Libros
Extracto del prólogo del libro La mirada desobediente, Adriana Hoyos
Este segundo libro, escrito entre 2007 y 2010, tuvo, originariamente, un título distinto –Punto de fuga– y otra ordenación. Y algunas alusiones veladas al acmeísmo –a veces me da la impresión de que Hoyos es una poeta a la inversa de Pizarnik o Lispector: de Sudamérica hacia el Este–. También una convicción muy profunda la llevó a la nueva óptica: La mirada desobediente. El título, de actitud rimbaudiana, justifica su modo:
Cuando desviamos nuestros ojos en un gesto de pudor, prudencia o educación, la mirada desobedece por instinto y se posa sin contemplaciones, directamente, sobre aquello que intentamos evitar.
¿Es un libro para ver? No creo: no se dedica a mostrar, sino a transformar. Tiene algo de alquimia y transmutación. De conversión de la experiencia interiorizada en objeto poético. Verbal. Dividido en cuatro partes –"Descripción del pueblo", "El destino a cada paso", "La vida a sorbos", "Entre la palabra y el olvido"–, el volumen nos ofrece el proceso y no el resumen de un mundo, algo que va in crescendo. "Descripción del pueblo", la primera sección, que también podría llamarse The Lost Paradise, sin perder nada, es un tejido de recuerdos y vivencias, con su paisaje con figuras o sin ellas, visto a la luz de este instante: lejos/cerca, presencia /ausencia. Resulta significativo el símbolo de la puerta como gozne entre dos ámbitos y el del agua como imagen del tiempo vivo: Cruzas el umbral / Abres la puerta / En la fuente el agua fluye.
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- Por Jaime D. Parra
Por razones históricas evidentes el Atlántico ha sido determinante en nuestros imaginarios culturales, políticos y literarios. El descubrimiento de América, el tráfico de esclavos y la presencia de los grandes intereses coloniales y postcoloniales (España, Inglaterra, Francia, Alemania y, finalmente, los Estados Unidos) se han articulado primeramente en el Atlántico. Pero, desde el siglo XVI, un poco después del "descubrimiento" del Mar del Sur, el Atlántico se conecta con el Pacífico, ya sea por las posesiones españolas de la costa pacífica en el continente americano o por el 'Galeón de Manila' que implicó el trasiego de humanos y mercancías desde Filipinas a México, y viceversa. No obstante, a pesar de estar envueltos tempranamente en una historia global, transoceánica, desde muy temprano, el Atlántico ha sido el espacio dominante en nuestras representaciones, como muy bien se afirma en la introducción de la antología Transpacífico (conexiones y convivencias en AsiaAmericas), del cual el propio teórico cultural y literario alemán, Werner Mackenbach, participa como uno de sus editores: "A pesar de sus dimensiones el Océano Pacífico, el "mar del sur", el espacio más grande de este planeta que se abre en el poniente del continente americano, no se ha convertido en los últimos 500 años en una fuente de imaginarios para las narraciones y literaturas de América Latina". Este libro está dividido en cinco capítulos.
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- Por Luis Pulido Ritter
La narrativa colombiana es una cantera inagotable de muy buenos escritores. Entre ellos tenemos al poeta, ensayista y profesor universitario, Armando Romero, que con su novela Cajambre (2012) nos lanza a la selva americana, al Pacífico colombiano, donde se asienta una población afro-descendiente, en Buenaventura. En esta región hay un río, Cajambre, un poblado, Playitas, y una muerte, la de la pingüera Ruperta, que, según las mujeres que la conocieron, no era como los otras, por tener muchas cualidades, como la valentía y la solidaridad. La novela, en efecto, comienza, así: "fue la noche la que mató a Ruperta". Contra la sospecha de que tenemos que ver con una nueva versión de realismo mágico, tenemos a un joven escritor que, desde su posición de omnisciente observador, nos revela las interioridades de un mundo que oscila entre la realidad de una muerte y lo mágico de las creencias y representaciones sincréticas de los afro-descendientes. No obstante, no importa cuál es el punto de partida, una cosa es clara: los participantes quieren saber e intervienen en el esclarecimiento de la muerte de Ruperta. No es un policíaco en el sentido clásico (no hay detectives), aunque tampoco es un anti-policíaco, pues es la comunidad es la que actúa para saber quién mató a Ruperta, muerte que, efectivamente, es resuelta por la comunidad, yendo así más allá del enigma de crímenes y muerte irresueltas (la impunidad) tan propio de nuestros países. En un país marcado por las guerras y conflictos políticos viscerales, la comunidad en Cajambre funciona a condición de administrarse a sí misma. En este espacio cuasi-autónomo, aunque no anárquico, pues tiene sus jerarquías y su orden, nos encontramos todavía con un mundo con fronteras bien delimitadas, ya sea por clases o razas. En efecto, en la comunidad que se describe conviven los negros de la región (con sus economías de subsistencia), los colombianos blancos (propietarios de las aserrías), los intermediarios (igualmente blancos) y los extranjeros. La muerte de Ruperta revela, detrás de la aparente armonía de la comunidad, que hay quienes sacan provecho explotando a los negros que, como ella, habían venido organizándose en la defensa de sus intereses como piangüeras, trabajo que consiste en extraer conchas de los manglares.
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- Por Luis Pulido Ritter
Joaquín DHoldan presenta en Sevilla su nueva novela Estuario el 15 de noviembre de 2013.
Estuario
Joaquín DHoldan
Novela
Editorial Anantes Sevilla
2013
Sinopsis
En los albores de la II Guerra Mundial el acorazado alemán Almirante Graf Spee siembra el pánico en el Atlántico sur. Su velocidad, potencia de fuego y su habilidad para camuflarse como transporte aliado lo convierten en un corsario perfecto. En diciembre de 1939 la armada británica logra acorralarlo y tiene lugar la batalla del río de la Plata. El Graf Spee se enfrenta a tres navíos británicos y sale victorioso, pero debe atracar en el puerto de Montevideo para reparar sus daños. Tras días de movimientos diplomáticos hostiles y sabotaje de las reparaciones para retrasar su huida a mar abierto, el capitán Hans Langsdorff, rodeado por fuerzas enemigas muy superiores, se ve obligado a salir de puerto y hundir el acorazado en el estuario desembarcando antes junto a su tripulación. Días más tarde se suicida en la habitación de hotel en la que lo confinan. Cuatro décadas después, otro suicidio mucho menos llamativo, el de un tripulante de un barco pesquero, lleva a un periodista convertido en detective accidental a descubrir una inquietante relación entre estos dos hechos aparentemente inconexos.
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- Por Pertti Hyryläinen
Ha de reseñarse como un hito internacional la reciente publicación de la editorial Verbum, de Madrid, del libro titulado: La semilla de la ira, con el subtítulo de "Mascaras De Varga Vila". La autora de esta biografía novelada, es la escritora colombiana Consuelo Triviño Anzola, quien, por cierto ocupa un alto cargo en el Instituto Cervantes de Madrid, como antena intelectual del hispanismo activamente representado en hechos, letras, voces, ecos e investigaciones dignas de ser actualizadas. Lo que ha investigado más ella es la obra y el diario de Vargas Vila, que le ha permitido ser el "alter ego" y por lo tanto, la pregonera de quien fue a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el primer "best seller" de Latinoamerica.
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- Por Ramiro Lagos
En la nouvelle, "género a caballo entre el cuento y la novela propiamente dicha" (Cortázar, 1971, p. 406), a veces se encuentra que la historia narrada abarca apenas un cuadro de la vida donde interviene una situación difícil que pone a prueba la astucia y moral de los protagonistas. En este tipo de relato breve puede presentarse un final inacabado, en tantoda la impresión de que "la nouvelle no está terminada" (Shklovski, 2002, p. 132). Se trata de un "final ilusorio" (p. 132) en el cual, más que focalizarse las acciones de los personajes, se cierra con la primacía del paisaje: "Habitualmente son las descripciones de la naturaleza las que dan la materia de esos finales ilusorios" (p. 132).
Situación difícil, astucia, carácter inacabado y descripciones de la naturaleza son características visibles de Soledad para dos, nouvelle de 50 páginas, ganadora del Premio XXX Certamen Literario Internacional Argenta, celebrado en el 2013 en Argentina. Su autor es el narrador y ensayista Jairo Restrepo Galeano (Lérida-Tolima, Colombia 1951), antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Magister de la Pontificia Universidad Javeriana. Entre sus obras se encuentran Señales atendidas (novela, 2012), Otras esquinas (relatos, 2011), Narración a la diabla (novela, 2008), Cada día después de la noche (novela, 1996) y Ojos de arena (cuentos, 1983).
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- Por Jorge Ladino Gaitán Bayona
Buñuel, del surrealismo al terrorismo
Víctor Fuentes
Editorial Renacimiento
Colección Los Cuatro Vientos
ISBN 978-84-8472-783-5
Páginas: 288 pgs.
2013
Con numerosas fotografías.
Para los que pensábamos conocer la inmensa obra de Buñuel, su simbolismo, surrealismo, su universo de símbolos, sus referencias pictoricas y literarias, su mundo
religioso, anti-religioso-arreligioso, su ateísmo, "soy ateo por la gracia de Dios", este libro nos revela que nuestro conocimiento apenas rozaba la superficie de esa profunda y misteriosa via láctea fílmica del gran aragonés.
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- Por Horacio Peña
El cinturón de Orión
Alicia Miranda Hevia
Novela
Editorial Montemira - San José, Costa Rica.
264 páginas
2013
El cinturón de Orión, la nueva novela de la escritora costarricense Alicia Miranda Hevia, recrea la vida de Alan-Alama, de su familia, que trascurre en torno a la finca cafetalera de Tres Ríos, y San José, la capital de Costa Rica, que podría configurar una especie de saga familiar.
El título tiene que ver con el Cinturón de Orión, formado por Alnitak, Alnilam y Mintaka, tres estrellas deslumbrantes, que en el trascurso de la narración Alan-Alama mira fijamente, como si fueran a guiar e iluminar su vida, que desde el comienzo de la historia luce desorientada.
La historia la cuenta un narrador omnisciente, que reconstruye la vida de Alan-Alama, desde su infancia, en forma de interrogación cuando ha cumplido cincuenta años con un balance negativo.
Aunque da la impresión que el narrador fuera la voz de un fluir de la conciencia del personaje, que podría asimilarse a la técnica del monólogo interior, hay pasajes de la novela, en que Alan-Alama responde a las preguntas del narrador, y dialoga con él, como si se tratara de un diálogo normal entre personajes.
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- Por Édgar Bastidas Urresty
La piel del miedo
Javier Vásconez
Novela
Alfaguara México
Páginas 256
ISBN: 9786071127655
2013
La última novela del escritor ecuatoriano Javier Vásconez empieza con el ruido de los disparos en medio de la noche y termina con el sonido de la lluvia cayendo sobre la noche de la ciudad, una lluvia que "unas veces era cruel, otra tan protectora como la sombra del volcán". El volcán es el Pichincha, la ciudad, Quito. La primera escena ocurre en la casa familiar de la calle Carvajal; la segunda, en una alcoba del Hotel Dos Mundos. Este establecimiento, que "emanaba un aire de negligencia y misterio", tal vez le recuerde al lector el Hotel Savoy de Joseph Roth. Ambos hoteles alojan una galería de personajes bizarros (en este caso, el doctor Kronz, la cantante Fabiola Duarte, el jockey Rosendo, e incluso la propietaria del hotel, la señora Isabel, viuda de un dentista de New Jersey), personajes abiertos y misteriosos, que en las dos novelas funcionan como espacios perceptivos de la mirada del narrador, igual que otros personajes también transitorios de La piel del miedo: Papi George, Ramón Ochoa, el señor Hito.
Incluso la pasividad del narrador recuerda el tono de la novela de Roth, aunque en este caso no se trata de la impotencia del individuo frente a un mundo asertivo y voraz, pues el mundo por el que se mueve el narrador de La piel del miedo, esa "ciudad fantasmal, intrincada como las huellas en la mano de un anciano", es tan melancólico y espectral como él mismo. Tanto él como su percepción del entorno han sido moldeados por la enfermedad que sufre: la epilepsia. Todo enfermo crónico comprende hasta qué punto determina una enfermedad el aparato sensible y conceptual de la persona; cada enfermedad crónica impone una manera distinta de estar en el mundo, y cuando se es enfermo desde la adolescencia o incluso la infancia, la negociación que es necesario establecer con la enfermedad por el control y la autonomía de la persona, que en el mejor de los casos termina en la integración de la una en la otra, se solapa con la contienda que a esa temprana edad es necesario mantener con las estructuras arbitrarias y las líneas de fuerza de un mundo exterior incomprensible, ajeno y en pleno proceso de descubrimiento, contienda que conduce también a la problemática integración de persona y realidad, con infinitas variaciones y matices de alienación y conflicto. Ambas, enfermedad y realidad, empiezan por humillarnos, por someternos, hasta que, "fríamente, sin apasionamiento, desde lejos", aprendemos a aceptarlas "con la misma distancia con que se mira una máscara". Este es el doble trayecto (el doble pulso) que sigue la novela de Vásconez entre la noche que la inicia y la que la concluye.
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- Por Alberto Bruzos
Javier Vásconez es uno de los narradores latinoamericanos que con mayor agudeza ha sido capaz de contaminar de literatura no sólo a lo real sino, lo que es más decisivo, al lenguaje mismo. Sus relatos son precipitados químicos que desencadenan versiones alternas y secuencias interpuestas de la Ciudad, que se bifurca como si creciera en el lenguaje, rehaciéndose entre rutas contrarias y escenarios fantasmáticos. Esa construcción de un ámbito emotivo ocurre como un escenario de Eschner o de Magritte, donde la "mirada oblicua" desata las formas de un relato tácito.
"Un extraño en el puerto," probablemente su cuento más celebrado, se despliega en nuestra lectura como una ciudad de los espejismos. Pocas veces la narración depende tanto de su lectura, como si el cuento sólo pudiese existir en la leve suspensión de nuestro asombro. La mirada palpita en este relato como el eje del claroscuro de una escena ritual y vital, donde se decide el sentido de los comienzos sin final posible, de procesos revelados como rutas de acceso del deseo y su ritual convocatorio.
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- Por Julio Ortega
Un bárabro en Barcelona
Antonio Beneyto
Arte Poética - Surrealismo - Postismo - Antonio Beneyto
Formato EPUB
Sólo disponible en:
Apple iBookstore via iTunes, Amazon, La Casa del Libro y Fnac.
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- Por Antonio Beneyto
La semilla de la ira
Consuelo Triviño Anzola
Seix Barral, Biblioteca Breve
282 páginas
2008
Tenemos que creer que es el personaje quien nos habla, no el autor de la novela disfrazado con la ropa del personaje, ni un conjunto de datos históricos amontonados y cubiertos finalmente por una máscara. Ese desafío es mucho mayor si el personaje es un escritor, porque el novelista corre el riesgo de creer que el tono en que escribimos es el que da la plenitud de nuestro ser y de nuestro destino. Ese error puede hacer que le demos a Víctor Hugo la voz de trueno que tienen sus versos, que impongamos a la vida de Flaubert la extenuante precisión que gastaba en sus obras, que soñemos que Borges se agotaba en fantasías enciclopédicas e ignoremos las minucias increíbles de su vida cotidiana.
Pero la verdad es que hay una diferencia entre la voz pública de un escritor y su voz íntima. José Asunción Silva, que era patético y melancólico en sus versos, muy posiblemente era festivo, ingenioso y artificioso en su vida diaria. Gabriel García Márquez es mucho más contenido y austero, menos desenfadado, cuando habla directamente de sí mismo que cuando nos narra sus imaginaciones.
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- Por William Ospina
Doce Premios Nobel de Literatura
Ensayos de Édgar Bastidas Urresty
Uniediciones
Páginas 106
2013
Escribir doce ensayos sobre la obra doce premios Nobel de literatura: Samuel Beckett, Kensaburo OÉ, Gao Xingjian, V.S. Naipaul, Imre Kertész, J.M. Coetzee, Elfriede Jelinek, Harold Pinter, Orhan Pamuk, Doris Lessing, J.M. Le Clézio, Herta MÚller, no es una tarea fácil, por la complejidad y diversidad de visiones y estilos de cada autor. Si bien todos son novelistas y han escrito bajo la influencia de la literatura de occidente, Kensaburo OÉ y Gao Xingjian, han recreado sus novelas en sus países de origen.
El libro propone unos elementos de análisis para que el lector se acerque a la obra de cada autor, establezca una especie de paralelismo entre ellos y valore su calidad literaria.
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- Por Édgar Bastidas Urresty