Poesía de Marco Cardona Giraldo

marco fidel santiago cardona 250Marco Cardona Giraldo (Bogotá, 1987). Profesional en estudios literarios de la Pontificia Universidad Javeriana y magíster en escrituras creativas de la Universidad Nacional de Colombia. En 2008 fue el ganador del Primer premio nacional de poesía estudiantil El Quijote de acero, de la Universidad Tecnológica de Pereira. Algunos de sus poemas se han publicado en revistas colombianas como La raíz invertida y Luna Nueva, además de contar con una selección en el blog de antología mundial Poetas siglo XXI. En 2017 participó como invitado en el XXVII Festival Internacional de Poesía de Medellín. Actualmente se desempeña como editor independiente y en el campo de la educación en el área de lenguaje, mientras gestiona la publicación de su libro inédito, Cuaderno de las edades.

 

 Selección del autor para Aurora Boreal®

 

Teoría del aprendizaje

 

Por nunca aprender, irás a todas partes
a la espera de lo mismo
para encontrar otras decepciones.

A la vuelta te habrás perdido,
llegarás a casas tan extrañas
que ya nunca vas a llamarlas tuyas.

Las gracias se las darás
siempre a la aventura,
a los caminos que se cierran,
a tus pies, al equilibrio,
a la fatiga, que siempre es otra (un río),
a las ganas de olvidar todas las lecciones.

Entonces olvidarás quién es el destinatario
de esa carta en que te dueles tanto
y la guardarás en un bolsillo con las otras:

Con la carta de despedida
cuyo adiós no tuviste el valor de escribir,
con la carta de renuncia que ibas a entregar
justo antes de que te echaran a la calle,
con el anónimo que un día recibiste por error, tal vez,
con la carta de amor mecanografiada
para que perdiera los rastros de la urgencia,
con la del amigo que te recordaba lejos
y ya si te ve ni te recuerda,
con la carta en que rogabas te atendiera un médico
y con la carta del embargo que te dejaron sobre un ladrillo
con tanta delicadeza cuando ya se lo llevaron todo.

Volverás adonde te invitan los papeles de mano en mano por la calle
y tan pronto llegues estarás decepcionado.

Saldrás de nuevo a recibir volantes,
a entregar hojas de vida,
a entregar la vida, incluso,
por un par de momentos y por conversaciones entre susurros;
entrarás a las cantinas
y volverás a adorar a los desconocidos
que, con el transcurso de la música, los estrechones de manos y la embriaguez,
serán una vez más tus enemigos;
predicarás en un parque
tu devoción a San Pedro de las Alcantarillas Destapadas,
cuyos milagros atestiguan los motociclistas
que han visto con alivio
cómo se salvan de llegar a la gloria del señor
por las cloacas;
te colarás en las fiestas de los quince años
y no habrás de beber ni un vaso de agua.

Recuerda, pues, que no hay cómo volver
ni adónde.
Ante todo,
debes ser el que nunca aprende.


Eco

A Luz Elena Giraldo

 

Nunca saber
si su silencio
eran nuestras palabras,

que tardaban en volver.

 

Pendientes

Ser un abismo,
ser la distancia entre dos barrancos.

 

Taquigrafía de las hormigas

Ahora que escribo esta autosemblanza estoy tan lleno de vida que casi me avergüenza pensar que un día moriré. Diré, entonces, que soy mortal y frágil, y que esta vitalidad así de súbita no es común en este siglo ni en el pasado ni creo que en el siglo antepasado. Y emprendo esta autosemblanza sin invocar la idea de dios, en la mesa de casi siempre, frente al reflejo de casi siempre, pero con otra mirada, como si el camino de la tarde pasada se me hubiera quedado en los ojos y los mosquitos como lunares en el iris. Toda esta vida en las manos es un hormiguero por la página. Y yo también he sido tantas veces un hormiguero desmantelado: cada centímetro de mí mismo se ha dispersado para volver a unirse en otra parte, lleno de vida pese a las bajas del camino. Tantas veces, digo, que hay quienes se encuentran pedazos míos por la vida:

una antena, por ejemplo,
un zángano,
una reina caída en la desgracia y loca
retorciéndose las manos.

Que cuándo estuve en la región de ese recuerdo, me preguntan, que por qué no salí en una sola foto. Y yo tomo la antena y la hago harina, al zángano y lo empleo en una editorial en quiebra, a la reina por la cintura y la beso en la boca para contar con mi lengua cuántos dientes ha perdido. Respuestas tan a medias de tanta vida, de tanto adorar a las reinas malogradas que se van sin despedirse en cada esquina,
cansadas de mí,
tan tristes de mí,
con tantas ganas de no olvidarme
aunque lo hagan antes de doblar la siguiente esquina.

Por eso mi autosemblanza es un recuento de los lugares donde he estado, donde me han dejado, por donde he huido tanto, donde me han llevado sin saber. Y ahora que estoy tan lleno de vida la escribo, la escribo casi con pudor ante un reflejo, ante las patadas que los niños saben pegarles a los hormigueros.

 

Selección de poemas enviadas por el autor a Aurora Boreal®. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Marco Cardona Giraldo. Fotografía Marco Cardona Giraldo © Marco Cardona Giraldo.

 

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