivido intensamente, he escrito y he enseñado y aprendo cada día algo porque todos somos maestros pero al mismo tiempo todos somos discípulos.

 

zulma moret 001Sobre Zulema Moret: (Argentina), actualmente es profesora de Literatura y Cultura Latinoamericana en Grand Valley State University, Michigan (USA). Ha publicado ensayos de arte, Escombros: artistas de lo que queda (2006), la antología, Mujeres mirando al sur: Poetas sudamericanas en USA (2004). Su obra poética incluye: Cazadora de sueños (2003), Cuaderno de viaje solitario (Venezuela, 1985), Cazadora de Sueños (Madrid, 2005), Un ángel al borde de un volcán ardiendo (Argentina, 2008).

 

Entrevista enviada a Aurora Boreal® por Zulema Moret y Consuelo Hernández. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Zulema Moret y Consuelo Hernández. Foto Consuelo Hernández ©Consuelo Hernández. Foto Zulma Moret ©Zulma Moret.

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