En esa continua búsqueda se encuentra también la belleza en esas culturas. La belleza que no está contaminada y que es natural, virgen, que forma parte de su vida cotidiana. Una belleza espontánea, no medida ni preparada. En cada rincón, en cada esquina, en cada escena de la vida aparece algo precioso, sorprendente, elegante... Cualquier escena cotidiana de África, cualquier calle de India, del Tíbet, es un inmenso escenario de imágenes y
Julita Pequeño. España 1969. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en distintas agencias de publicidad como Directora de Arte: Tapsa, Young & Rubicam y Vitruvio Leo Burnett llevando cuentas de la talla de Repsol, Philip Morris, McDonalds, Orange, Fiat, TCM, Festival de Sitges, Cruz Roja. Ha ganado varios premios en Festivales de publicidad como El Sol de Sebastián, Cannes, New York Festival. En la actualidad trabaja como directora de arte en Innocean, agencia de publicidad que lleva Hyundai. Además ejecuta proyectos como diseñadora gráfica y decoradora
composiciones totalmente rompedoras y equilibradas al mismo tiempo, en las que ni una sola pieza desentona y todas deslumbran.
Hasta el más mínimo detalle, por pequeño que sea, es de una belleza plástica exagerada, de una modernidad muchas veces sorprendente. Ya sea por las formas, los colores o la composición, hay algo inherente en estas culturas que hace que todo sea de una plasticidad espectacular. Además, el hecho de encontrarse estas estampas rodeadas en la mayoría de los casos de una exagerada pobreza, hace que el contraste enriquezca más la escena. Pero no sólo hay que hablar de la vida en los pueblos y las ciudades. También en la naturaleza. En las montañas de Ladhak, en los pequeños lugares recónditos de Ghana, en una pequeña planta de Madagascar existe esa belleza casual, esa belleza exagerada o minimalista que te estremece y a veces hasta te ahoga. El mundo es inmenso. Seguiré viajando, buscando esa auténtica belleza que me calma y me emociona a la vez.
