Poesía

los ojos se desperezan más temprano
se desnudan los hombros
tímida muestra, tímida piel.
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- Por Noemí Fernández Cabanillas
Envenenándome, purificándome,
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- Por Luis Alberto de Cuenca y José del Río Mons
Cuando pienso en los viejos amigos que se han ido
de mi vida, pactando con terribles mujeres
que alimentan su miedo y los cubren de hijos
para tenerlos cerca, controlados e inermes.
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- Por Luis Alberto de Cuenca y José del Río Mons
Sobre el páramo inmenso en el que vives,
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- Por Julio Martinez Mesanza y José del Río Mons
No me voy a mover, no haré ni un gesto,
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- Por Julio Martinez Mesanza y José del Río Mons
...He caminado solo y he recibido solo el aliento negro de los muros más altos de la ciudad.
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- Por Vicente Valero y José del Río Mons
Solo los poseídos vislumbran lo completo,
la presencia sagrada que el roce apropiamos.
Mas la iluminación no se reserva a uno.
En vano es que los más sucumben ante ella.
La puerta que conduce al planeta invisible,
la puerta que se abre al espacio (exterior-interior)
el cuadro vano. Nosotros mismos la cuadrada presencia,
nosotros mismos la hendidura vacía.
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- Por Ignacio Gómez de Liaño y José del Río Mons
o es más bien que se mueve en espiral
y por tanto no avanza, se concentra
o se dispersa interminablemente,
sin un fin ni un principio, sin objeto
y sin sentido, sin porqué ni adónde.
La vida entonces vuelve a reencontrarse
con lo que fue su origen, su semilla,
la medida de todos sus fracasos,
el hueco donde caben nuestros miedos
y al que se ajustan nuestras esperanzas.
Y dando por supuesto que las cosas
sean así, tan crudas y tan frágiles,
dime tu y yo que hacemos aquí parados,
soportando el embate de la nada,
el azote que nunca merecimos
o ese dardo llamado indiferencia
o mala suerte o época difícil.
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- Por Amalia Bautista y José del Río Mons

necesité de tus palabras
para darme aire
fui en busca de tus brazos
de tu respiración tranquila
como quién va a un refugio seguro
pero encontré un abismo
unos ojos vacíos
unos brazos inertes
el llanto se agolpó en mis párpados
sin palabras dejaste que partiera
y al hacerlo mi sueño se desvanecía.
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- Por Noemí Fernández Cabanillas
Julio Flórez. 1867 - 1923. Blog NTC ... . CONTENIDO.
2 Biografía de Julio Flórez (1867-1923)
Por GLORIA SERPA-FLÓREZ DE KOLBE
(Julio Flórez Roa en Gran Enciclopedia de Colombia Tomo IX, Círculo de Lectores, Bogotá, 1993.)
Texto publicado en:
http://www.lablaa.org/blaavirtual/biografias/florjuli.htm
http://www.los-poetas.com/k/biojulio.htm
http://web.presidencia.gov.co/asiescolombia/cultura_escr_6.htm
Poeta boyacense (Chiquinquirá, Colombia, mayo 22 de 1867 - Usiacurí, Atlántico, febrero 7 de 1923).
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- Por Nos Topamos Con - Gabriel Ruíz
Siete dias de mi eternidad es una invitación universal a compartir sentimientos perdurables, íntimos pensamientos, peculiar filosofía, situaciones y momentos, que en medio de la soledad y del silencio, me confirman, en mi ser eterno. Mi vida temporal sobre este mundo, pasará, como pasan los verdes colibríes libando veloces el néctar de las flores. Deseo de todo corazón, como ellos, poder aportar un grano de polen al maravilloso milagro de la vida, pero en mi caso, de la vida interior. A quienes me dediquen un "momento" de su tiempo, los saludo con este pensamiento: "La vida es un momento precioso pero transitorio. Si logro expresar mi verdad, entonces, este momento habrá valido la pena". Madalina Henríquez Acuña
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- Por Madalina Henríquez Acuña

nos sofocan,
nos empujan presurosas
en sus laberintos.
La piel siente sus roces
que se agotan al percibir
lo superfluo.
Dejamos de existir
en el adentro,
el ángel que nos guía
ya no habla...
¿Lo mata lo externo
o sólo cierra
el pasaje de luz
que nos contacta?
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- Por Emilse Zorzut

Deseo que llueva torrencialmente,
y salir ...
y mojarme...
hasta resfriarme-
Deseo volar hasta el cosmos,
y caer ...
como una pluma lisa y lozana,
sin ningún daño en el cuerpo
o en el alma.
Deseo sentirme enamorada,
arroparme con sus brazos.
Deseo que él me ame,
que nunca se separe
de mi corazón tibio,
como el ardor del atardecer.
Deseo que me bese...
fervientemente,
que me abrace cálida
y suavemente...
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- Por Camila Henríquez Labarere