Edición definitiva de 'Mariel'

mariel 001Mariel
José Prats Sariol
Editorial Verbum, Madrid
2014

 

Dieciséis años después de haber escuchado a través de las ondas de Radio Martí la noticia de que la novela Mariel, del escritor cubano José Prats Sariol había resultado finalista del premio Rómulo Gallegos, he tenido al fin la oportunidad de leerla, en esta su versión definitiva.
Comienzo por anticipar a sus futuros lectores que lo ecos de esta original sinfonía perduran —cómo solo sucede con la buena literatura— más allá de la Coda con que cierra. Escrita, siguiendo aquel axioma de Beethoven sobre su método de componer, "teniendo el conjunto ante los ojos", la novela es también el canto a cuatro voces de un país que se desmorona, voces que a veces se nos confunden hasta el punto de no saber si es el autor quien canta, sus personajes —acaso réplicas de sí— o nosotros mismos.
El espacio real de la ficción es Mariel, un pueblo costero al oeste de La Habana que en 1980, por un éxodo masivo de cubanos hacia Miami, "perdió su silencioso trascurrir, dejó de pertenecer a los pueblos anónimos". Qué mejor locación para la historia que el sitio que fue al mismo tiempo escenario y punto de ruptura de una sociedad que estalló sin aviso previo.


Desde aquí —también desde la cercana capital— los personajes nos hacen confidentes de sus muchas y sucesivas historias que en realidad son una sola. Notas musicales que se acoplan en función de la sinfonía mayor. Unos se inventan versiones de la realidad por no estar satisfechos con la suya, otros no sienten miedo de quejarse y llegan a decir, tamaña osadía, frases como esta: "Estamos rodeados de cercas, de alambres de púas, y cuando desaparece una ponen nuevas tapias, enrejan otra vez con zarzas, con sentidos trascendentales". Otros encuentran la evasión en los efluvios del alcohol y brindan, por quién si no, por los fantasmas.
El sexo es una constante necesaria, desconcertante en ocasiones, lo mismo que la traición, el temor, la falta de fe, el engaño, la separación y esa extensa suma de males que alineados por las circunstancias sirven de forzoso pentagrama al autor y sus desdoblamientos. Prepárese además el lector a colaborar activamente con la escritura, a asumir el rol de personaje ocasional que se proyecta llenando los espacios que José y sus tocayos van dejando a nuestro libre albedrío.
mariel 001Muchas y en ocasiones excelentes fueron las obras escritas por cubanos que vieron la luz durante aquellos años convulsos de fin de siglo, pocas sin embargo que afrontaran la problemática nacional con el desenfado casi temerario de Mariel. A lo que debe sumársele el hecho de haber sido escrita no en Madrid, ni en Londres, ni en París, sino bajo el sol ardiente de La Habana, enclave todavía peligroso para quienes practican el oficio de escribir. Vaya pues añadido al mérito literario el de afrontar la realidad sin disimulos, sin medias tintas. El acto valeroso de decir: "La Seguridad del Estado es la inseguridad para cada uno de sus ciudadanos"; porque lo diabólico es que "a cada cubano le pusieran ese sello en la lengua y en los oídos, como si estuvieran marcando reses al rojo vivo".
El hecho de que los protagonistas compartan el nombre del autor parecería un guiño temerario a la censura. Mofa, desafío, una broma más entre las muchas que salpican de humor cada capítulo. Prats Sariol se declara cuatro veces culpable ante los ojos y oídos de quienes buscarán bombas, asonadas, planes ocultos entre los renglones: "En efecto, camaradas —les dice— yo he sido".
Vivo el entusiasmo, los invito a esta travesía literaria por un país estancado en el tiempo, al fragmento de una historia que asentada sobre ruinas no encuentra su porvenir, a los cinco movimientos de la rapsodia para una isla habitada por seres que más que hablarnos de sus vidas nos invitan a participar de ellas, a hacer las veces de lectores y confidentes.
Quizás ser cubano facilite la lectura, pero no serlo —como un vecino que acaba de leerla— es un espléndido ventanal abierto para quienes desde otras latitudes se adentran en la literatura caribeña, donde Cuba ocupa un sitio extraño. Mariel hará de la lectura un diálogo, la rapsodia que sus personajes nos invitan a disfrutar.

 

Lázaro Echemendia
lazaro echemndia 001Cuba, 1971. Graduado en medicina en 1996 emigra a Estados Unidos en 2002. Actualmente reside en Houston, Texas, donde es profesor de espanol. Escribe en varios blogs. Su cuento "La noche del general" ganó el primer premio del certamen de relato corto "Meliano Peraile" Madrid, 2013.

 

Edición definitiva de Mariel enviada a Aurora Boreal® por Lázaro Echemendia y José Prats Sariol. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Lázaro Echemendia. Foto carátula Mariel © cortesía Editorial Verbum. Foto Lázaro Echemendia © Lázaro Echemendia.

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