El ala moribunda
Con la pluma verde del ala moribunda,
desahuciada,
escribo el poema,
en tanto el fuego arrasa la sangre del follaje.
Se lleva el humo la luz
de la mirada de los búhos,
el zigzagueo de la cascabel
y su ritual sonido,
mientras el musgo
parpadea la última mirada.
Sólo negros cadáveres, en pie,
sí, en pie,
hacen eco a la historia del bosque ,
ya vencida.
El hombre también muere
en el incendio de un instante.
Verde llamado
Me fundo en el verde llamado
de la audaz fertilidad,
cuando retoños altivos
impregnan a los truenos, a la nieve.
Es el llamado del légamo a mis pies,
buscadores del abrazo de lianas
y del momento sin nombre
en la festiva sombra,
altanera,
cómplice del verdor de mi cuerpo.
Allí entre el sudor de bejucos y de helechos
mi semilla espera
al mismo sol,
-que no duerme, que fermenta-,
a que devele en su amarillo viaje,
el secreto de mi piel.
Sin duda, es verde el bosque.
Todavía con la lluvia...
Todavía con la lluvia
derramando una gota imprecisa,
el bosque nos llama.
Todavía entre silbos de aves
rasgando la tarde,
en los líquenes, en las orquídeas,
el bosque nos recuerda;
inventa un encierro para nuestras
[ penas,
y en este camino de despojo,
nuestro cuerpo deja
su alimento al cieno,
llora la tierra.
Todavía perdura en el ramaje
nuestra sombra
y aún cuando el terremoto
se amañe en su grandeza,
el bosque renombrará semillas
y desde su nueva vida,
nos rescatará del bullicio.
Selección especial de poemas: El ala moribunda, Verde llamado y Todavía con la lluvia realizada por Blanca Helena Muñoz para Aurora Boreal®. Enviado a Aurora Boreal® por Blanca Helena Muñoz y Laureano Alba. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Blanca Helena Muñoz. Foto Blanca Helena Muñoz © María Isabel Casas R..
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