LA EMPERATRIZ DE LA CAMPIÑA
(Piña de Santander, Colombia)
Como una emperatriz de la campiña,
coronada de rayos, con su manto
de brocados de oro, yo te canto
tu realeza frutal, !oh rubia piña!
La patria con su emporio entre rapiña,
no te ignora del todo por tu encanto;
te saca el jugo...y tu valor es tanto
como una emperatriz que el oro apiña.
Vasallo de tu gusto, raja a raja,
te acrisolo tu zumo, te hago alhaja
con tus tajos de sol bajo la brisa,
para darte renombre, y quien te evoca
sabe el placer de estar de boca en boca
con tu jugo, tu miel y tu sonrisa.
LA FRUTA BOMBA
(Allá en Cuba)
Eros se desenfrena, baje o suba
a buscar el amor, allí se anida
tras la hoja de parra apetecida
mientras hunde su pico de uva en uva.
Busca Eros lo extraño: la curuba,
el zapote de fibra preferida,
el mamey, el anón o la escondida
nuez del amor que se descubre en Cuba.
Bajo el papayo, donde está su trono,
Eros se desenfrena y da su tono
y su asiedad pasándose de raya
cuando la mima y chupa, y en su rito
se arrodilla ante ella y crea el mito
que hay en la fruta bomba !la papaya!
LA FRUTA REGIA.
(Allá en Chile)
Del pomar al viñedo, la chilena
es la fruta más regia del paisaje
de primavera viva: en su ramaje,
es turgente, seduce y enajena.
!Cómo encanta esa fruta!. !Cómo llena
de laxitud a Eros! Suba o baje
su impulsivo erotismo y lo relaje
bajo el pomar la fruta más amena.
Emperatriz de Chile, la manzana
va por el mundo mágico lozana
y seduce a la boca de mi canto.
Veinte poemas del amor al día
a su fruta Neruda cantaría
bajo un ramaje de estrellado manto.
BODEGON VACIO.
Sé que andas buscando en el frutero
las guayabas, el níspero, el banano,
y alargas con fevor tensa la mano,
al verlo ya crecer, dándose entero
Yo sé,ansiedad, que el fruto placentero
es el de la primavera y el verano,
y al racimo otoñal bajo el sol cano
le estoy cantando a gusto cual jilguero.
!Ay la fruta de invierno que se hiela,
cuánto yo diera a ella lo que anhela,
para dejarle el corazón sin frio!
Saber que en mi ansiedad, abrió su pecho
para darme su pomas con despecho,
pero encontré su bodegón vacío.
Sonetos de Ramiro Lagos enviados a Aurora Boreal® por Consuelo Triviño Anzola y Ramiro Lagos. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Ramiro Lagos. Foto Ramiro Lagos © Jaime Moreno tomada del ELTIEMPO.com