Martha Canfield

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Poemas

Seleccionados especialmente por la autora para AURORABOREAL

 

 

 

 

 

 

 

 

ESTRELLAS COMO NUDOS

Para Jorge Eielson, in memoriam


Eran olas gigantes
y cuando rompían
contra la arena ingrávida
blanca, sutil y rutilante
se levantaba una nube
de estrellas diminutas.

jorge_eduardo_eilson_003Estrellas como nudos
enlazando el agua con la tierra
la tierra con la luz
el silencio de tu voz añorada
con la música que vive en el recuerdo.

Estrellas enormes como grandes nudos
como las olas
como la fuerza del estallido
en medio del espacio.

Estrellas diminutas
como nudos pequeños y apretados
minúsculos como granos de ceniza
que viajan por el aire
llevando su mensaje
de amor y de deseo.

La potencia de un sentimiento
que no sabe rendirse
y desafía por siempre y para siempre
la incomprensible y terca
amenaza de la muerte.

Martha L. CANFIELD (Montevideo, 1949) es catedrática de Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Florencia. Ha publicado libros y monografías sobre López Velarde, Rodó, Ramos Sucre, Quiroga, Borges, Mutis y García Márquez. Es autora de una antología de cuentos hispanoamericanos (Donne allo specchio, Le Lettere, Firenze, 1997) y de dos antologías de poesía (Voces y luces, Olivares, Milano, 1998; y Poesia spagnola e ispanoamericana («La Biblioteca di Repubblica», 2004).Ha traducido al español a Pasolini, Bufalino, Edoardo Sanguineti, Valerio Magrelli, Paolo Ruffilli. Ha editado en italiano a Idea Vilariño, Carlos Germán Belli, Jorge Eduardo Eielson, Álvaro Mutis, Mario Benedetti, Rafael Courtoisie Márgara Russotto, Eugenio Montejo, Juana Rosa Pita. Es autora de cuatro poemarios en español: Anunciaciones (Bogotá, 1977), El viaje de Orfeo(Montevideo, 1990), Caza de altura (Bogotá, 1994) y Orillas como mares (Bogotá, 2005); y cuatro en italiano, Mar/Mare (Colombia, 1989), Nero cuore dell'alba (Salerno, 1998), Capriccio di un colore (Firenze, 2004)y Per abissi d'amore (Como, 2006); además de una pequeña antología, Poemas (Pequeña Venecia, Caracas, 1997). De Orillas como mares existe una edición rumana bilingüe: Tarmuri precum marile, traducción de Carolina Ilica, Edición de la Academia Internacional Orient-Occident, Bucarest, 2006. En marzo de 2003 recibió el premio de traducción poética del Instituto Cervantes por la antología de Mario Benedetti, Inventario (Firenze, 2001). Es asesora para Italia del Festival de Poesía de Medellín y jurado del Premio Internacional de Poesía "Pier Paolo Pasolini" (www.premiopasolini.it).

PLAYA

Era una playa ilimitada
y el mar lamía con dulzura
la arena encrespada de la orilla.
Cada tanto gaviotas
dejaban sus huellas tripartitas
y el viento de la tarde
en parte las borraba
con su música armónica y sensual.

Sobre esa arena blanca
el rostro en contraluz
dando la espalda al mar interminable
yo te vi. Sé que allí me esperas.
Sé que para llegar
tendré que abandonarlo todo
sin ninguna piedad, sólo guiada
por una idea única y total.

No sé si llegará ese día
pero entre tanto en medio de los días
encadenados de la vida
yo te sueño.
Y el sueño de ese día sin tiempo
me ilumina y me guía
a través de las noches de mis días.

 

NOMBRES

Me susurraba su nombre al tiempo que
me estrechaba amoroso entre sus brazos
- Jorge, soy Jorge -
y marcaba las sílabas
de ese nombre tan dulce para mí
como si hubiera querido cerrar
un círculo fantástico,
y también colocar
esa señal de fin que le faltaba
al largo recorrido
que empezó cuando era muy pequeña
y descubrí el efecto
de la palabra ajena
en el rostro sereno de mi padre.

Como si hubiera querido asumir
la identidad plural de los amores
en mí ya confundidos,
y también confirmar en la repetición
el signo privilegiado que el círculo
cierra pero abre al mismo tiempo,
lanza hacia adelante y regresando
enlaza la segura caricia familiar
con ésta, abierta a todo
el misterioso abismo del placer...

Tal vez quería decir
estoy contigo, amiga mía, mira
que detrás del deseo
existe una gran playa
donde el espacio es tiempo sin medida,
conversar se transforma
en canto fraterno y puro
y tu voz ha de hallar
no eco sino refugio en la mía.
- Soy Jorge, ¿lo recuerdas? -

Y la experiencia virgen
de una palabra de pronto no útil,
no transparente o justa,
sino impregnada sólo de poesía
se renovaba en el murmullo intenso,
último de la serie, primero del comienzo.

El tierno abrazo sofocante
que me aislaba del mundo
me descubría la senda milagrosa
donde lo ya perdido
puede volver a perfumar.

Y el alma de los tiempos me mecía
por encima del tiempo.

RESQUICIOS

Cuando todas las luces se apagaban
y escapaban las imágenes diurnas
por los últimos resquicios de la tarde
tu alma enferma de nostalgia
se encendía y ardía
con la memoria impelente
de lo que no ha sido.
Fantasmas de tus sueños
más vivos que lo vivo
sobre ti se cernían
y dulcemente lánguida
dejabas que su robusta materia
se nutriera
hasta el agotamiento
de tu sangre.

Vampiros de mi vida,
no me dejen tan sola
ahora
en medio de la noche!

El alba está cercana
y en mi respiración siento la angustia
de la sangre infeliz
que anhela derramarse o transfundirse.

 

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